La Policía Federal impidió este lunes durante horas el ingreso y egreso por parte de la comunidad educativa -estudiantes, docentes y trabajadores no docentes- a la sede de la Universidad Nacional Madres de Plaza de Mayo (UNMa), situada en Defensa 119, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. A media tarde, los efectivos liberaron la entrada y se apostaron en la vereda de enfrente.
«Las madres de Plaza de Mayo denunciamos al mundo que el gobierno criminal de Javier Milei impide a través de uniformados de la Policía Federal el ingreso a trabajadores de nuestra Universidad a su sede, para cumplir su tarea», indicaron a través de un comunicado desde la UNMa.
Adrián Dubinski, historiador de la UNMa, describió: “Nos quieren asfixiar económicamente pero como ven que igual venimos a trabajar y los docentes dan clases ahora quisieron cerrar la universidad, bajar la persiana. No dejaban salir ni entrar a nadie. Durante unas horas hubo una privación legítima de la libertad. Ahora, se fue la policía y se abrió la universidad. Seguimos funcionando dentro de esta anormalidad. Es una situación totalmente por fuera del estado de derecho”.
El comunicado de la UNMa, añade que la medida violó «la autonomía universitaria y pretende criminalizar a los trabajadores de nuestra universidad”, por lo que se convoca a «toda la comunidad de la UNMa, a los sindicatos, a las organizaciones sociales y a los partidos políticos, a movilizarse a Defensa 119, y poner freno a este atropello».
La intervención
El jueves 25 de julio, horas antes de que las Madres de Plaza de Mayo iniciaran su marcha semanal número 2415, el gobierno nacional dio a conocer una resolución de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, en donde establecía la intervención de esta Casa de Altos Estudios, desconociendo la figura de su rectora, Graciela Caamaño.
“Somos una universidad nacional creada por Ley en octubre de 2014 sobre el Instituto Universitario Nacional en Derechos Humanos Madre de Plaza de Mayo. Es decir, ya tenía estudiantes, docentes y personal no docente. Todo eso pasó directamente a la Universidad Nacional. Se hizo una asamblea en diciembre, quedó normalizada y después se hizo otra asamblea en marzo que eligió rectora a Cristina Caamaño. Todo dentro de la ley”, insistió Dubinski.
“El gobierno de Milei desconoce esa normalización; interpuso y nombró un rector interventor, que ellos lo llaman normalizador, pero ya es una universidad normalizada. Además, tenemos autonomía universitaria, órganos de co-gobierno conformados por los claustros que tienen representantes en el consejo superior y hay asambleístas. Todos eligieron una rectora y estamos funcionando. Empezamos las clases y desde enero que no cobramos sueldos, ni nos transfieren nada de dinero, ni siquiera lo del presupuesto del año pasado con lo cual la situación es compleja”, concluyó el historiador.