A pesar de las controversias en la previa, el operativo clamor y la línea “anti proscripción” fueron el mensaje.

Toda la carne al asador

Se cumplen 47 años del inicio de la última dictadura cívico-militar y, como cada 24 de marzo, el clamor por la Memoria, la verdad y la Justicia se hizo oír en todo el país, pero especialmente en la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, a 40 años de la recuperación de la democracia y a 19 del icónico momento en el que Néstor Kirchner ordenó bajar los cuadros en un gesto bisagra de la historia del país, en este 2023 otro clamor se expresó con fuerza en una de las marchas que surcaron las calles porteñas. A pesar de las idas y vueltas con organismo de DDHH en la previa, especialmente con Abuelas de Plaza de Mayo, el kirchnerismo gritó con todo lo que tiene por una candidatura de CFK y contra la “proscripción” de la cual denuncian que es víctima.

NICOLÁS BACCARO

Este nuevo aniversario del golpe estado encuentra al peronismo lejos de una situación ideal. Basta tomar la última semana y un rápido recuento del Presidente y la Vice hablando casi en simultáneo y a pantalla partida, cada uno con su agenda, los cruces entre el ministro de Interior, Eduardo De Pedro, y la de Trabajo, Kelly Olmos, los dardos cruzados entre Aníbal Fernández y Axel Kicillof, para dar cuenta de un oficialismo marcado por sus diferencias internas en la previa de las definiciones electorales. En ese contexto, la movida de hoy de La Cámpora y sus aliados representa, sobre todo, una importante demostración de fuerza propia de cara a la discusión con otros sectores del PJ, fundamentalmente los encolumnados detrás de Alberto Fernández.

Cerca de las 11 de la mañana, la gigantesca columna que logró convocar el cristinismo, con La Cámpora a la cabeza, inició su ya tradicional periplo desde las ex ESMA hacia Plaza de Mayo. Desde el 2017 y exceptuando los años de la pandemia, la organización que lidera Máximo Kirchner elige ese recorrido para conmemorar el 24 de marzo. La decisión de aquella primera escisión de las tradicionales convocatorias en la 9 de julio y la marcha propia desde la ex ESMA tiene puntos de conexión con el presente. En aquel 2017 importantes sectores del peronismo, entre los que estaba el actual Presidente, cuestionaban el liderazgo de CFK en un año electoral. La historia es conocida: CFK fue por fuera del PJ con Unidad Ciudadana a las elecciones y revalidó con votos su conducción política del peronismo. Aquella marcha de La Cámpora sirvió como demostración de fuerza propia en medio de esa disputa.

Toda la carne al asador

Hoy, las 90.000 personas que la organización de la movilización informó como saldo de la convocatoria, vuelven a marcar el músculo político propio del cristinismo en un año electoral que nuevamente encuentra al peronismo atravesado por internas y discutiendo liderazgos. Probablemente a raíz de ello, las organizaciones que responden a la conducción de CFK movilizaron desde distintos puntos del país su militancia a la CABA, para lograr un importante golpe de efecto en el operativo clamor por la Vicepresidenta, que va creciendo a medida que se acerca el momento de las definiciones electorales.

La conducción de La Cámpora encabezó la marcha enmarcada en un corralito de seguridad, dentro del cual estuvieron Máximo Kirchner, Eduardo Wado De Pedro, Andrés “el cuervo” Larroque, Mayra Mendoza, Nicolás Kreplak, Luana Volnovich y Lucía Cámpora, entre otros referentes. La joven militante, que es sobrina nieta de Héctor Cámpora, fue ungida ayer como nueva Secretaria General de la organización, en reemplazo a Larroque, en un plenario en Quilmes que dejó como definición la consigna “Nada sin Cristina”.

La Cámpora no estuvo sola, más bien lo contrario. El Gobernador bonaerense, Axel Kicillof, encabezó la columna así como también el candidato a presidente del Frente Patria Grande, Juan Grabois, y los diputados de esa organización Itai Hagman, Federico Fagioli y Natalia Zaracho. Con la incógnita alrededor de una candidatura de CFK, la columna cristinista de hoy tuvo la foto de dos posibles candidatos a presidente abrazados: Wado De Pedro y Grabois.

Detrás de la militancia de La Cámpora se fueron ubicando una veintena de organizaciones con sus banderas y sus consignas. El intendente en uso de licencia de Merlo, Gustavo Menéndez, movió a su organización “peronismo en marcha”, que hizo un sustantivo aporte a la columna. Kolina, la John William Cook, La Néstor Kirchner, Nuevo Encuentro, El Hormiguero, Descamisado, entre otras, fueron algunas de las organizaciones que se sumaron a una columna realmente impactante. A las 12:30, una hora y media después de que comenzaran a marchar y con la cabecera de la movilización a más de una decena de cuadras en el túnel de Libertador, todavía seguían llegando organizaciones a la ex ESMA para comenzar el recorrido.

