La escalofriante tragedia se desencadenó el primer día del año en el barrio Jorge Newbery. Según testimonios recogidos por las autoridades, Yamila García había confesado a una vecina sus temores al afirmar: «Te abrazo fuerte porque hoy mi marido me va a matar«. Este premonitorio mensaje se convirtió en un sombrío presagio de la violencia que estaba por desatarse.
La pesquisa reveló que desde tempranas horas del mismo día, García fue víctima de golpes por parte de José Antonio Cardozo, su esposo, a quien ya había denunciado en múltiples ocasiones por violencia de género. El femicidio ocurrió en la tarde del 1 de enero, cuando Cardozo, intentando disfrazar el hecho, llamó a una ambulancia del SAME para asistir a su esposa.
Los médicos que llegaron a la escena descubrieron que la mujer había sido asesinada por asfixia mecánica, contradiciendo la versión inicial de Cardozo sobre un supuesto suicidio. Ante las denuncias de vecinos que afirmaban que la había golpeado durante todo el día, la policía detuvo a Cardozo, acusándolo de «homicidio agravado por el vínculo y por mediar violencia de género«.
Yamila García, cocinera de profesión, trabajaba en un comedor llamado «Rincón Feliz» y dejó atrás una hija que, en el momento del crimen, se encontraba en casa de un familiar de Cardozo. A pesar de las denuncias previas y las violentas idas y venidas de su relación, ambos estaban conviviendo al momento del fatídico suceso.
La investigación también reveló el turbio historial de Cardozo, con antecedentes penales por trata de personas y robo agravado. Descrito como «un hombre adicto a los estupefacientes y de mal vivir«, su perfil contrasta con las declaraciones púbicas de amor que García expresaba en sus redes sociales. A pesar de la realidad violenta que enfrentaba, su muro de Facebook reflejaba mensajes de afecto hacia Cardozo, creando un oscuro contraste entre la vida pública y privada de la pareja.( Pergamino Virtual)