mayo 22, 2025
La capilla de Santa Marta de Bary, en Pellegrini. (Turismo PBA)
Recorrer los caminos que atraviesan los partidos de Carlos Pellegrini y Almirante Brown es internarse en una provincia que guarda en silencio sus ritos, cruces y plegarias. Entre campos, pueblos y esquinas dormidas de invierno, aparecen las pequeñas capillas que se levantan con humildad, pero con una presencia que desarma.
Santa Marta de Bary
Las capillas no buscan deslumbrar, pero hay algo que las vuelve eternas. Quizás sea el ladrillo visto o la pintura descascarada por los inviernos, quizás los bancos de madera que crujen o el portón que apenas se abre. Lo cierto es que tienen alma.
Solitaria emerge la capilla Santa Marta, en el pueblo de Bary, a 15 kilómetros de Pellegrini. Fue bendecida en mayo de 1911 por monseñor Gregorio Romero y apadrinada por Marta De Bary de Vedoya.
En 1910, año centenario de la Revolución, llegó a Argentina la infanta Isabel de Borbón, quien fue alojada en la residencia de Teodoro De Bary, fundador de la localidad. Enterada de que éste impulsaba la construcción de un pequeño templo decidió regalarle uno de los cinco vía crucis tallados y pintados en madera existentes, una pieza única de alto valor histórico, y dos cuadros que colocaron en el momento de la inauguración.
“Es un edificio de estilo gótico protestante, emplazado en el medio de un terreno que De Bary había destinado como plaza. En su interior guarda el mobiliario que también donó su fundador y la imagen de la virgen Santa Marta considerada patrona de las amas de casa y empleadas domésticas”, señalaron desde Turismo local.
El edificio carga muchos años y sufrió el paso del tiempo, su desatención y hasta vandalismo. Aun así, mantiene su estado original en infraestructura: “El compromiso de un grupo muy reducido de fieles logró recomponer el estado del terreno, con propuestas como las tradicionales fiestas patronales o eventos sociales que atraigan a la población para solventar la existencia de esta joya histórica”, agregaron.