Tercera generación de una familia tradicionalmente ligada al rubro de la panificación, en diálogo con este diario Lucas Padrós explicó las nuevas estrategias comerciales de la firma: los puntos calientes
Lucas Padrós, tercera generación de una familia tradicionalmente ligada al rubro panificación en Rojas a través de Rosafé, explicó las nuevas estrategias comerciales de la firma.
“En lo referente al tema de la franquicia lo primero que pensé fue en hacer un punto de venta caliente de facturas, bizcochos y chipá, que son los tres productos más importantes que vendemos en estos lugares, no como en la panadería donde se vende de todo”, explicó el joven industrial.
“Lo que sí pueden encontrar además es la línea seca, que también se consigue en los supermercados de Rojas, y en este caso se agrega a los comercios para que tengan una mayor variedad de productos, pero lo que buscamos en definitiva es trasladar los productos relacionados al desayuno y la merienda”, indicó Padrós en diálogo con este diario.
En ese sentido, señaló que “para tener más detalles de lo que es el nuevo emprendimiento los interesados se pueden contactar con nosotros llegándose a la Panadería Rosafé, o a través de Instagram y WhatsApp”.
Padrós sostuvo que “la intención de esto es crecer en cuanto a la llegada de nuestros productos y ampliar nuestro espectro de distribución, tratando de llegar principalmente a los barrios”.
Así, precisó, “para lograr una franquicia lo primero que se hace es firmar un contrato; hay tres tipos de contrato: el primero es de confidencialidad, que en base a eso yo te cuento lo que puede pasar para acceder al negocio, también se te cuenta que el lugar debe contar con ciertos requisitos en cuanto a lo edilicio, como por ejemplo 40 metros cuadrados, y se habla del dinero que hay que disponer para comprar la marca y para abonar las capacitaciones”.
“Respecto al mobiliario -prosiguió- prácticamente lo ponemos nosotros, ya que trabajamos desde hace muchos años con una empresa de Lincoln, y ya tenemos un formato de franquicia, y lo mismo para el frente del local, todo conformado en base a unos planos que hace el arquitecto y luego ellos arman todo. En principio sería un contrato de llave en mano, pero por otro lado trabajamos en conjunto con el franquiciado”.
De todos modos, Lucas observa el panorama con prudencia: “En Rojas no se si hay espacio como para sumar algún local más, y por eso la intención es comenzar a salir para el lado de la ruta y apuntar para Pergamino y Junín, pero primero tenemos que desarrollar bien la parte de logística, y una vez conseguido eso le damos más para arriba”.
Mientras tanto, comentó que “la última franquicia que se concretó en Rojas está ubicada en Pueblos Originarios 6, a metros de la Avenida San Martín, casi en el semáforo, lo cual nos da acceso hacia el barrio Progreso”. A ese respecto, Padrós consideró que “una buena opción sería encontrar un lugar cercano a la Escuela Técnica, porque estaría de un lado el local que mencioné, nosotros estaríamos en el medio y del otro lado otro. Mientras tanto el abanico es amplio, siempre teniendo en cuenta que los números les cierren a los dueños de los locales, porque de lo contrario esto no tendría sentido”.
En tanto, comentó que “mi hermana está en el sector ventas y junto con ella creamos una red de distribuciones de cuatro productos integrales que son tostadas integrales con sal y sin sal, y marineras con semilla y sin semillas. Esas cuatro variedades las distribuimos y las vendemos en distintas dietéticas del país, podemos llegar a cualquier persona que llame, y lo hacemos a través de distribuidoras”.
En cuanto a la actualidad del rubro, Padrós dijo que “el día a día se siente en el negocio porque hay aumentos una vez por semana de todo y uno no puede ir aumentando los productos todas las semanas: es allí donde se va notando la baja. Por lo pronto caminamos y estamos bien, pero nos pasa que no se sabe qué puede pasar a futuro”.
“La harina no se ha movido mucho, pero en el caso nuestro no es solo harina lo que usamos, usamos además manteca, margarina, huevos, toda materia prima que llega semana tras semana con nuevo precio y no sabés cómo hacer funcionar el negocio, porque si aumentás a cada momento no compra nadie”, destacó.
En ese sentido, observó que “la baja en el consumo se nota bastante, porque nosotros tenemos un público que venía y compraba la docena o media docena, pero ahora vienen y compran de a cuatro facturas. Lo importante es que siguen viniendo, pero la realidad es que se consume menos cantidad”.