“ÚRSULA: FUE FEMICIDIO Y VIOLENCIA INSTITUCIONAL”

Los chicos y profes de la EES5 explicaron el proyecto del mural

Los profesoresYanina Piva Castañón y Facundo Messere, y los alumnos de 6to. de la “Roberto Fontanarrosa”, Federico Ravagnán, Enzo González y Oriana Gómez, estuvieron en los estudios de Radio Rojas para hablar sobre el proyecto en cuestión, cómo nació, y cuáles interrogantes plantean a la sociedad

 

Los profesoresYanina Piva Castañón y Facundo Messere, y los alumnos de 6to. de la Escuela Secundaria 5 “Roberto Fontanarrosa”, Federico Ravagnán, Enzo González y Oriana Gómez, estuvieron en los estudios de Radio Rojas para hablar sobre el proyecto educativo e institucional que culminó con la materialización de un mural en una de las paredes del establecimiento, que interpela a la sociedad sobre el femicidio de Úrsula Bahillo: “Fue un femicidio, y violencia institucional”, plantean en él.

En efecto, “desde principios de año comenzamos a trabajar en torno a la violencia de género y en la clase con los jóvenes surgió el caso que atravesó a toda la sociedad rojense que fue justamente el de Úrsula Bahillo, y los chicos se plantearon como hipótesis que no solamente fue un femicidio, porque eso sería recortarlo o trasladarlo a una estadística, cuando Úrsula es más que una estádistica, porque sobre todo demuestra la violencia institucional, la falla en las instituciones no solamente en su caso, sino en el de todas nuestras jóvens que están completamente indefensas, ya que cada vez que van a hacer una denuncia se las cuestiona o se archivan, y lamentablemente sucedió lo que sucedió por la impericia y la incapacidad de las instituciones”, afirma el profesor Messere en El Nuevo en Radio, sentando las bases conceptuales del proyecto.

Así, añade, “ellos el plantearon el proyecto y lo estarán presentando en el programa “Jóvenes y memoria” en Chapadmadal en el mes de noviembre. En tanto ahora estamos en la parte de la presentación del trabajo, que consta de un mural y la crónica”.

En ese sentido, destaca que, en efecto, “han quedado muchas cuentas por saldar, porque recordemos lo que pasó cuando la sociedad se reunió para pedir justicia o que se aclare la situación: sucedió que fue reprimida, y no podemos permitir que en una sociedad, cuando reclama algo, sea reprimida. ¿Dónde están los responsables? Por eso hace falta que hagamos ese proceso de reflexión como sociedad porque es por nuestros jóvenes”.

“Los chicos son más concientes del tema que muchos adultos, y claro está en este caso, porque el proyecto partió de ellos, son cosas que ellos necesitan saber y además se preocupan para que se concientice la sociedad, quiere decir que nuestros jóvenes nos están interpelando a nosotros los adultos: es hora de que los escuchemos”, sentencia.

Al respecto de cómo empezó a laburarse el proyecto, Federico Ravagnan, con vocación por la mecánica automotriz, como su padre, comenta que “un día llegó a la escuela Yanina para manifestarnos que la posibilidad de hacer un viaje a Chapadmadal a exponer un caso de violencia de género, y el caso que puso en cuestión fue el del femicidio de Úrsula, al cual también había que agregarle la parte de violencia institucional. Es así que nos pidió que nos informásemos del tema como para dar una charla y transmitir lo que había sucedido”.

Por supuesto, aclara, “estábamos completamente al tanto del hecho, que nos afectó a todos como sociedad, pero nos tuvimos que interiorizar en ciertas cuestiones para ampliar el proyectó que impulsó Yanina. Además nos sirve a nosotros para contar todo lo que sucedió y algunas cosas que ocultaron y de las cuales no hay respuestas aún”

“El proyecto consta en explicar lo sucedido mediante una cronología de los hechos, desde el día uno hasta el momento en que se produjo el hecho mismo de la muerte de Úrsula y lo que ha pasado hasta el día de hoy. Además forma parte de todo esto la idea de hacer un mural junto a Cecilia Calvet, así que la estuvimos acompañando en todo momento con la pintura”, agrega.

“Fue femicidio y también violencia institucional, eso es lo que dice el mural, que justamente entra en el plano del proyecto que será presentado en el programa Jóvenes y Memoria, donde se exponen diferentes temas, como por ejemplo sucedió en Pergamino, donde había diversas situaciones ocurridas en el país, como Malvinas, y nosotros fuimos con el caso específico de Úrsula”, aporta Enzo, que desea seguir estudiando y volcarse al campo de la criminalística.

Por su parte, Oriana, que planea seguir estudiando, seguramente el profesorado de Educación Física, comenta que “algunos de los compañeros no les gustó el principio que toquemos el tema de la violencia institucional, pero a medida que fuimos tocando el tema de Úrsula nos fuimos involucrando mucho más y las preguntas comenzaron a surgir solas por parte de todos”.

