El instructor de Yoga Omar Stella estuvo de visita en los estudios de Radio Rojas y, para El Nuevo en Radio, habló al respecto de este milenario compendio de técnicas que apuntan a mejorar la calidad de vida de las personas.
“En Rojas somos cerca de veinte los profesores y profesoras de Yoga y cada uno tiene su especialidad, porque hay para niños, adultos, embarazadas. Es muy amplio, porque está la parte terapéutica, la espiritual y la mayoría estamos trabajando bien, lo cual quiere decir que hay una búsqueda de la gente de Rojas por el bienestar”, explicó Stella.
Pero, ¿qué es el Yoga? “El Yoga es milenario y es muy complejo explicar lo que es. En principio la palabra significa unión, viene desde la India, el idioma es el sánscrito, por eso es muy antiguo, y la unión que busca es la de la mente, de las emociones y del cuerpo, y también la unión del ser humano”, nos explica Omar.
“Según el Yoga todos somos un solo ser, no hay separación entre vos y yo, entre otra persona y yo: la separación la hace el ego, porque si a otra persona la veo como diferente te puedo tratar de una manera diferente, pero si te veo como un ser que sos parte mío te voy a tratar muy bien. Esa es la idea del Yoga, donde existe un solo ser y tiene distintos puntos de vista: el mío, el de la otra persona, el de un perro o un árbol. Estamos todos dentro de un mar de conciencia y esa conciencia tiene distintos puntos de vista”.
Omar aprovecha para explicar cómo se integra la gente a su grupo, en este caso: “Cuando se acerca una persona para comenzar con nosotros primero se hace una consulta donde se le pregunta el motivo por el cual se acerca al Yoga, ya que se puede acercar porque quiere estirarse, fortalecerse, quiere calmarse: son diferentes las razones por las cuales se acerca. En mi caso le ofrezco todo. Mientras tanto vamos haciendo foco en lo que busca la persona, porque en realidad el objetivo del Yoga es mental, no es físico. Cuando una persona va se le explica que vamos a trabajar con la parte física, con respiraciones, pero lo principal es mental, es buscar el espacio que hay entre un pensamiento y el otro, porque si te ponés a pensar desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, inclusive cuando estamos durmiendo, la mente sigue trabajando, y lo que hacen la meditación y el Yoga es limpiar la mente”.
Y aporta un ejemplo gráfico: “Si sacás agua del río, esa agua está turbia, pero si la dejás reposar un ratito se empieza a aclarar, todos los sedimentos se van al piso y se ve cristalina, y eso pasa a nivel mental cuando uno practica Yoga o meditación: pasás a tener una visión más clara, empezás a integrar y te empezás a dar cuenta de muchas cosas que tenemos frente a nuestra vista pero no las vemos porque vivimos muy apurados y las emociones nos arrastran”.
Por eso, insiste, “cuando doy clases de Yoga enseño técnicas de respiración, de relajación; lo principal es que tenemos que ser concientes, porque si no soy concientes de lo que pasa en mi cuerpo no puedo hacer ningún cambio. Cuando arrancamos con las clases de Yoga le enseñamos a la gente por donde vamos, pero la idea es tener cierto control mental para saber dónde estamos parados, y ser concientes de los que estamos haciendo”.
-¿Cómo llegó el Yoga a tu vida?
-Me recibí en la Escuela Técnica y toda la vida fui metalúrgico, y por problemas de salud comencé a conocer el Yoga, ya que tenía un inconveniente de hernia de disco en la zona lumbar y los médicos me mandaban a hacer diferentes terapias que no tenían gran resultado. Así fue que comencé con el Yoga, con los masajes, y me dio muy buenos resultados, y luego lo tomé como algo que podía aprovechar para aprender, con lo cual fui estudiando, y me encontré con el significado que tiene a nivel espiritual. Ese considero que fue el mayor crecimiento. Uno comienza por la parte física, pero después te encontrás con algo tan rico que te permite crecer como persona, como ser humano, con una parte espiritual que es hermosa: podés ser budista, cristiano, y el Yoga te permite unir todo eso sin tener conflicto con ninguna raza, religión o lo que sea. No hay nada que te prohíba practicarlo.
Finalmente, nos explica que “las clases duran entre cincuenta minutos y una hora con diez, dependiendo de cómo es el grupo. En mi lugar trabajamos con ocho a diez personas por el espacio físico, pero si tenés un espacio más grande se puede hacer con más gente, la cantidad no es problema, hasta en cualquier rincón de la casa se puede practicar Yoga. Mi salón de Yoga está ubicado en Avenida Fortín Mercedes 405, yendo para la ruta 31 y para contactarme se pueden comunicar al 2475-41-7624, y el trabajo continúa durante el verano, aunque quizás sin tanta cantidad de gente por las vacaciones”.