Lito Ruíz

«Me gustaría hacerla de nuevo por la calidad humana que encontré»

Tras haber realizado la Across Andes, carrera de 1050 kilómetros y 15000 metros de desnivel, donde finalizó en el cuarto lugar, el ciclista rojense contó la experiencia en Panorama Deportivo. «Me encontré con una carrera muy competitiva y los mejores del mundo», aseguró.

 

Tras 60 horas de pedaleo casi constantes, con un recorrido que superó los 1050 kilómetros y un desnivel que se calculó de 15000 metros, el pedalista rojense Gustavo Lito Ruíz se dio el gusto de completar una nueva competencia de ultra distancia, en esta oportunidad debiendo trasladarse a tierras chilenas, donde bordeando la Cordillera de Los Andes desarrolló la tradicional prueba conocida como la Across Andes.

Gustavo Lito Ruíz, de gran temporada en el plano nacional, se mezcló con los mejores corredores del mundo de la especialidad, terminando la carrera nada menos que en el cuarto lugar, por detrás de un alemán, considerado el mejor del momento, y del vencedor del año pasado.

Como no podía ser de otra manera, de regreso a la ciudad tras cinco días que serán inolvidables, Gustavo Lito Ruíz le contó la experiencia al programa radial Panorama Deportivo, donde dijo acerca de la preparación que «no hice nada en especial por falta de tiempo, sobre carga de carreras y demás, o sea que fui con lo que tenía, que no es poco porque siempre estoy entrenando, solo fui hasta Arrecifes y vine, que fueron un total de ocho horas”

El pedalista local sostuvo que se encontró “con una carrera muy competitiva, con un nivel de corredores excepcional, de veinte países diferentes, es decir que vinieron todos los mejores del mundo en la especialidad, y en mi caso tenía experiencia en estas carreras, quizás no con estos kilómetros ni tantos metros de desnivel, pero sabía a lo que me enfrentaba”.

“Comenzó el domingo a las 6 desde Melipeuco, a la altura de Villa Pehueña, arrancando el lado chileno, que fue distinto a anteriores ediciones donde se iniciaba del lado argentino y se cruzaba, pero tras la pandemia se cambió el recorrido”, explicó.

“Los 160 corredores largamos juntos, con una primera parte del recorrido que conocía porque lo hice en la camioneta cuando llegamos y justamente era la parte más rota y la que más me favorecía a mi bici, porque este tipo de carreras se hace con gravel y yo fui con una de mountain, lo cual me favoreció para marcar el ritmo y quedó solo hasta cuando me conectaron a los 70 los kilómetros. Había mucho serrucho, algo de piedra suelta, que justamente fue una particularidad de la prueba, porque de tierra no pisamos nada, eran cien por cien relleno de piedra, lo cual era bastante desgastante para el físico, sobre todo para las bicis de gravel que son más angostas de rodado”, sostuvo.

El corredor del equipo Raleigh manifestó que “en la subida con la piedra suelta me fui solo, hasta que me cazaron dos corredores y seguimos los tres, y se dio una sorpresa porque dejamos atrás a varios corredores de excelencia, incluso al ganador de una de las pruebas más conocidas que se hacen en España, que recién me conectó a los 150km., pero a los 200 terminó abandonando porque no nos pudo seguir, algo que lo tomo como un orgullo”.

“El CP1 estaba a los 250 y tuvimos la particularidad que hizo mucho calor y el agua no alcazaba nunca por eso tuve que empezar a parar en las vertientes para agarrar agua de la montaña que es potable, hasta que cometí un error que lo pagué bastante caro y me sacó la posibilidad de pelear por la punta, porque a los 150 había un pueblo donde no paré a recargar confiando en las vertientes y justo comenzó una pendiente muy alta con viento de cola y 40 grados de calor, que no me permitía refrigerarme, y me quedé sin agua, o sea que tuve 10km sin un solo río y tuve que bajar el ritmo porque me podía pasar algo malo, recién cuando encontré un río era demasiado tarde, incluso me habían comenzado los calambres por la falta de hidratación, igualmente llegué bastante bien al CP1, pero el error ya lo había cometido”, se lamentó.

“En el CP1 tenía para comer e hidratarme y me lo tomé con un poco más de calma que si hubiese ido bien, entonces demoré un poco más como para salir a recortar, pero fue imposible, solo me puse en la cabeza llegar al CP2 bien alimentado e hidratado, y le di desde las 4 de la tarde a las 5 de la mañana, que fue cuando me venció el sueño y por la ruta miraba donde me podía tirar.

En un momento pasé por una garita, con una tabla de 15 kilómetros, no sé como hice, pero era tal el cansancio que dormí 45 minutos plácidamente, para después llegar al CP2”, continuó.

Siguiendo con los detalles de la competencia manifestó que “precisamente a la noche me encontré con un señor que habrá pensado que era un loco todo sucio y en bicicleta a las 2 de la mañana, hasta que entramos en confianza y me dio comida, y cuando le comenté sobre los lugares que venía viendo pero lástima que era de noche, y me contó que era justo el momento de ver algo único, porque a los 5 kilómetros me iba a encontrar con las lamas del volcán Villa Rita, fue extraordinario, una imagen única”.

