Los profes Yanina Piva Castañón, Facundo Messere y Argelia Villalba, nos visitaron en nuestros estudios de Radio Rojas para comentarnos los detalles de la iniciativa
Los profes Yanina Piva Castañón, Facundo Messere y Argelia Villalba, nos visitaron en nuestros estudios de Radio Rojas para comentarnos los detalles de una interesante iniciativa pedagógica que apunta a la convivencia estudiantil, expresada en una jornada campamentil, deportiva y recreativa, en el CECIR, con alumnos de las secundarias 3, 4 y 5 de nuestra ciudad.
“Hace varios años que venimos trabajando juntos con este grupo de compañeros y amigos, somos apasionados por lo que hacemos, y una noche tuvimos una charla en el plano pedagógico, pensando en qué podíamos hacer por nuestra profesión y por los destinatarios que son los estudiantes, que serán el día de mañana los actores principales de nuestra comunidad y la sociedad en general, o sea quienes van a estar en la toma de decisiones. Desde nuestra trayectoria podemos observar que hay muchas cosas que suceden cuando generamos ideas innovadoras, con propuestas pedagógicas diferentes, siempre considerando que el aprendizaje va más allá del aula”, explica Yanina Piva Castañón respecto de los orígenes del proyecto.
Y agrega: “Cuando uno mezcla el conocimiento con la experiencia y las emociones y las vivencias suceden cosas maravillosas. Es así que al ser tres profes que trabajamos en escuelas diferentes pensamos en qué bueno sería empezar a mezclarlas, con lo que significa la complejidad de eso y también la resistencia, porque son tres escuelas que generalmente son rivales entre sí en algunas cuestiones, algo muy propio de la edad, y que a lo mejor no comparten identidad, pero justamente a 40 años de la democracia está bueno el respeto por la identidad, por el reconocimiento del otro, por la participación, por la igualdad y la integración. Así que en base a eso hemos pensado esta propuesta, que califico como sumamente interesante”.
En ese sentido, Argelia Villalba observa que “uno de los principales efectores de esta propuesta fue la idea de acompañar a los grupos más allá de lo que nosotros podemos hacer dentro de la escuela; creemos que es muy importante que ellos se involucren con el otro, reconociéndose también a sí mismos”, y sostiene que “a través de los encuentros con sus pares vimos no estamos tan alejados en cuanto a sus problemáticas y sus pensamientos, y si es que existen diferencias, que nos permitan sumar, o sea llevar la competencia a la visualización del otro, no a la competencia directa de ganar o perder, sino a partir de las construcción de un conocimiento”.
Así, nos cuenta, “la propuesta la llevamos a cabo en el predio del CECIR, aunque en principio teníamos planeado ir a la base de campamento de Roberto Cano, pero se nos complicó el tema del traslado de los chicos. Antes que todo convocamos a los chicos a que completaran un formulario para saber con cuántos cupos contábamos para ir testeando el interés que podía existir. En ese sentido no fue todo lo que esperábamos y entendemos que hay cosas para corregir, pero también hay cosas que sí salieron muy bien. Arrancamos a las 13 horas del jueves 4 desde el Paseo de la Salud, donde nos juntamos con los alumnos de las diferentes escuelas, y nos fuimos caminando hasta CECIR. Allí nos encontramos con cierta resistencia, porque no querían ir caminando (risas), pero logramos llegar y en mucho de eso tuvo que ver el profe Ruli Salinas, que fue uno más de nosotros, se puso la camiseta y fue organizando diferentes actividades, competencias que no eran para ganar o perder, sino para hacerse fuertes por grupos para lograr el objetivo. Luego tuvimos la fogata, que fue espectacular. Fue un encuentro que nos permitió vernos todos iguales, como parte de una sociedad, en la que más allá de que tengamos alguna distancia entre profe y alumno, también podemos compartir cosas y ser iguales, y a partir de allí construir desde los conocimientos y, por qué no, desde la empatía”.
