De cara al balotaje en Brasil, el expresidente y candidato presidencial opositor Luiz Inácio Lula da Silva desafió a al mandatario Jair Bolsonaro a tener «sensatez» y reconocer el domingo la derrota sin poner en duda la transparencia del voto electrónico.
«Espero que (Bolsonaro) tenga un minuto de sensatez y llame por teléfono para aceptar el resultado de la elección», aseguró Lula durante una conferencia de prensa en San Pablo. El líder del Partido de los Trabajadores (PT), que ganó la primera vuelta de las elecciones presidenciales del 2 de octubre por 48,4% a 43,3%, afirmó que el balotaje del domingo es una votación entre «la democracia y el neofascismo, la barbarie», por lo cual es «urgente restablecer la normalidad» en Brasil.
En la conferencia de prensa, Lula defendió imponer una «agenda económica» en la última semana antes de las elecciones y sostuvo que Bolsonaro «miente» sobre las dudas contra el sistema electoral.
En ese marco, comentó la escandalosa detención del exdiputado Roberto Jefferson, un ultraderechista aliado de Bolsonaro que fue preso tras atrincherarse ocho horas y lanzar dos granadas y 20 tiros de fusil hiriendo a dos policías federales. «Jefferson es el resultado y la fotografía de todo lo que ocurre en el gobierno de Bolsonaro», dijo Lula. «Ahora Bolsonaro dice que no era amigo suyo», fustigó el líder del PT.
La policía confiscó un arsenal en el domicilio de Jefferson, líder del Partido laborista Brasileño (PTB), luego de que se entregara por incumplir las normas de su detención domiciliaria, producto de una condena por atentar contra la democracia emitida por el Supremo Tribunal Federal. Bolsonaro calificó a su aliado de «criminal» por haber reaccionado contra los policías con violencia, aunque cuestionó las acciones contra sus aliados por parte de la justicia que investiga una red de noticias falsas digitales con el objetivo de atentar contra la Constitución y las instituciones.