Con esto coincide Messere: “Para nosotros ha sido una experiencia positiva en todo sentido, desde el minuto cuando cuando surgió lo idea y los chicos la tomaron como propia, comenzaron con la investigación, siguieron con las entrevistas, para tratar de encontrar el porqué. ¿Qué fue lo que falló…? Porque salta a la vista que falló todo un andamiaje que todo ciudadano piensa que está funcionando al momento en que lo necesita, sea como padre, amigo, primo. Todos sentimos que hubo una indefensión en todo aspecto, no solamente en el hecho en sí que fue trágico, tremendo, bestial, sino también que se llegó a eso porque fue una joven que quedó abandonada a su suerte, no se escucharon sus gritos de ayuda que fueron muchos y fueron archivados. Lo cual habla de toda una complicidad de los aparatos que deben asegurar el bienestar de los ciudadanos”, y completa: “La construcción del proyecto, los debates de los chicos y la interpelación constante fueron los ejes del proyecto, al cual le sumamos la visibilización del mural, porque fue femicidio y también violencia institucional”.

En tanto, la psicóloga Yanina Piva Castañón, explica que “la primera participación en “Jóvenes y memoria” fue el año pasado, también con la Secundaria 5, y lo que siempre estamos cuestionando o mejor dicho haciendo un poco de resistencia, es sobre ciertas políticas y este año me pareció que estuvo bueno empezar a trabajar en las escuelas lo que es violencia institucional, porque tenemos como muy naturalizado este tipo de cosas, y me parecía que tenía que ser con un caso relevante, y justamente tocamos el de Úrsula, por lo cual los chicos se fueron interiorizando de a poco”.

En ese sentido, considera que “tiene que haber un antes y un después de esto, y sobre todo prestar atención en lo que pasa en las instituciones, donde toman los hechos como una cuestión administrativa, atendemos la denuncia y ya está. Porque la realidad es que no hay una explicación a todo esto, ya que uno puede pensar que hay muy malas personas o una perversión de un sistema, o nadie se la vio venir o que jamás iba a pasar, y la realidad es que pasó. Empezamos a hablar de violencia institucional por la represión que hubo en la marcha, pero en realidad es que hubo violencia institucional desde el primer día cuando Úrsula fue a hacer la denuncia, y como mujeres sabemos que fue así, incluso por muchas conocidas a las cuales les pasa lo mismo todos los días”.

Úrsula, como se sabe, fue hallada asesinada a puñaladas el lunes 8 de febrero de 2021 cerca de las 20.30, entre unos pastizales en un campo ubicado a la altura del paraje Guido Spano, a unos 13 kilómetros de esta planta urbana, en el noroeste de la provincia de Buenos Aires, y en ese mismo lugar la policía apresó a su egresor, Matías Ezequiel Martínez, herido. El femicidio, que conmocionó a Rojas y al país, fue descubierto tras un alerta al 911 de un tío del imputado, quien refirió que creía que su sobrino había matado a una joven porque le confesó en un llamado que «se había mandado una cagada».

Al llegar al lugar, la Policía encontró a la chica asesinada y al hombre malherido, ya que después del crimen se clavó el arma homicida en el abdomen, adentro de su auto. Martínez intentó escapar a pie por los pastizales, pero fue reducido y quedó detenido.

Úrsula había denunciado en varias oportunidades a su exnovio por amenazas y violencia de género e incluso el policía tenía una medida de restricción perimetral que había violado dos días antes del crimen.

Martínez llegó al juicio detenido, dado que está privado de la libertad desde el 8 de febrero, cuando fue aprehendido por el femicidio. En ese momento, el ahora condenado aseguró que había asesinado a Bahillo de 15 puñaladas en defensa propia, porque la joven había intentado atacarlo.

Martínez, quien hoy cumple reclusión perpetua por el espantoso crimen, cometió el femicidio el mismo día en que, según consta en los oficios policiales, la Justicia de Paz de Rojas finalmente había ordenado vía correo electrónico que el municipio otorgara el botón antipánico a Bahillo pero nadie abrió el e-mail esa jornada. El dispositivo jamás fue entregado.

Luego del crimen, amigas de la joven dieron a conocer por redes sociales una serie de audios y mensajes en los que Úrsula relataba a amigas amenazas y episodios de violencia a los que la había sometido Martínez.

«Me dijo que me iba a matar», «no aguanto más», «tengo mucho miedo», «me arrancó todos los pelos» y «me recagó a palos», son algunas de las frases que la joven contó en un mensaje de audio enviado a una amiga el 16 de noviembre del año pasado.

Días después, se conoció, además, que el policía tenía tres sumarios en curso en Asuntos Internos, uno de ellos por amenazar a una superior diciéndole: «Si me trasladan tiro una bomba.»

Pero además en el prontuario de Martínez figura otra causa que también será elevada oportunamente a juicio, y es en la cual se le imputa haber perpetrado un abuso sexual sobre la persona de una menor de edad, con retraso madurativo.

Este tema no es menor: esta causa se ventila en el Departamento Judicial de Mercedes. Cabe recordar que cuando Martínez es imputado por este hecho, el fiscal de turno, que subrogaba la fiscalía titular del caso, se negó a pedir la detención de Martínez, y dejó transcurrir la feria judicial sin tomar ninguna decisión.

Pero además quedan las preguntas sin respuesta: una situación de extrema vulnerabilidad de una joven que no fue protegida como corresponde, y una violenta represión policial sin responsables, en contra de quienes se manifestaron reclamando por la tragedia acontecida.

 

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