Tener en casa el tratamiento escrito hecho en conjunto con el médico y el paciente y no olvidar usar los inhaladores, la clave para llevar una vida normal.
El asma es una de las enfermedades crónicas no transmisibles más común que, se estima, afecta a más de 260 millones de personas en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Más frecuente en los niños y en quienes tienen antecedentes personales o familiares de alergias, el asma es una enfermedad crónica producida por la inflamación y el estrechamiento de las vías respiratorias pequeñas de los pulmones.
Los síntomas más comunes son tos, sibilancias, dificultad para espirar e inhalar, opresión torácica y dolor intercostal. Cuando se agravan mucho, se produce una crisis asmática. Estos síntomas suelen ser más intensos durante la noche o al hacer ejercicio.
En algunas personas, los síntomas se exacerban antes el cuadro asociado de una infección respiratoria, como un resfrío o una gripe. También con cambios de temperatura abruptos. Otras causas desencadenantes pueden ser el polvo, el humo, el polen de gramíneas y árboles, el pelaje y las plumas de animales, los jabones fuertes y los perfumes.
Es necesario capacitar a las personas con asma con la educación adecuada que les permita controlar su enfermedad y reconocer cuándo buscar ayuda médica. Si los asmáticos no interrumpen el tratamiento diario indicado con inhaladores, es muy probable que no desarrollen crisis y lleven una vida normal.
Probas: el programa bonaerense que ofrece medicación gratuita
En la provincia de Buenos Aires, el Programa Bonaerense de Asma (PROBAS) brinda cobertura de medicación a personas con asma de 0 a 18 años que residan en territorio bonaerense y tengan cobertura pública exclusiva.