El avión presidencial ARG01, adquirido durante la presidencia de Alberto Fernández, lleva más de 20 días estacionado en la zona militar del Aeroparque Jorge Newbery y no puede ser utilizado por el presidente Javier Milei debido a la expiración de los plazos y prórrogas para la realización del mantenimiento obligatorio, conocido como 1C Check.
Según una alta fuente aeronáutica, «el avión tenía por delante este mantenimiento mayor desde antes de que terminara el 2023. Sin embargo, ese trabajo no se realizó». Este mantenimiento mayor se requiere cuando las aeronaves han cumplido determinadas horas de vuelo y/o ciclos, que son las veces que un avión despega y aterriza.
La última vez que el Boeing 757-256 voló fue durante un viaje de 4 días por Europa realizado por Milei del 21 al 25 de junio, visitando España, Alemania y la República Checa, informó NA.
En su momento, el gobierno de Alberto Fernández lanzó una licitación para realizar estos trabajos, pero «el llamado a licitación fue denunciado», lo que motivó la intervención del juez Ariel Lijo. Esta intervención derivó en una causa penal que investiga si hubo negociaciones incompatibles con la función pública.
Con el inicio de la gestión de Javier Milei, y ante la decisión primaria de no utilizar los aviones de la flota presidencial, «no se avanzó en el procedimiento». Sin embargo, posteriormente se resolvió que, por razones de seguridad, el presidente volvería a utilizar las aeronaves de la flota, solicitándose sucesivas prórrogas para cumplir con los viajes programados al exterior.
Recientemente, el Gobierno, a través del Boletín Oficial, desestimó dos ofertas presentadas por firmas que habían propuesto encargarse del servicio de inspección mayor «1C Check» y de la actualización del sistema de comunicación satelital del avión presidencial ARG01, que también está vencido. El mantenimiento tiene un costo de casi 3 millones de dólares. «Una de esas empresas, ‘Commercial Jet’, ya tenía preparado un ‘slot’ en su taller para llevar a cabo la tarea», explicó la fuente.
La aeronave no puede volar desde el 26 de junio, fecha en que vencieron las últimas prórrogas otorgadas por los organismos internacionales de aeronavegación y el fabricante. «El avión solo puede volar en la condición de ‘ferry de taller’, que es cuando se lo traslada al lugar donde se llevará a cabo el mantenimiento«, señaló la fuente.
Ahora, el Gobierno deberá solicitar un nuevo plan de mantenimiento a Boeing y decidir si convoca a una nueva licitación o realiza una adjudicación directa para la inspección. «Estamos evaluando todas las opciones para resolver esta situación lo antes posible», indicó un portavoz del Gobierno. Por el momento, el avión presidencial sigue en tierra, a la espera de una solución que permita su retorno al servicio.