«Nuestro sector está muy preocupado por los aumentos de la energía eléctrica»

El presidente de la Federación de Almaceneros de la Provincia de Buenos Aires manifestó que será difícil sostener su comercio con las tarifas que se vienen para los próximos días. Además sostuvo que marzo fue un mes bueno para la venta de alimentos, aunque duda que se sostenga en abril.

La complicada situación económica que está sufriendo el país, donde los aumentos están a la orden del día y los sueldos de la mayoría de los ciudadanos cada vez están más lejos de fin de mes, obliga a los medios de alcance nacional a consultar permanentemente a economistas, empresarios y comerciantes, con análisis que son positivos pensando a futuro, y otros que mencionan que de seguir por este camino le será difícil al gobierno que encabeza el presidente Javier Milei completar los cuatro años de mandato.

Una persona que se la ve frecuentemente en estos medios es el presidente de la Federación de Almaceneros de la Provincia de Buenos Aires, Fernando Savore, que en el curso de la semana tuvo la gentileza de atender nuevamente a Radio Rojas, donde trazó un panorama pormenorizado acerca de como la está pasando su sector.

En diálogo con este medio Fernando Savore expresó que “en el mes de diciembre tuvimos una especie de hiperinflación, donde fue una locura los cambios de precios, mercadería que ya no tenía valor, etc., en enero y febrero hubo aumentos que continuaron de una manera no tan agresiva, pero digamos que ahí se refleja más que nada la caída de venta, porque en esos dos meses tuvimos una caída en las ventas entre un 20 y un 22 por ciento, que evidentemente castigó a nuestros negocios y también castigó a las alimenticias».

«Lo que empezamos a ver a partir del mes de marzo es una bajada de precios, si es que se puede llamar de esa manera, o que se empezaron a desinflar los precios, que sería la palabra más adecuada“, indicó.

En este sentido consideró: “Creo que muchas empresas tallaron su mercadería en función de un dólar de 1.400 y es evidente que han exagerada, y teniendo en cuenta que no había ventas empezaron con una baja de precios. Por ejemplo, un kilo de azúcar, de primera marca, en diciembre, de costo, la llegamos a pagar 1.400 pesos y hoy cuesta 950 pesos, ahora la pregunta es quién se quedaba con la diferencia. Así empieza a ocurrir con un montón de productos, de hecho en lo que es fiambres tenemos una baja aproximada del 15 por ciento, hay empresas que venían con sus facturas y ahora nos ofrecen poder negociar determinada cantidad de productos y tenemos un 15 a un 20 por ciento de descuento“.

“Todo esto lo tenemos que trasladar a la góndola, por eso es que el mes de marzo, para los que tenemos comercios de proximidad, en lo que respecta a alimentos, fue un mes bueno, no fue tan duro como enero y febrero, y eso que marzo históricamente es un mes de comienzo de clases, que también está ese gasto extra en las familias», sostuvo, y agregó: «Lo que vemos es que muchas familias para, hacer la compra mensual en el hipermercado es casi imposible, por eso se manejan más en el día a día, y en ese día a día se manejan más en nuestros comercios“.

Para Fernando Savore, lo que sucedió en los primeros dos meses del año se debió a que “hubo especulaciones, avivadas de las empresas, inclusive ya en noviembre desapareció mercadería de las góndolas de los mayoristas, el mayorista le echaba la culpa a la empresa y viceversa, y la realidad es que la mercadería no estaba, mientras que en diciembre vino la disparada de precios y la mercadería empezó a aparecer con unos cambios tremendos y teníamos que estar recibiendo listas sobre listas“.

“Llegó un momento en que la gente miraba y veía que había una exageración y directamente no compraba, no estaban dispuestos a pagar tal cantidad por determinado artículo, con lo cual hubo mucha mercadería que perdió rotación, incluso nos encontramos en los mayoristas y en los hipermercados ofertas, pero con varios días del primer vencimiento, lo que nos llevó a ir a hablar a la Subsecretaría de Defensa del Consumidor, con Fernando Blanco Muiño, para plantearle que la mercadería que estaban poniendo muy barata, que al menos le pusieran un cartel con el próximo vencimiento, porque considerábamos desde nuestro sector que era una estafa», manifestó.

«Nosotros cerrábamos el negocio a la 1 y media, abríamos con una lista arriba de la camioneta, cargábamos en el mayorista lo más pronto posible para volver al negocio y muchas veces no todos estamos tan pendientes de la fecha de vencimiento, porque confiamos en el mayorista, y resulta que la traíamos, la poníamos en la góndola y a los diez días ya estaba vencido, y era que nos vendían la mercadería con fecha corta, lo cual es una estafa, y corresponde que el que tenga mercadería que esté próxima a vencer que lo comunique con un cartel y después cada uno que tome la decisión de compra“, explicó.

Marcó que “en enero y febrero la caída fue muy grande, ahora se ha recuperado la venta porque también trabajamos muchas marcas pymes que están en galletitas, en pan, en gaseosas, por ejemplo un pan lactal de primera marca lo tenemos que vender en 3800 pesos, mientras que un pan pyme lo podemos vender en 1400, y la gente lo lleva, y ahí puede pasar que compra un alimento pyme que lo pagó poco y se va contento, pero quizás llega a su casa y a la familia no le gusta, entonces no lo vuelve a comprar, pero hay que saber que en lo que es pyme la gente lo prueba y se da cuenta que es bueno y lo vuelve a comprar».

