El Nuevo Diario Rojense salió a la calle para saber cual es la mirada de la población sobre el estado en que se encuentra la terminal, el estado de las unidades, los horarios y la disponibilidad de las pocas empresas que llegan. El descontento es generalizado.
Sea un vecino, un familiar, un conocido, quizás alguien que nos encontremos de manera no muy frecuente en la calle, alguna persona que tiene el deseo de venir a la ciudad u otra que tenga que salir de la misma para hacer un trámite, una consulta, un viaje de negocios o una escapada por placer.
La coincidencia es total en la mayoría de los rojenses al momento de referirse a lo que es el sistema de transporte de pasajeros en la ciudad, con un panorama al que señalan mayormente como desolador, con una terminal a la cual encuentran en un estado de abandono, con un número de empresas que llegan a Rojas que inferior a la cantidad de los dedos de una mano, con horarios que no se respetan, con una atención al público que está sumamente reducida y con unidades que evidentemente no brindan las comodidades que corresponden.
Desde el Municipio se dijo en varias oportunidades estar al tanto de la situación y que se han planteado diferentes esquemas para empezar a resolver el tema, pero la problemática que viene ya desde hace años se sigue profundizando.
El servicio de transporte de pasajeros ha dismuido notoriamente, manteniéndose el contacto con las localidades de Pergamino y Junín, algo menos con la Capital Federal, con algunas salidas a Rosario y otras a La Plata, que serían los lugares más frecuentes de salida de los rojenses, cumpliendo en cierta manera con la demanda de los estudiantes y de quienes tienen que hacer ciertas diligencias en estos lugares.
Cada pasajero se puede encontrar con varias horas de demora, con cambios de micro en el camino, o hasta con la posibilidad que nunca llegue, incluso con testimonios que dan cuenta que ni siquiera hacen el ingreso a la ciudad, sino que retiran a los usuarios en la ruta, si es que estos están notificados previamente, porque hay comentarios de que han quedado horas y horas esperando en la estación, optando por desistir del viaje y perdiendo el dinero invertido.
El Nuevo Diario Rojense salió a las calles para este nuevo informe semanal, en este caso sobre el servicio de transporte de pasajeros, una cuenta pendiente de varias gestiones y una situación que parece ser cada día más compleja para quienes necesitan realizar un viaje.
Respecto a la utilidad que le están dando los rojenses al servicio una señora dijo que lo está usando “muy poco“, otra contestó que si lo requiere generalmente.
“Lo utilizo para ir a Pergamino“, señaló otra dama, en tanto otra joven comentó que “no lo estoy utilizando por el motivo de que los estudiantes hemos armado un grupo de WhatsApp donde nos ponemos de acuerdo entre varios para compartir el viaje, algo que sale más económico, te pasan a buscar y te dejan en la puerta de tu casa“.
“Hace mucho que en lo personal no lo uso, pero quien si lo hace es mi mamá, que lo utiliza continuamente es mi madre, que va a La Plata porque ella vivió siempre allí, y el problema que tiene es que cada vez que debe viajar nunca encuentra colectivo“, expresó otra de las personas consultadas.
Continuando con las preguntas que incluimos en la encuesta, es sobre si la comunidad está al tanto de las empresas que vienen a Rojas a brindar el servicio.
Una señora dijo directamente que “no se que empresas llegan a Rojas“, por otro lado una persona que parece estar más al tanto indicó que llegan “Pullman, Flecha Bus, Vía Tac“.
En relación al estado en que se encuentran las unidades que pasan por la ciudad, uno de los que se animó a nuestras consultas indicó: “Veo que los micros están bastante deteriorados“.
“Los micros digamos que están bien mantenidos, por lo menos en los que me ha tocado viajar, quizás en algunas oportunidades el Pullman tiene un aroma un tanto nauseabundo, pero es lo de menos“, expresó otra, conforme de algún modo con el estado de las unidades, aunque parece que tiene que utilizar alguna protección en la naríz cuando sube a los micros.
