DE ROJAS A DINAMARCA

Joni Quiroga: Construyendo sueños junto a su familia danesa

El actor y performer rojense se encuentra radicado en Dinamarca desde hace ya tiempo, junto a su compañera y sus dos pequeños hijos – Cómo es la vida en un país de raíces, cultura y tradiciones muy diferentes al nuestro

 

“Acá en Dinamarca estamos en verano, que sería como una primavera de Argentina: el clima no es tan caluroso, pero sí los días son un poco más largos, el sol arranca a las 3 de la tarde y se pone a las 10 de la noche”, nos cuenta a través de la línea telefónica (que funciona genial cuando hablamos al otro lado del mundo pero se empecina en no hacerlo cuando hablamos a una distancia de pocas cuadras), el actor y performer rojense Jonathan Quiroga desde Dinamarca. Como se sabe, Joni está radicado en el país danés desde hace tiempo, y allí reside junto a su compañera, danesa, y sus dos pequeños hijos, nacidos en ese lejano país.

“Estamos en una casa de verano, en una especie de comunidad que se armó después de la Segunda Guerra Mundial, que consiste en un grupos de casas para la gente que vivía en la capital y se podía trasladar a este lugar en el verano. Mientras tanto nosotros nos encargamos de trabajar y reparar los diferentes espacios junto a mi compañera y pasamos el tiempo con los dos niños”, nos cuenta.

Mientras tanto, la pareja sigue sumando proyectos: “Si bien todavía no está seguro el viaje, para noviembre tenemos planificado viajar un mes a Canarias, por un proyecto de mi compañera, así que estaríamos allí durante un mes y medio”, comenta Joni.

Por otro lado, recuerda que “la época de la pandemia nos agarró con varios problemas porque en ese momento nos cancelaron el vuelo y tuvimos que hacer toda una movida para retornar a Dinamarca. Pero una vez que pudimos regresar nos establecimos en nuestra casa y retomamos la vida cotidiana. Después de unos meses digamos que la situación se calmó bastante, así que comenzamos con la vida normal y hoy podría decir que la gente se olvidó por completo de la pandemia”.

-¿Cómo es la vida de familia, el día a día?

-Debo ser sincero, si bien no conozco a todo el mundo, por lo que he visto de este lugar es que es como un paraíso para los chicos: si me tocara ser niño de nuevo me gustaría serlo acá, porque no se imaginan la cantidad de atracciones y parques que hay para los chicos, además de la seguridad que se siente y poder ir y realizar muchas actividades. En este sentido los chicos la pasan estupendo. Además hay una gran diversidad de actividades, y cada plaza tiene una temática distinta, lo cual es algo fabuloso.

-¿Y tus chicos?

-Hemos decidido por ahora no llevarlos al maternal, o sea que mayormente los cuido yo en casa; pero también tenemos un grupo de padres con los que nos organizamos, que también tienen chicos que se quedan en sus casas, y hacemos actividades en conjunto: nos juntamos tres veces por semana y concurrimos a los parques y a los bosques, y se ha formado un grupo muy lindo, los chicos interactúan entre ellos y considero que el aprendizaje que logran es increíble. Dinamarca tiene la fama de contar con un alto nivel educativo, aunque por ahora nuestra idea es brindarles toda la posibilidad de aprendizaje desde el hogar, y mientras tengamos la posibilidad de llevarlo adelante lo haremos. Una vez que tengamos que ingresar en el sistema educativo nacional lo tendremos que hacer. Mientras tanto por ahora tenemos otro tipo de inclinación en cuanto al cuidado de los chicos. No voy a decir que la educación en el hogar es algo sencillo, porque la realidad es que en estos casos uno tiene que tomar prioridades: si yo tomara la opción de generar más ingresos, esta idea de cuidarlos en la casa no sería viable porque paso mucho tiempo con ellos, o sea que estoy llevando a cabo el proceso educativo del día a día, y en ese caso hay un montón de cuestiones que tienen que ver con el desarrollo de la temprana edad que están relacionadas al apego de los padres, a sentirse seguros, por lo cual encontramos muchísimos beneficios educándolos de esta manera, entendiendo a la vez que no es fácil, pero a la larga notando que se encuentran muchas ventajas.

“No sabría decir si esta manera de educar a los niños es común en Dinamarca porque la mayoría de las personas sigue con el sistema tradicional, pero sí puedo decir que es una posibilidad abierta y que uno puede encontrar más gente para desarrollarla. Además es evidente que existe y que no hay ningún prejuicio social, o sea que nadie nos va a estigmatizar porque no estamos llevando los chicos al colegio. De hecho conozco que hay algunas comunas que toman como referencia la cantidad de dinero que necesitan para ingresar a los chicos a una escuela y en vez en de dárselos a las escuelas se lo entregan a los padres que optan por cuidarlos en sus casas. No es el caso nuestro, pero sabemos que se tiene en cuenta en varios lugares. Lo que veo acá en la sociedad escandinava sobre todo, en Suecia, Dinamarca, Noruega, Finlandia, es que la máxima prioridad que existe son los chicos: todo está diseñado para que los niños tengan un desarrollo lo más eficiente posible. En todo orden los chicos son lo primero”.