Fernando Savore habló del surgimiento de los productos pyme: «En la góndola donde está el panificado casi el 70 por ciento es pyme y el 30 de las marcas conocidas, y eso pasa porque tanto yo como cualquier de mis colegas compro en función de lo que vendo, y si vendo menos de las primeras marcas pido menos y lo mismo pasa con las gaseosas. Hace cuatro años atrás no trabajaba más que con las gaseosas de primera marca, las dos conocidas, pero no trabajaba marcas pymes, y no por discriminar sino porque no me la compraban, pero hoy casi el 75 por ciento de la venta que tenemos es de la marca pyme“.

“Mayormente estas marcas las compramos directo, que es otra ventaja, porque poderle comprar el pan lactal a la pyme que viene obviamente con un repartidor, y digamos que las rentabilidades que maneja ese repartidor y la que manejamos nosotros nos deja llegar con un producto a un buen precio. Lo que pasa con el mayorista, donde compramos el 80 por ciento de la mercadería, hay una boca importante que come muy fuerte, entonces la mercadería sufre un aumento importante, por eso, todo lo que podemos canalizar en forma directa lo hacemos, primero porque se sabe que la pyme va a un mayorista o un hipermercado y tiene que sentarse a esperar 60 días para cobrar, mientras que vienen a nuestros negocios y nosotros tenemos un solo formato de pago que es al contado“, apuntó.

Sobre el sostenimiento de los empleados contó que “en este rubro hay pequeños y medianos comercios, por ejemplo mi negocio es muy familiar y trabajo con mis hijos y mi señora, pero los que tienen empleados según me cuentan es como de la familia, por eso es que le ponen el pecho todos».

«Un colega me decía que tiene siete empleados por la amplitud de su negocio y está muy complicado, no por el sueldo porque le puede pagar lo que merece el trabajador, pero si con los aportes patronales, que representa el 50 por ciento más del sueldo y se hace muy cuesta arriba, en ese caso habló con algunos para que trabajen medio y reducir la carga de dinero porque no le cerraban las ecuaciones por ningún lado y se estaba comiendo el negocio“, indicó.

En relación a lo que se viene sostuvo: “No sé que es lo que va a pasar en abril, porque marzo fue un mes bueno de trabajo para nosotros, quejarse es mentir, y tiene que ver con que la gente se maneja más con el día a día y eso lo hace en nuestros negocios».

«Respecto a lo que se viene, con el aumento del combustible tenemos tantos palos en el hombro que un 5 por ciento no mueve mucho la aguja, pero si nuestro sector está muy preocupado por el tema de la energía eléctrica, ya que nosotros somos consumidores de energía por naturaleza debido a que gran parte del negocio necesita de refrigeración, y si se habla de un aumento de un 170 por ciento, eso hará que en algún momento el negocio quiebre, y es algo que nos toca a todos», puntualizó.

Dijo además que «en mi caso tengo 92 m² y pagó 97 mil pesos de luz y sé que en el Conurbano y Capital las tarifas son muchos menores a lo que están pagando muchos vecinos y colegas de la provincia de Buenos Aires y las provincias, que es mucho más. Días atrás comparaba con un colega que está en Córdoba y me decía que él pagaba tres veces más que yo, eso es una barbaridad“.

Sostuvo respecto a los aumentos en la electricidad que “este un tema que nos ocupa a todos, en este caso lo evalúo desde nuestro sector comercial, pero abarca a ustedes como medio, a todas las pymes, porque no solo es la energía, también está el gas, el agua, y va a llegar un momento en que el bolsillo de la pyme no podrá resistir. Habrá que esperar la sorpresa de la próxima factura y ojalá que no sea así porque de lo contrario va a dejar un tendal importante, en mi caso pasaría a pagar más de 300 mil pesos, y ¿qué hago?, porque si lo recargo en la mercadería no le voy a vender a nadie porque quedo con precios que no están en la competencia, o sea que voy a estar entre la espada y la pared“.

«Ya tuvimos varias reuniones con Fernando Blanco Muiño, pero este tema todavía no lo hemos llevado porque todavía no tengo el mensaje de los colegas con el grito en el cielo ni tampoco he recibido la factura, así que una vez que pase iremos a plantearlo“, comentó.

Savore contó acerca de los comentarios que recibe de la clientela en relación a la situación económica: “Siempre escucho al cliente, por suerte no tengo bandería políticas y lo que quiero es que le vaya bien al país, así esté de presidente Milei o hubiese ganado Massa, o quien sea, y si me pregunta en lo más reciente la política del gobierno anterior no la veía bien, no estaba conforme con el formato económico que llevaba en el país, y si es por este recién comienza y todavía no se puede sacar una conclusión, pero si me preocupa porque habló el presidente Milei en campaña y dijo que el ajuste sería para la casta, pero es evidente que no soy casta, las pymes no somos casta, pero también estamos pagando el ajuste. Lo que plantean es que estábamos atrasados, pero la realidad es que el bolsillo del laburante, de la pyme, del comerciante, no da para más“.

“En un negocio hay una diversidad de posiciones respecto de los clientes, está el que tiene un aprecio por un aprecio por una fuerza política y desea que el gobierno se vaya ya, y está el otro que dice que está bárbaro, y está el que sé que no es un fanático, que es el que más escucho, y dice que todavía la imagen es positiva, como que sabemos que estamos más, pero un porcentaje piensa que vamos a salir adelante“, señaló.

A modo de mensaje a los comerciantes de proximidad culminó: “Lo que le digo a todos mis colegas es que los argentinos en general estamos acostumbrados a atravesar esta clase de situaciones, no sé cuanto hace que no tenemos un campo llano donde poder transitar con tranquilidad, todos los días renegamos por algo distinto, por eso les pido que interpreten al cliente, que estén pendientes de lo que necesitan, y si la gente se vuelca a las pymes hay que tratar de conseguir pymes, uno tiene que tratar de hacer cintura y entender al cliente, no son momentos fáciles, más ahora que los aumentos de la energía eléctrica nos empieza a preocupar“.

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