«Nunca me van a escuchar criticando a alguien de mi mismo espacio político»

¿Cambió algo en Usted? -Lo tomo con mucha responsabilidad. Una cosa es que se sepa, que se insinúe, que se diga o que se escriba, y otra es que uno personalmente asuma la responsabilidad y decida «soy candidato a presidente». Hay muchísima gente que está angustiada en la Argentina, que la está pasando mal, que va al supermercado y paga 550 mangos por un kilo de pan.

Clarin   Bernardo Vázquez

– Siguiendo esa línea, ¿la gente no está pensando en otra cosa? ¿Era momento de lanzar una candidatura? – Yo le dedico muchas horas a lo que decís, coincido en que la preocupación de la gente es otra. Como jefe de Gobierno de la Ciudad le pongo toda mi dedicación a lo que veo que la gente necesita, como obras, educación, seguridad.

Pero llega un momento, en el que después de recorrer todo el país, si yo estoy convencido de que tengo voluntad de ser candidato a presidente, ¿por qué no lo diría? – ¿Hay salida? – Estoy convencido de que podemos estar mejor, de que el mundo demanda los productos argentinos. Y también de que yo estoy capacitado, de que tengo la experiencia, me he formado, he liderado equipos y tengo una energía infinita para laburar, laburar y laburar en la transformación que Argentina necesita. No hay soluciones mágicas, los problemas son muy complejos. Necesitamos, en 100 horas, tomar 1.000 medidas.

– Mauricio Macri celebró su lanzamiento, pero habilitó la competencia interna en el PRO. ¿Está atento a esos gestos, cómo los interpreta? -La verdad que no. Los pequeños gestos, la sutileza de cómo se escriben las cosas, la interpretación de si un día te cruzaste y sonrió…, te soy sincero, no hago caso a eso. Él sacó un mensaje celebrando mi candidatura y promoviendo la competencia, no le busco la vuelta, la quinta pata al gato, como decía mi abuela.

Si lo escribió en tinta china, no hace al fondo de la cuestión. Soy bastante simple y lineal.

– ¿Volvieron a hablar en privado después del encuentro en Villa La Angostura el mes pasado? – Hace 25 años hablo con él constante y periódicamente.

Cada llamado, cada reunión o cada vez que nos cruzamos no es una novedad ni se decide el mundo entero. La última vez fuimos a comer, hablamos del Mundial, de nuestras cosas. Obviamente que comparte la preocupación por la situación del país. Como yo, él es muy obsesivo con el plan, con que nos preparemos para el escenario en el que vamos a tener que gobernar.

– A veces parece que cuando habla, desde su lugar de ex presidente, busca rebajarlos a Usted, a Patricia Bullrich y a María Eugenia Vidal.

Como que dependen de su autorización para competir.

– Yo no siento eso, me parece que esa es la sutileza de la interpretación. Cuando él dice «compitan», es eso y punto. ¿Por qué no puede decirlo? Si lo piensa y lo siente, está bien que lo diga.

– Patricia Bullrich no se maneja con sutilezas cuando habla de Usted.

– Yo a Patricia la respeto mucho. Es la presidenta del partido, tiene su rol, es trabajadora, por lo cual nunca me van a escuchar a mí haciendo comentarios alusivos, personales o en contra de alguien del espacio. Iremos a una PASO, habrá cosas en las que coincidiremos y otras que no, y la gente decidirá. Pero nunca voy a criticar ni a cuestionar. No lo hago, ni tampoco lo hago porque el otro lo haga. Mi convicción es esa.

– ¿Pero no le molestan esas críticas? ¿No se pregunta «para qué»? – El «para qué» lo tiene que responder el que lo hace, no yo. Si alguien tiene alguna duda, que le pregunte a ella, no a mí.

– Vidal también se anotó para competir por la presidencia. ¿Cómo la ve? – A María Eugenia la quiero mucho, soy su amigo. En el caso de ella sí tengo una relación desde hace 25 años aunque a ella no le gusta mucho que lo diga porque dice que denota la edad, nos reímos un poco entre lo dos. La veo bien, la veo entusiasmada, recorriendo el país.