-¿A qué cosas todavía no te acostumbrás en tierras danesas?

-A lo que todavía no me acostumbro para nada es al invierno, sobre todo por la falta de luz, no tanto por el frío porque el cuerpo se empieza a acostumbrar y con la ropa te podés cubrir. Pero la falta de luz es muy fuerte. También noto que es difícil adentrarse en los círculos daneses si no tenés el idioma bien desarrollado; es como que te incorporan, pero no es lo mismo, y por eso lo considero como una traba bastante importante. Más allá de esto, con mi trabajo de animaciones para fiestas, cumpleaños y eventos, para lo que mi compañera me ayuda para las contrataciones, una vez que estoy en el lugar me aceptan como uno más, así que en el plano laboral no tengo problemas. Tengo un manejo del idioma que es básico, porque como nosotros hemos decidido viajar en el medio el estudio en lo personal ha sido bastante cortado, he tenido seis meses de estudio y generalmente hemos viajado seis u ocho meses, por eso cuando vuelvo casi que tengo que arrancar todo de nuevo. Con los chicos voy practicando más ahora porque ellos están mucho más con el danés, con lo cual tengo una práctica diaria. El mayor tiene cuatro años y dos el menor. Normalmente tienen dos idiomas, lo que al principio genera una complejidad y por eso a veces se atrasa un poco respecto del resto que están aprendiendo un solo idioma, pero es algo normal, y en nuestro caso vemos que el más pequeño se va desarrollando en ese sentido más rápido que el primero.

-¿Cómo es el paisano danés?

-La sensación que tengo del danés en general que es una persona políticamente correcta, alguien que entiende las reglas de convivencia de la sociedad. De allí que es muy difícil entrar en profundidad con las personas porque siempre hay una capa: son muy amables, muy cordiales, y es muy difícil encontrarte discutiendo con alguien sobre algún tema, uno puede expresar su opinión, pero es muy raro que se ponga a discutir por algo. Además, como la vida la tienen tan bien resuelta en el plano económico no tienen los mismos problemas que tenemos nosotros en Argentina. Entonces las miradas son diferentes. También tienen una sensación de mucha seguridad y se ver sorprendidos cuando viajan a otros lugares. De hecho lo experimenté cuando viajé con Sofía, que no podía creer que existieran ciertas inseguridades en otros lugares. Por eso nos tenemos que adaptar en ese aspecto cada vez que vamos a otro país.

-¿Y la situación en general?

-Cuando nos conocimos con Sofía el peso argentino y la corona danesa estaban uno a uno, cuando ahora la diferencia es más de quince, o sea que desde hace diez años y algo la moneda Argentina se devaluó más de quince veces en relación con la de Dinamarca. Esto nos marca que tenemos estabilidad económica; es más, desde que llegué hasta hoy las cosas no aumentaron prácticamente nada. En la pandemia hubo una pequeña movida por el tema de la energía y eso produjo la suba mínima de algunas cosas, pero fue muy poco. Es para destacar también que hay mucho trabajo y mucha diversidad de trabajos, y no hay un sueldo mínimo establecido, pero sí lo mínimo son 12 mil coronas, que serían 1800 dólares, lo que te sirve para alquilarte un departamento y cubrir tus necesidades básicas. En nuestro caso en particular, en los años anteriores, cuando teníamos proyectos nosotros viajamos mucho tratando de conocer comunidades ecológicas, con construcciones autosustentables. Mientras tanto, para hacer eso, nos dedicamos bastante tiempo acá a trabajar y ahorrar, mientras que ahora las cosas han cambiado porque nos hemos establecido. Además mi compañera está estudiando porque quiere recibirse de diseñadora web, lo que le permitirá aumentar sus ingresos a futuro, y mientras tanto está recibiendo un sueldo por estudiar, es un dinero importante, y que nos da cierto margen para vivir. Por esto es que nosotros decidimos cuidar a nuestros chicos en casa.

-¿Cuándo andarán de nuevo por Argentina?

-Siempre nos gusta tomarnos las vacaciones en el invierno de acá, que es muy duro, y que a su vez coinciden con el verano de allá, lo que sería enero o febrero, o sea que ya estamos empezando a evaluar el próximo viaje, que sería después del proyecto que tenemos de viajar al norte…

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