“En la subida que me quedé sin agua me pasó un italiano residente en Guatemala, mientras tanto yo iba cuarto y casi al lado de una pareja que nos íbamos pasando. Al otro día encontré un lugar para desayunar, algo que costó bastante porque era un lugar muy descampado, allí miré el seguimiento satelital y el tercero estaba cerca, y durante todo el día le di firme para alcanzarlo, era el ganador del año pasado, pero al final del día me fijé y se me había alejado, y para atrás tenía al otro corredor estaba a cuatro horas, o sea que ya me quedaba solo defender el puesto”, apuntó.

Agregó en este sentido que “esa noche paré en San José de la Mariquina, en un restorán a cenar bien, descansé bien, salí y por mala suerte me encontré con una ruta muy rota y por la noche empezaron a aparecer los fantasmas, que le llamo a las cosas irreales que tu cabeza te hace ver por el cansancio, la mala alimentación y la deshidratación, por eso pensás que un yuyo al lado del camino es un animal, un árbol es un monstruo, una serie de carteles un plato volador, es así realmente lo que se vive y le pasa a todos, por eso tratamos de no asustarnos.

Rodé tranquilo hasta que llegué a la costa del pacífico a las 12 de la noche a un pueblito hermoso, donde el mar golpeaba sobre la costa a la luz de luces del pueblo, una imagen bellísima, un momento mágico”.

El pedalista rojense explicó que “al volver a la carrera el garming me indica que tenía que doblar, pero no había camino, solo una balsa parada y una grúa, hasta que cayeron dos bicicletas, justamente la dupla del día anterior, y justamente la grúa que yo veía y me dijeron que era un puente, o sea que estuve media hora parado, y cuando le conté de los fantasmas me dijeron que era tiempo de dormir,

Llegamos los tres juntos al CP3 donde había varias cabañas para dormir y lo hice tres horas en una cama, que fue un descanso muy bueno”.

“Nos faltaba la última parte, que eran 250 kilómetros y parece que es nada, y yo pensé eso también, pero una vez que hice 50km. entré a los montes de tala de pinos, unas subidas durísimas, y justamente era el momento de la tala, o sea que nos encontramos con cientos de camiones que venían de atrás, algo bastante peligroso, más con un camino de una sola mano.

Una vez que llegué a Villa Rita pensé que ya estaba porque me quedaban 100km., pero nos encontramos con la montaña el Pedregoso con unas pendientes del 20 por ciento, o sea que iba a 3 o 4 km/h, o sea que tenía pensado llegar a la tarde y terminé a la medianoche, por supuesto que con una alegría enorme”, subrayó.

Lito Ruíz contó que “el año pasado tenía paga la carrera, pero no pude cruzar por la pandemia y había dicho en broma que en dos días y medio la hacía cuando el ganador anterior la hizo en tres, y este año mucho bajaron el tiempo y yo lo hice dentro de los plazos, aunque regulé mucho después de aquel error porque ya no estaba a mi alcance seguir descontando”.

“El ganador fue un alemán, Ulrich Barthomoes, que fue quinto en la Badlans de España, el segundo fue el vencedor del año pasado, un chileno que se dedica a esta clase de carreras y el tercero el italiano radicado en Guatemala, y para atrás muchos internacionales que se dedican a esto, o sea que de mi parte muy conforme, es más, los demás no me tenían fe por la bici que había elegido, pero la elección fue la correcta porque me ayudó bastante para lograr la posición”, declaró.

El ciclista de nuestra ciudad no dudó en señalar que “es una experiencia única en la vida, pude ver entre ocho y diez volcanes, la mayoría en actividad, la cantidad de lagos es increíble, y después lo humano, porque la calidad que hubo en la recepción tanto de la organización como de los vecinos fue increíble, porque uno tiene la sensación que por ser chilenos estamos enfrentados, pero nada que ver, nos trataron de la mejor forma, incluso en los partidos de Fútbol, que podías pensar en cierto resentimiento porque quedaron afuera, pero se vinieron a ver el partido, festejaron los goles, colgaron banderas y en el supermercado, cuando fui después de la carrera la chica que atendía tenía puesta la camiseta Argentina, cosas que te hacen repensar un montón de cuestiones que uno piensa sobre los hermanos chilenos, claro está que estamos muy equivocados, estaban más contentos que nosotros”.

“En lo físico terminé muy bien, salvo el problema de siempre en la cola porque el traqueteo y las horas, que sin bien no se llegó a romper la piel, pero llegué con una paspadura importante, aunque una crema que llevé me ayudó bastante, en cuanto a los demás impecable, sobre todo de las piernas, lo que me permitió llegar perfecto después de dormir”, aseguró.

“Dije que era mi última carrera de ultra distancia, pero me gustaría hacer de nuevo ésta por la calidad humana y por el recorrido que fue fantástico, pero buscar un mejor resultado sería bastante complicado porque hay que correr con gente de mucha menos edad y especialistas en estas distancias, en tanto buscar otra carrera similar también es difícil, porque voy sabiendo que no podré pelear el primer lugar, aunque nunca puedo descartar nada”, concluyó Lito Ruíz tras completar una nueva experiencia de las que jamás se olvidará en la vida.

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