El paro de 24 horas de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) que comenzó en los primeros minutos de este miércoles, alcanzaba a primera hora de la mañana un 95 % de adhesión en todo el país en rechazo a las políticas de ajuste del Gobierno, el intento de desguace y privatización del Estado, al proyecto de Ley Ómnibus y al mega DNU.
“Estos niveles de adhesión se corresponden con la afectación grave que están sufriendo todos los derechos adquiridos de los estatales. La contundencia de la medida podía anticiparse a partir de la alta participación en las asambleas que se realizaron en todos los ministerios. No hay dudas que a partir del mediodía las movilizaciones van a ser multitudinarias en todo el país”, aseguró el secretario general del sindicato, Rodolfo Aguiar.
El dirigente también se refirió a lo sucedido durante la tarde del martes, cuando un helicóptero de la Policía Federal sobrevoló por media hora sobre la sede nacional del sindicato: “A pesar de las amenazas e intento de intimidación que sufrimos hasta última hora, no van a detenernos en nuestro derecho constitucional de protesta”.
En concreto, antes de las 9 de la mañana, la administración pública nacional, las provinciales y municipales se encontraban paralizadas, los hospitales funcionan con guardias mínimas y los organismos de atención a jubilados (como PAMI y ANSeS) sólo atienden emergencias. En tanto, otros servicios como la recolección de residuos, el barrido de las calles o el mantenimiento de espacios verdes también se ven afectados por la medida de fuerza.
El sindicato reclama por la reincorporación inmediata de todos los trabajadores despedidos sin justa causa, y la urgente reapertura de las paritarias con incrementos que superen la inflación, además del pase a Planta Permanente de los trabajadores precarizados. Además, exige la anulación de los DNU 70/23 y 84/23, y el rechazo en el Congreso a la Ley Ómnibus, especialmente a los artículos de privatización y desguace del Estado.