En redes sociales lo llegaron a comparar insólitamente con la diputada de Izquierda Myriam Bregman, por la vehemencia con la que expresó su discurso confrontativo con el gobierno de Javier Milei. El de Facundo Manes no pasó desapercibido en la primera jornada del debate por la ‘Ley ómnibus’ en la Cámara de Diputados. Especialmente hacia dentro del radicalismo.
Más temprano, el presidente del bloque, Rodrígo de Loredo, había dado a entender que el proyecto, con sus cientos de modificaciones merced a la discusión entre el oficialismo y los dialoguistas, había quedado en condiciones para el acompañamiento por parte de la UCR. Un día antes, había adelantado que el bloque «en conjunto» se prestaría para el quorum y para la aprobación en general.
De Loredo, incluso, había celebrado que el recorte a las facultades delegadas solicitadas por el Ejecutivo.
Pero Manes, que habló por la noche, rápidamente puso las cosas en claro: que él no votará la delegación de facultades que pide Milei. «No cuenten con nosotros para facultades extraordinarias. Que nadie se confunda. Queremos un país moderno, próspero, integrado al mundo», dijo durante su intervención.
Hay que leer la advertencia de Manes no cómo una posición particular, sino la de una decena de legisladores. Cabe recordar que el neurocientífico encabezó una partición del bloque radical en Diputados que no llegó a concretarse. Desde el vamos, Manes se encuentra en la vereda opuesta de de Loredo, que ha hecho lo posible, como Miguel Pichetto, para que la ‘Ley ómnibus’ obtenga media sanción.
En la facción que lidera el cordobés, que cuenta con el apoyo de los gobernadores y del presidente del partido, Martín Lousteau (de Loredo es integrante de Evolución, que lidera el senador), existiría una preocupación: que la posición de Manes logre conmover a algunos diputados de su sector y desestabilice la votación como la tiene prevista de Loredo.
Se trataría de legisladores menos convencidos sobre el acompañamiento a las facultades delegadas, con las que Milei pretende el ejercicio de potestades del Congreso.
Hay que agregar un elemento que puede generar mayor fricción entre los radicales y el Gobierno: el operativo de Seguridad frente al Congreso que terminó con la detención de, entre otras, una militante de la UCR.
La diputada Roxana Reyes llevó ese malestar al recinto. Al solicitar una moción de privilegio denunció «un exceso» por parte del dispositivo dirigido por Patricia Bullrich.
«Los diputados radicales no tienen la cara tapada, no tiran toneladas de piedras, respetan los derechos y se manifiestan pacíficamente», defendió la legisladora santacruceña. «Estamos de acuerdo con el orden, pero con razonabilidad», subrayó.
Con respecto al mismo tema, la UCR luego emitió un comunicado en el que respudió «las detenciones arbitrarias» de las militantes.
«Repudiamos la violencia y hostigamiento al que fueron sometidas, siendo trasladadas en horas de la noche a distintos establecimientos de detención, como así también la falta de respuestas inmediatas para su liberación», agrega el comunicado sobre las detenidas, que ya fueron liberadas.
Por otro lado, denuncia la participación en el operativo «de integrantes de fuerzas de seguridad exhibiendo en sus uniformes identificaciones partidarias del oficialismo» que «nos recuerda a las peores prácticas autoritarias de quienes confunden partido y Estado».
«Exhortamos al Gobierno nacional a que actúe con la responsabilidad que exige el difícil momento que atraviesa nuestro país, sin sobreactuaciones y respetando los derechos, las libertades y garantías de cada ciudadano», concluye.