El intendente Román Bouvier estuvo ayer en la sede de la institución, y se reunió con su presidenta, Norma Piedecasas, y su equipo, para refrendar el respectivo convenio – Ayer se materializó la entrega de las primeras quince mil bolsas en el Corralón Municipal
El municipio convenió con la asociación civil Grupo Esperanza la provisión de bolsitas pládticas de consorcio para residuos, a través del Taller Protegido que gestiona dicha entidad.
El intendente Román Bouvier estuvo ayer para tales fines en la sede de la institución, y se reunió con su presidenta, Norma Piedecasas, y su equipo, para refrendar el respectivo convenio. Ayer se materializó la entrega de las primeras quince mil bolsas en el Corralón Municipal.
Esta es una interesante iniciativa, que posiciona al Taller Protegido como proveedor del Estado municipal. Cabe recordar que los operarios del Taller Protegido, además, tienen su producción verduras y hortalizas orgánicas y además se encargan de la gestión del servicio de estacionamiento medido en la zona céntrica de la ciudad.
Tal como establece la Ley 24.147 de Talleres Protegidos de Producción, según el artículo 1º “Los Talleres Protegidos de Producción deberán participar regularmente en las operaciones de mercado y tener la finalidad de asegurar un empleo remunerado y la prestación de servicios de adaptación laboral y social que requieran sus trabajadores (…)”.
En ese sentido, cabe mencionar que está pendiente una reivindicación de larga data, que afecta a todos los talleres protegidos del país y, por supuesto, a todos sus operarios y operarias, y es la cuestión salarial. Es que, dicho en el marco de los fríos números, parece casi una burla, considerando el costo de la vida en la actualidad: los operarios reciben un peculio de mil pesos por su trabajo. Esto es inaceptable: los operarios y operarias de los talleres protegidos son tan trabajadores como el que más, y ciertamente merecen acceder a un salario que se equipare al mínimo, vital y móvil. Lógicamente, este tema no se resolverá de un día para el otro, pero no estaría de más que los distintos organismos de gobierno, nacional, provincial y municipal, tomen nota de esta situación y, en lo que compete a nosotros, como comunidad, comenzar a empujar de abajo hacia arriba para que la reivindicación salarial que los operarios y operarias de los talleres protegidos necesitan y merecen, sea realidad en un plazo razonable.