Tiene todo el derecho a hacerlo.

– ¿No podría ser una buena candidata a sucederlo como jefa de Gobierno de la Ciudad? – Ella decide. Hoy decidió el camino de recorrer el país, de instalarse e ir eventualmente por la candidatura presidencial. Desde hace muchos años tiene entidad propia María Eugenia, es una de las políticas más importantes del país. ¿No hay demasiados candidatos a presidente en Juntos por el Cambio? – ¿Qué es demasiado? En Estados Unidos ves los debates y hay ocho, diez candidatos. Lo importante no es si son muchos o pocos, es que haya una regla clara de cómo se define después quién es el candidato. No le pongo un tope, el tope está en la voluntad de los que quieren presentarse.

– La interna del PRO, ¿no altera el objetivo central de Juntos por el Cambio de llegar a la presidencia el 10 de diciembre? – Yo creo que para ser gobierno, para ser una PASO responsable, propositiva y sin agravios, ayuda eso. En la elección anterior hicimos PASO en 17 provincias y ganamos la elección después. Nadie daba un mango de que podíamos ganar la provincia de Buenos Aires. Hicimos una PASO super respetuosa, constructiva, con Diego Santilli y Facundo Manes, que al día siguiente estaban trabajando juntos. A mí la interna de 2015 con Gabriela Michetti me ayudó a que después tenga un buen resultado en esa elección, me fortaleció.

– Dijo que en Ciudad va a apoyar a un candidato surgido del PRO. ¿Sigue pensando igual? -En Ciudad yo tengo predilección por los candidatos del PRO. No sólo los estoy promoviendo, sino ayudando a que ellos se instalen, caminen, hablen con la gente. Es rara la semana que yo no tenga una actividad con cada uno de ellos. Hoy hay cuatro candidatos, pero podría aparecer uno más porque todos tienen derecho a serlo, no le pongo nombres.

-También se saca fotos con Martín Lousteau, el candidato del radicalismo -Sí, también. Muchas de ellas públicas, porque Lousteau también es parte del acuerdo que tenemos en Juntos por el Cambio en la capital. También con Ricardo López Murphy, que no terminó de decidir todavía, o con Roberto García Moritán, que ha insinuado que puede ser, o con algún candidato de la Coalición Cívica que pueda surgir. Yo trabajo con todos ellos, para mi es un orgullo.

– ¿La Ciudad la gobierna el PRO o Juntos por el Cambio? – La Ciudad la gobierna Juntos por el Cambio.

Dentro de la coalición hay una predominancia natural del PRO, porque yo soy parte. Pasa lo mismo con Gerardo Morales en Jujuy, con el radicalismo, que gobierna. Acá tenemos un bloque en la Legislatura que representa eso, que va desde la llamada centroderecha, con López Murphy, hasta el socialismo, con Roy Cortina. Tenemos esa forma de gobernar, sin grieta, sin divisiones ni peleas. Incluso la relación con la oposición es muy democrática.

– Se dice que en pos de su proyecto de ser presidente, va a tener que entregar una moneda de cambio. ¿Puede ser la Ciudad a los radicales? -A mi hay un concepto que me hace mucho ruido. Esto de entregar, como si la Ciudad fuese mía. Define la gente, primero en la PASO y después en la general. Yo no entrego ni dejo de entregar a nadie, no existe eso.

– ¿Apoya las fórmulas cruzadas en Juntos por el Cambio? – Depende, puede ser. Pero no es un dogma.

– ¿Qué análisis hace de lo que está pasando en Mendoza, con Omar De Marchi queriendo enfrentar al radicalismo, que gobierna la provincia? – Es la dinámica propia de un partido que aspira a ganar, que viene creciendo. Puede haber posiciones diferentes dentro de una coalición de gobierno, que quiere ampliarse, es parte del proceso que estamos teniendo.