Continuando con la mirada de la gente sobre la problemática una chica fue terminante, y con ejemplo de por medio: “El servicio de transporte que ofrece la ciudad es pésimo, decadente, por ejemplo junto con mi pareja planeamos un viaje para ir a ver una banda de rock a Buenos Aires y decidimos ir en el Pullman, donde teníamos un horario de llegada para llegar al momento del evento, y resulta que el micro se rompió, llegó tres horas tarde, y tuvimos que optar por ir en otro medio. De Pullman no tuvimos nunca una respuesta, no hubo devolución del dinero. Nos salvó que pudimos ir en el vehículo propio, porque de los contrario también hubiésemos perdido la plata de las entradas.
Un señor que también participó del informe sostuvo que “las condiciones de los micros son regulares, en algunos casos veo que están descuidados ya que se rompen seguido“.
Una dama, casi como una aguja en un pajar, dijo estar conforme con el servicio, aunque refiriéndose a una sola de las empresas: “Suelo utilizar Vía Tac, que sale de retiro y llega a Rojas, puedo asegurar que siempre estuvieron en buenas condiciones, pero lo malo es que solamente hay un horario para venir a Rojas“.
“Mi mamá, cuando va a trabajar afuera se tiene que ir por Junín o por Pergamino, y para Mar del Plata que ella lo necesita por trabajo, no puede ir, tiene que hacerlo si o si por Junín“, explicó otra señora.
Respecto a los valores de los pasajes en la actualidad están rondando entre los 11 a 15 mil pesos para viajar a las ciudades de los alrededores antes mencionados, a lo cual habría que descontarle los porcentajes para los estudiantes y los jubilados, que abonan un poco menos.
El informe también nos lleva a saber que piensan los rojenses sobre el estado en que se encuentra la terminal de ómnibus, al menos el sector que está destinado al funcionamiento como tal, ya que recordemos que desde hace varios años una gran parte del edificio fue destinado al Conservatorio Municipal, en tanto además sobre lo que es la Avenida Tres de Febrero funcionan algunas oficinas del estado.
“La terminal la veo totalmente destruida, es un mundo aparte de Rojas“, consideró una señora, en tanto un vecino sostuvo que “está totalmente abandonada y es una lástima que esté así, tendrían que llegar muchos más micros y mejor en todo sentido“.
“Ya está desapareciendo literalmente la terminal, no se atiende en horario de corrido, es una lástima“, dijo una persona claramente preocupada por la situación, en tanto otra joven fue más contundente aún: “Está abandonada, no puedo decir deplorable porque no está en ruinas, pero si muy abandonada“.
“Está malísimo el estado de la terminal“, sostuvo una joven, en tanto otra indicó que “hay ciertos horarios no hay nadie en ventanilla, realmente es muy triste“.
Otra de las personas fue más terminante aún cuando dijo: “Pienso que en algún momento no va a venir ningún servicio más“.
En cambio hubo otro vecino que todavía confía en que la situación pueda cambiar en algún momento: “Ojalá que no se termine el servicio y que vengan líneas para todos lados, por el bien de Rojas, por lo menos para la gente que tiene que salir a trabajar a Rosario, La Plata, Buenos Aires, y para los chicos que estudian“.
“Después de la pandemia veo que hay menos movimiento de colectivos, y los más afectados son los estudiantes, lo mismo que la gente que no tiene vehículo propio y tiene que ir a los hospitales de la zona para acceder a un servicio de salud, además no están los horarios muy a mano para que les quede cómodo“, explicó un señor, dando más detalles sobre la situación.
Mientras esa respuesta del estado tarda en llegar, la terminal se sigue desangrando por dentro, quedan pocos micros que vienen a la ciudad, bien vale tener a mano un rosario para llegar a destino, y porque no también algún algodón para protegerse la naríz.
Rojas necesita de una solución inmediata para lo que es el servicio de transporte de pasajeros, por lo pronto lo bueno sería que comiencen a llegar a horario como para poder cumplir con un trámite o llegar en punto a la cátedra, esto sin contemplar lo que sería un viaje por cuestiones de salud, donde el panorama se torna más complejo aún.