¿Quién se hace cargo?
El tramo que une la localidad de Rafael Obligado con Junín ha quedado con el trabajo de reasfaltado sin terminar, con lo cual innumerables vehículos sufren las consecuencias de las piedras sueltas, que impactan con los parabrisas. El deteriorioro es cada vez mayor, incluso en las banquinas.
Muchos conductores que transitan a diario por la Ruta Nacional 188, más precisamente por el tramo que une a la vecina localidad de Rafael Obligado con la ciudad de Junín, se han puesto en contacto con este medio para manifestar la preocupación y el peligro que significa transitar por dicha arteria, que justamente ha sido escenario de varios accidentes con desenlaces fatales, con una pregunta que surge de manera constante, intentando saber cual es la contraprestación que surge del pago que se realiza en los peajes, que supuestamente debería tener como objetivo que los caminos se encuentren en las condiciones ideales para el manejo.
Hace un tiempo largo comenzaron a realizarse en la Ruta Nacional 188, en el tramo que une Rafael Obligado, tareas de repavimentación, las cuales nunca finalizaron, con lo cual el trazado quedó con el raspado que las máquinas llevan adelante previo a ejecutar el asfaltado.
Con la tarea a medio terminar las piedras quedan en el camino, significando un peligro para los circulantes, ya que cada vez que un vehículo transita por ese lugar las termina escupiendo hacia atrás, y allí es una constante la rotura de parabrisas, además, como el camino es transitado por miles y miles de camiones, el desgaste es cada vez mayor.
A esto se le suma el casi nulo mantenimiento de las banquinas, con pastos que llegan casi al metro, además otro problema nace en las piedras que se han colocado en los accesos a los campos y parajes, que están a la altura de la ruta y justamente terminan indefectiblemente arriba cada vez que un vehículo sube a la misma.
Cada detalle representa un peligro constante para los conductores, que en varios casos han puesto en conocimiento de la situación a quienes están trabajando en los puestos de peaje, donde se pueden realizar los reclamos correspondientes.
Lo que sucede allí es que la empresa Corredores Viales, que está a cargo de los puestos, responde que no tiene manera de constatar que los daños en los autos se han producido por las acciones antes mencionadas, con lo cual se desprenden de cualquier responsabilidad.
Indican también que los arreglos tampoco forman parte del convenio que realizaron por el Estado Nacional, que a su vez, ya dejó en claro en reiteradas oportunidad que no se encargará de avanzar en la obra pública, ni de terminar lo que habían comenzado gobiernos anteriores.
La pregunta que surge ahora es: ¿Cuál es la contraprestación que tiene el conductor por el pago del peaje?, dinero que supuestamente tendría que ir directamente al mantenimiento de las rutas. La pelota se la pasan unos a otros y la realidad es que nadie se hace cargo de nada, pero del cobro, claro está, no se olvida ninguno.