«¿Hacia dónde se dirige el dólar?» Es la pregunta del mercado, al ver que en el inicio del 2023 las diferentes cotizaciones se despertaron de un largo letargo. El Ministerio de Economía tuvo que blanquear algo que venía haciendo de manera solapada: va a intervenir en el mercado de los dólares financieros a través del Banco Central. Eso es lo que hay detrás del anuncio de la recompra de deuda externa.
IPROFESIONAL Por Carlos Keller
Hasta ahora ese tipo de intervenciones la venía haciendo por medio del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES, que es uno de los inversores institucionales más importante del mercado. El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) no le permite al gobierno argentino intervenir de manera directa, por ello, la administración nacional salió en búsqueda de alternativas.
Massa interviene el mercado para calmar la brecha del dólar
Andres Reschini, de F2 Soluciones Financieras, plantea que el anuncio de Sergio Massa de la recompra de deuda tiene por objetivo intervenir en el mercado, pero solo «va a atenuar las tendencias» del mercado. Difícilmente pueda generar un cambio en la economía. «Esto es todo financiero», sostiene.
El mercado recibió la noticia con algo de desconcierto. «Realmente no está claro a qué apuntan», dijo el economista Miguel Kiguel, secretario de Finanzas y director de la consultora Econviews. La señal es que ahora el BCRA va a estar comprando (o vendiendo) bonos globales en función de cómo se comporten las cotizaciones.
Hernán Letcher, director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), tiene una opinión bastante favorable. «Está bien que lo hayan hecho ahora», indicó. Letcher consideró que con ello «el Gobierno legitima un mecanismo de intervención en el mercado».
De algún modo, esta señal de Massa a los inversores, de que va a meterse para controlar la brecha, puede actuar como un desafío. «Si me van a correr, es preferible que lo hagan ahora, porque más adelante están las elecciones», plantean algunos operadores en off.
Básicamente los analistas del mercado están mirando un par de tendencias de corto y mediano plazo teniendo en cuenta el año electoral.
Por un lado, tienen puesto un ojo en la emisión de moneda que lleva a cabo en Banco Central para comprar bonos del Tesoro en los mercados secundarios y así sostener la «curva de pesos». También se tiene en cuenta todo el incremento neto de moneda para las versiones de «dólar soja».
Enrique Szewach, director del Banco Central durante la gestión de Mauricio Macri, planteó que el anuncio Massa «no cambia la tendencia de fondo hacia la dolarización de la economía». Es probable que todo siga como hasta ahora, pero con saltos de cotización menos violentos
El denominado dólar MEP subió en la segunda semana de enero de $327,9 a $341,2 (4,1%) y el CCL de $336 a $350 (3,2%), mientras que el informal saltó de $359 a $369 (2,8%). De esta manera, la brecha cambiaria del CCL se expandió a 93,1%.
Dólar 2023: ¿cómo impactan las elecciones en la brecha?
Para los operadores, la tendencia de más mediano plazo se ubica hasta agosto próximo, cuando se haya lanzado decididamente la campaña electoral y se vayan definiendo el perfil de los candidatos. A esta altura de la circunstancias, se asume que habrá propuestas «amigables», tanto por el lado de la oposición que tiene mayores posibilidades de retornar a la Casa Rosada el 10 de diciembre, como por el lado del oficialismo.
Se vislumbra que por el Frente de Todos, Sergio Massa podría ser el único aspirante a la presidencia con alguna chance de cosechar voluntades, quien por lo menos ha demostrado que es mucho más moderado que el resto del oficialismo, con buenas dosis de ortodoxia en sus políticas. Esta tendencia hacia una «mayor racionalidad» en un próximo gobierno juega a favor de una tranquilidad en el mercado cambiario. Habría menos demanda de dolarización.
Massa tendrá que superar febrero, un mes en el que estacionalmente cae la demanda de dinero de parte del público y se traduce en una suba de demanda de dólares. La sociedad de bolsa Portfolio Personal Inversiones (PPI) plantea que, con una visión coyuntural, de exceso de pesos y sin anclas nominales, «todavía hay upside».
Como tendencia de fondo, en PPI advirtieron que en la medida en que la administración económica del país no sea confiable, la brecha entre la cotización de mercado del dólar CCL y el valor técnico se amplía. «Como muestra de ello, el CCL ajustado por la evolución del M3 Privado (circulante más depósitos de corto y largo plazo) desde diciembre 2019 registró el viernes 13 de enero un valor $427,4, 22% encima de la cotización de mercado», dice PPI en un reporte.
En los últimos dos meses esa relación tan estrecha entre cantidad de dinero y CCL se fue acortando. «No debe ser soslayado que altas brechas entre cotización teórica y observada fueron comprimidas abruptamente en episodios previos, tal como estaría ocurriendo ahora (el 10 de enero este diferencial era de 31,3%)», plantea PPI. Para los analistas estaría jugando el «trade electoral». Se vislumbra un cambio de tendencia y probablemente el peso se termine fortaleciendo algo, con relación al CCL.
Para otros operadores, hay lecturas que son más directas. En el mercado se comparan los resultados del último Relevamiento de Expectativas de Mercados (REM) del BCRA en el cual las consultoras esperan una inflación en 2023 muy similar a la del 2022, del orden del 98%. Para estos inversores el REM tan solo refleja que para la opinión generalizada, la entidad que dirige Miguel Pesce va a seguir haciendo el trabajo de bombero para apagar los incendios que genera Sergio Massa.
Es probable que el ministro de Economía disponga de nuevas versiones de dólar soja para juntar dólares, y es también casi inevitable que el Tesoro vuelva a tener en algún momento del año una crisis con la deuda en pesos como la que hubo en junio del año pasado, que se calmó con una emisión de $600.000 millones. De ocurrir esto, el Banco Central va a tener que asistir a Economía. Eso implica más emisión y más inflación. Hacen el siguiente cálculo: si en diciembre el blue cerró en $350, el techo es de $693 para fin de año. Siempre hay que tener en cuenta que en 2022 la inflación fue cercana a los tres dígitos pero el blue avanzó 60%.
Ecolatina vislumbra un escenario de complicaciones para el 2023. El sostenimiento del crawling peg (minidevaluaciones diarias) estará tensionado especialmente durante el verano. A diferencia del 2021 y el 2022, se espera que haya una caída en la liquidación de divisas provenientes del agro. «En contraste con los últimos dos años, los precios internacionales no compensarán los menores volúmenes de cosecha agrícola a raíz de la sequía», advierte Ecolatina. También se señala que «el adelantamiento de ventas que produjo el dólar soja 2.0 deja menos producto a vender en el primer trimestre».
Por otro lado, indica que «el nivel de brecha cambiaria y de tipo de cambio real no será consistente con un superávit de cuenta corriente sostenido en el tiempo», en un contexto en el que «el financiamiento neto del FMI será negativo». Ecolatina también advierte: «¿Cuánto podrán seguir postergándo los pagos pendientes de importaciones? En este escenario, la puesta en marcha del gasoducto Néstor Kirchner emerge esencialmente para reducir los pagos por importaciones energéticas previo a la temporada invernal».