– ¿En Provincia, el único candidato competitivo es Diego Santilli? – Yo lo apoyo, lo acompaño. Para mi es el mejor candidato, con todo respeto del resto lo digo.

Cristian Ritondo es un tipo muy valioso, súper comprometido, tengo también buena relación con Néstor Grindetti, laburamos juntos en Ciudad. Es cierto que creo que el que más capacitado está y el que más expectativas genera en la gente es Diego.

– ¿Le pueden ganar la gobernación a Axel Kicillof? – Sí, ya le ganamos en 2021, es un antecedente, si bien ninguna elección es igual a la otra. Los bonaerenses no pueden más, el Conurbano es todo una reja, no le han dado ninguna prioridad a la seguridad, cerraron las escuelas cuando nosotros del otro lado de la General Paz demostramos que podían estar abiertas.

La gente en la Provincia está harta.

– ¿Sí o sí necesitan sumar a José Luis Espert y Cynthia Hotton, que entre los dos sacaron un millón de votos en 2021? – Hotton ya está trabajando con nosotros. La conozco desde hace muchísimo, promueve valores muy loables. Con Espert tenemos una buena relación, lo respeto como economista, tenemos buen diálogo. En el ’19 la gente de él nos apoyó, pero no es que tenemos un acuerdo con él. – ¿Que Milei aparezca con chances no es culpa de la clase política? – Que Milei sea competitivo o no es una decisión de la gente. Sí creo que es culpa de algunos políticos la profundización de la grieta. Yo evalúo a la gente por su experiencia, en este caso, en la función pública. Creo en eso, me cuesta evaluarlo a Milei que no tiene experiencia.

– ¿Hasta dónde se puede ampliar la coalición a nivel nacional? – Con el kirchnerismo seguro que no, porque no nos podemos poner de acuerdo nunca.

– ¿Sergio Massa es kirchnerista? -Y, si es uno de los dos o tres dirigentes más importantes del Gobierno…

– ¿Alberto Fernández es kirchnerista? A veces parece que hay dos facciones dentro de un mismo gobierno.

-No, no, a mí no me confunden. Son todos lo mismo. Alberto es un presidente puesto por Cristina Kirchner, más claro echale agua.

Después, si se pelean o no se pelean, es cosa de ellos. Pero yo no tengo ninguna duda, ninguna confusión. Con un espacio que cree que Venezuela es el único país del que hay que ser amigos e invita a Maduro acá, que cree que la inflación se resuelve mandando militantes de La Cámpora a los supermercados a controlar precios, que abrió las cárceles y cerró las escuelas, yo nunca me pondría de acuerdo.

– El 10 de diciembre, si es presidente, ¿le pega un llamado a Massa para pedirle que le explique qué pasó con la economía, qué hicieron? – Tengo un equipo que está trabajando en eso.

No necesito pegarle un llamado a Massa para saber lo mal que está la economía, que hay un 100% de inflación y un 40% de pobreza. Ojalá sí haya una transición ordenada, que nos abran los números. Pero si no pasa eso, nosotros tenemos que estar preparados para gobernar, para tomar las 1.000 medidas en 100 horas, las leyes, los artículos que hay que tener redactados, hablados antes.

 

La carrera presidencial. «Iremos a una PASO, habrá cosas en las que coincidiremos y otras que no, y la gente decidirá», dice Larreta en la charla con Clarín.

Bocetos de un plan sin soluciones parciales Hay una frase que Horacio Rodríguez Larreta usa casi como leitmotiv cuando le preguntan por cuál es su receta para resolver casi todos los problemas de la economía argentina.

«No hay soluciones parciales», suelta, y explica que todas las variables dependerán del plan de desarrollo en el que está trabajando un equipo de 100 personas que imagina la gestión a partir del 10 de diciembre.

«No hay nada que vayamos a solucionar en el título de una nota. La típica frase de ‘vamos a sacar los planes sociales’ no va más. Por una vez, trabajemos en serio», dice.

