El dilema del Inodoro: PRECIOS LOCOS

¿Un Trono de baño o un viaje soñado a Nueva York?

En un país en donde nada parece tener lógica, las decisiones cotidianas se vuelven cada vez más complejas. Una usuaria de la red social «X» presentó un dilema que, a primera vista, podría parecer imposible, pero que esconde las profundidades del descalabro de la economía argentina. Con una captura de pantalla de MercadoLibre, mostró una oferta que desafía toda lógica: tapas para inodoros con precios que superan el millón de pesos argentinos, aproximadamente unos 1000 dólares (otras llegan hasta los 4 millones). Sí, como se lee. No es un auto de lujo, ni una joya incrustada de diamantes. Es una TAPA DE INODORO.

La pregunta que le surgió fue tan absurda como pertinente: «¿Qué hago? ¿Compro la tapa para inodoro a este precio o me voy de viaje a Nueva York?».

¿TRONO O NUEVA YORK?

La segunda imagen que acompaña el post da una pista: un pasaje ida y vuelta a la Gran Manzana desde Buenos Aires puede conseguirse a poco más de 800 dólares, un 20% menos que el preciado «trono».

La ironía de la situación es palpable, y no se puede evitar preguntar si se está presenciando el nacimiento de un nuevo estándar de lujo: la tapa de inodoro premium.

Más allá del humor

Mientras algunos buscan adornar sus baños con tapas que cuestan más que un viaje internacional, otros apenas pueden permitirse los bienes más básicos. La disparidad es tan grande que no se sabe si reír o llorar.

Entonces, ¿qué está diciendo este fenómeno sobre la realidad? ¿Ya se llegó a un punto en el que el valor de los objetos se mide no por su utilidad, sino por la capacidad de ser adquirido o no? ¿O es simplemente un caso aislado de locura colectiva en el mercado online?.

¿INODORO O BUTACA?

Lo que es seguro es que si se decidió por la compra doméstica, la siguiente vez que visite el baño, la usuaria mirará la tapa del inodoro y pensará en las maravillas que podría estar experimentando en algún lugar lejano, con el dinero que gastó en ese pedazo de plástico. Y quizás, solo quizás, la próxima vez decida guardar ese dinero para algo que realmente valga la pena.

Mientras tanto, plantea una pregunta que resuena en la mente de todos: en un país donde una tapa de inodoro puede costar más que un viaje a Nueva York, ¿se perdió definitivamente la brújula de lo que realmente importa?

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