Una de las presencias más significativas fue la de La Patria es el Otro, el armado que conduce Andrés “el cuervo” Larroque y que viene impulsando con más fuerza la agenda “anti proscripción” y el operativo clamor por la candidatura de CFK. Este armado fue el responsable del plenario en Avellaneda de hace unas semanas con el que el kirchnerismo subió un escalón en sus acciones para luchar contra la “proscripción” de CFK. Aquel sábado en la UTN, se pudo ver a Larroque en el acto de apertura levantando un cartel con la inscripción “El 24 de la Plaza a la Corte”. La consigna, como intención política de trazar una continuidad entre el golpe del 76 y la “proscripción” de CFK, expresando que no hay una verdadera democracia con proscripciones políticas, se metió en el centro del debate del oficialismo.

Estela de Carlotto pidió al kirchnerismo no mezclar el operativo clamor y el reclamo contra la justicia por la situación procesal de CFK con la histórica consigna de Memoria, Verdad y Justicia. Sin embargo, tras un encuentro esta semana de la referente de Abuelas con dirigentes de La Cámpora, como Wado De Pedro y Lucía Cámpora, parece haber quedado habilitada la posibilidad de que las organizaciones utilizaran sus consignas al tiempo que se acordó la lectura de un documento común. Finalmente, tanto la organización de Máximo Kirchner como la de Larroque y otras, hicieron del clamor por la candidatura de CFK y la “proscripción” los principales ejes de la marcha.

Una de la polémicas en ese sentido era, justamente, si la militancia kirchnerista desplegaría alguna acción política como dirigirse a Tribunales luego pasar por la Plaza de Mayo. En un breve cruce, Diagonales llegó a preguntarle a Larroque qué haría la columna una vez que salieran de la plaza. “Vamos a Plaza de Mayo y después lo que quieran los compañeros”. Desde su entorno afirmaron a este medio que no había una decisión tomada por dirigirse a Tribunales, sin embargo, ya bien entrada la tarde, la incógnita continuaba abierta.

Las consignas de la jornada también reflejaron esa situación. “Democracia sin mafias” fue el lema que eligió La Cámpora y que encabezó su columna hecho bandera. Un poco más atrás, entre los clásicos paraguas, se sacudían carteles con una tapa icónica del diario Página 12, mencionada por CFK en su último discurso e impresa en tamaño gigante. La tapa era una foto de Jorge Rafael Videla, acompañada de un textual suyo: “Nuestro peor momento llegó con los Kirchner”.

Todavía en la columna camporista, varias decenas de metros más atrás y entre banderines que flameaban al viento, tres muñecos con una toga negra y los logos de Clarín, Canal 13, Radio Mitre, Telecom y Personal llevaban las caras de los jueces Jorge Gorini, Rodrigo Giménez Uriburu y Andrés Basso, responsables de la condena en primera instancia a CFK. Un poco después, casi como respuesta a los muñecos de los jueces, llegaba la definición de La Cámpora: cuatro fotos de CFK en el Congreso durante la última apertura de sesiones, impresas en tamaño real y llevadas en lo alto por militantes, precedían a la consigna recortada en letras y números gigantes “CFK 2023”.

A esta altura del año ya parece imposible que cualquier acto o movilización del kirchnerismo vaya a prescindir del operativo clamor y la denuncia de la “proscripción”, más bien todo lo contrario. Sea la fecha que sea, el escenario que sea y la convocatoria que sea, hay una decisión firme de marcar permanentemente la agenda con esas cuestiones y no moverse de ahí, en una jugada por empoderarse como sector en plena interna prelectoral del oficialismo. De todo el arco cristinista, quien sin dudas está llevando al extremo esa posición es el ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, Andrés Larroque.

La Patria es el Otro, el armado del “cuervo”, no es una organización en sí sino un conjunto de organizaciones que se sienten representadas en CFK pero no en La Cámpora. Es por esto que la columna de ese armado no resultó muy numerosa, ya que la mayoría de las organizaciones estaban marchando con sus propias banderas. Sin embargo, el grupo que conduce Larroque se reservó unas decenas de militantes para desplegar quizás la bandera más jugada de la tarde: “Cristina Presidenta, Democracia sin Proscripción” decía el trapo celeste con letras blancas que el frente de la columna llevaba justo debajo de la bandera con el nombre del armado.

Los cantitos de “Cristina presidenta” también sonaron más en ese grupo que en el resto de las organizaciones. Mientras La Cámpora se cuida en no pasar del “CFK 2023”, dejando abierta la puerta a cualquier candidatura de la Vicepresidenta y en parte por tener un aspirante propio como Wado de Pedro, las organizaciones que conduce Larroque van a fondo y no titubean a la hora de expresar con claridad su postura en relación a lo que quisieran que defina CFK.

En las canciones, en las banderas, en las consignas de convocatoria, el operativo clamor por CFK y la lucha contra su “proscripción” se instalaron hasta ser el centro. Hubo también, por supuesto, consignas como “caminamos con los 30.000” o emotivos recordatorios a Hebe de Bonafini, ausente por primera vez en una marcha del 24. Pero, sin dudas, la tónica de la jornada estuvo marcada por la decisión firme del kirchnerismo de tirar toda la carne al asador, tanto en su demostración de fuerza con la convocatoria como en el sostenimiento de sus líneas políticas principales. Más allá de las polémicas previas, el kirchnerismo salió a la calle este 24 de marzo a dar su mensaje y lo dio con fuerza.

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