Detalla cuál es su postura respecto al reparto de fondos destinados al gasto social y agrega su opinión sobre cuál es el principal problema que no resuelve hoy la política social : «Los planes sociales generan que mucha gente no quiera tomar el trabajo, pasa en Palermo, en Misiones, en Tucumán o Río Negro. No consiguen laburantes porque la gente no quiere perder el plan».

Otro tema que entra en el paquete de cuestiones a resolver de manera estratégica es Aerolíneas Argentinas. Rodríguez Larreta no responde acerca de privatización o estatización. «Lo va a tener que estudiar el equipo específico que pongamos a trabajar ahí», sostiene, al tiempo que detalla cuáles son las claves en el manejo financiero de la compañía aérea.

En el caso del cepo al dólar, limita el poder de la política monetaria por sobre el resto de las variables económicas. «Tenemos que es-perar un país que tenga un plan de desarrollo muy claro y defina hacia dónde vamos, un plan impositivo, de infraestructura, previsional, de apertura al mundo, con acuerdos comerciales que sean convenientes para la Argentina, un plan para el litio, la energía y el trigo. Dentro de eso está el capítulo de la política monetaria, pero el país no puede girar alrededor de eso. Para sacar el cepo hay que construir confianza», reflexiona el jefe de Gobierno porteño.

Los otros dos temas centrales de coyuntura que preocupan a Larreta son la Justicia y el narcótrafico, a resolver casi en simultáneo.

«Es muy alarmante la situación de la Justicia, porque faltan jueces por todos lados, no sólo la vacante que hay en la Corte Suprema, sino en lugares muy calientes, como juzgados que tienen causas contra los narcos», dice sobre la situación judicial. Respecto al avance narco, es optimista si hay una política bien clara para combatirlo. «Se puede dar la pelea. En la ciudad de Buenos Aires llegamos al nivel de delito más bajo de la historia. Una de las cosas que hicimos fue apuntar a los narcos, en la Villa 31 y en la Zavaleta los sacamos. Puede haber narcomenudeo, pero no tenemos bandas narcos en la Ciudad como las que hay en Rosario, o como está empezando a suceder en el Conurbano o en Córdoba», relata la experiencia porteña. «Lo que propongo es usar las Fuerzas Armadas para cuidar nuestras fronteras y liberar a la Gendarmería para que vaya a ocuparse de los lugares más calientes de la droga», sugiere de solución.

 

ITINERARIO Horacio Rodríguez Larreta tiene 57 años y tres hijas. Es jefe de Gobierno de la Ciudad desde 2015 y estudió Economía en la UBA. Está en pareja con Milagros Maylin, ex secretaria de bienestar general porteña. Es fanático de Racing, club del que su padre fue presidente.

Fue Jefe de Gabinete de Mauricio Macri en la Capital (2007-2015), presidente del Instituto de Previsión Social de la Provincia, con Carlos Ruckauf e Interventor del PAMI durante la gestión de Fernando de la Rúa. Durante el mandato de Carlos Menem, fue subsecretario de Políticas Sociales y gerente del ANSeS. Es fundador del PRO, junto a Mauricio Macri, y acaba de lanzarse como precandidato a presidente de la Nación.

 

Al toque Un proyecto Trabajar con mi equipo en un plan que saque adelante al país.

Un sueño Liderar la «generación del ’23», que dé vuelta la página de la historia argentina.

Un desafío Transmitir mi convicción de que la salida está en el diálogo y no en la grieta.

Un prócer Domingo F. Sarmiento.

Un líder Arturo Frondizi.

Una sociedad que admire La Argentina, que se banca todo y siempre sale adelante.

Un placer Tomar helado del pote.

Una comida Asado, y las milanesas que hace mi mamá.

Una bebida Agua. Y un buen vino.

Un libro Historia de Sarmiento de Leopoldo Lugones.

Una película La fiesta inolvidable Un recuerdo Con mi papá, a los 7 años, escuchando las reuniones en las que se hablaba de política.

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