Facundo Messere coincide con esto y aporta su visión: “Obviamente que esto forma parte de un trabajo de años con los chicos. En mi caso tengo el privilegio de tenerlos desde primero hasta sexto, o sea que voy creciendo con ellos y estoy de alguna manera en la etapa más complicada de todo adolescente. Mientras tanto busco llegar a los dos últimos años con la intención de construir una idea y plantear una propuesta y defenderla, lo cual termina significando una experiencia impresionante”. En ese sentido, recuerda, “lo que vivimos hace poco en Chapadmalal (en el congreso de los Jóvenes por la Memoria, donde fue presentado el proyecto institucional de la secu 5 “Úrsula: Fue femicidio y violencia institucional”), fue disruptivo en muchos aspectos, sobre todo para los chicos, aunque no quiero dejar de lado lo que también uno aprende de ellos, porque nos pasó allí que se encontraron con otros jóvenes y enseguida comenzaron a construir puentes entre ellos. A la media hora que habíamos llegado ya habían formado nuevas amistades, algo que muchas veces pensamos que puede llevar tiempo. Sin embargo, las relaciones se dieron en el acto. Por eso fue surgiendo este nuevo proyecto”.
Respecto del proyecto, Yanina explica que “luego de haber concretado lo que podría ser la primera etapa del proyecto estamos en etapa de balance, iniciando justamente la fase de evaluación, donde nos planteamos tres puntos: por un lado lo que estuvo bien y hay que sostenerlo, por otro lado lo que fue regular y mejorarlo, y lo que no se logró habrá que pensar en cómo trabajar para que pueda ser posible, porque de eso se trata el desafío”.
Y agrega: “Por supuesto que vamos a tener continuidad, ya que luego de esta etapa de evaluación y de balance, de saber qué vamos a cambiar respecto de la implementación y pensar el dispositivo. Además, esta etapa de evaluación nos permitirá saber si el año que viene continuamos o no con esta misma línea, y se continuará con las mismas estrategias anteriores, o llevar adelante otro tipo de actividades pedagógicas que generen participación y conocimiento. En este caso nos enfocamos en la convivencia porque uno está evaluando todo el tiempo en que quizás nos enfocamos demasiado en los contenidos curriculares y nos estamos desviando del tema de la convivencia, que no se puede desarrollar en un día, sino que tiene que ser una construcción democrática y de todos los días”.
En ese sentido, Argelia sostiene que “cuando aparece el conflicto en esta convivencia no está mal; incluso es necesario, para ver cómo poder llegar a la escucha de cada uno y buscar consensos”, y agrega que “durante la jornada los chicos hablaron mucho entre ellos, en principio porque los grupos se dividían no puntualmente por escuelas, sino que se armaban mezclados, algo que funcionó totalmente. Además, en lo que nosotros hacíamos hincapié fundamentalmente todo el tiempo era en el respeto y en el poder escucharnos unos a otros, que nos puede caer bien o mal lo que diga el otro, pero siempre partiendo desde el respeto para ir viendo cómo podemos encarar un diálogo más fluido”.
En la misma línea, Facundo afirma que “considero que fue absolutamente positivo, sobre todo porque estamos atravesando estos 40 años de democracia, que son 40 años de educación, 40 años donde se viene dando la oportunidad para que se escuchen todas las voces, que nos podamos escuchar entre todos, tanto nuestros problemas, como nuestros proyectos de vida. Eso fue algo fantástico, incluso lo valoro muchísimo desde el punto de vista personal porque fue mi primera vez en un campamento de estas características”.
“Una cuestión que se planteó más allá de los 40 años de democracia es cómo se implementó la ley de ESI, y realmente en ese marco ellos pudieron dialogar, compartir los afectos y expresarlos por ejemplo en el fogón, tal es así que llegó el momento de irnos a dormir y nadie lo quería hacer porque estaban todos conversando. Por esto es que consideramos que hay que empezar a pensar la ESI no solo como contenido sino también como propuesta de vida, y también abarcando el concepto de educar en igualdad. Otra cosa que nos motiva a seguir trabajando en esta clase de proyectos tiene que ver con lo que uno observa en relación de lo que se le pide al pibe o piba que haga cosas que los adultos todavía no sabemos hacer, que es resolver los problemas conversando. Entonces tenemos que saber educar en eso y construir desde esa base», completó Yanina.