La diputada del bloque de Unión por la Patria, Ayelén Rasquetti, ingresó a la Legislatura un nuevo proyecto de ley para establecer la obligatoriedad de que los envases de productos alimenticios comercializados en la provincia de Buenos Aires incluyan información en sistema de lectura braille.
De esta manera, el texto que lleva la firma de la diputada bonaerense del Frente Renovador establece que todos los productos alimenticios deberán contar con información accesible en sus envases, como las indicaciones básicas sobre su utilización y la fecha límite para su consumo, rotuladas en sistema braille.
De acuerdo a los fundamentos expuestos por Rasquetti, la iniciativa que deberá ser tratada en los dos recintos que integran la Legislatura bonaerense, busca facilitar las acciones cotidianas de las personas con discapacidad visual, que muchas veces no pueden saber qué compran, a menos que estén acompañados.
En tanto, el proyecto también determina que la autoridad de aplicación será definida por el Poder Ejecutivo bonaerense, a quien además se lo faculta para asignar las partidas presupuestarias necesarias que permitan implementar lo dispuesto en la ley. De este modo, el escrito prevé un respaldo institucional para que la normativa pueda llevarse a cabo de manera efectiva.
En caso de incumplimiento por parte de las empresas responsables de los productos, Rasquetti propone sanciones que van desde multas equivalentes de 10 hasta 1000 salarios mínimos vitales y móviles, e incluye apercibimientos y clausuras temporarias o definitivas para las mismas.
Ayelén Rasquetti, la diputada bonaerense del Frente Renovador que busca incorporar el sistema braille en los envases de alimentos.
De esta manera, la autoridad competente designada por el Gobierno de la provincia de Buenos Aires, debería evaluar la gravedad de la infracción al ahora proyecto de ley, la capacidad contributiva de las empresas infractoras, y la posible reincidencia para determinar las sanciones correspondientes.
En el texto, Rasquetti señala que el proyecto busca fomentar la igualdad de oportunidades, ya que muchas veces quienes tienen este tipo de discapacidad no pueden distinguir los productos que adquieren ni acceder a información básica sobre los mismos.
En este sentido, la legisladora insiste en que la puesta en práctica del braille en los envases alimenticios contribuiría a que miles de personas puedan desenvolverse con mayor autonomía, sin depender de terceros para realizar tareas básicas como hacer las compras.
Además, la diputada destaca que el sistema braille permite escribir todo tipo de contenido y que, aunque consta de pocos puntos, sus múltiples combinaciones lo hacen funcional y aplicable sin que ello represente un costo elevado para su implementación en los envases alimenticios.
Así se vería la cecografía incorporada en los envases de alimentos.
Por eso, Rasquetti consideró que no habría obstáculos técnicos significativos para que las empresas productoras de alimentos y envases alimenticios puedan llevar adelante esta política de accesibilidad, que facilitaría la cotidianeidad de todas las personas con discapacidad visual que se radican en la provincia de Buenos Aires.
Asimismo, en caso de que el proyecto de la diputada bonaerense de Unión por la Patria para incluir el sistema braille en los envases de alimentos sea aprobado, la provincia de Buenos Aires se convertiría en pionera, con la incorporación de un nuevo y fundamental derecho para las personas con discapacidad visual.
Etiquetado frontal: Rasquetti busca que los envases alimenticios incluyan su tiempo de degradación
Es preciso mencionar que, en consonancia con la incorporación del sistema braille en los envases alimenticios, Rasquetti presentó otro proyecto que propone implementar un etiquetado ambiental en los envases de productos comercializados, con el objetivo de promover el consumo responsable y el cuidado del ambiente.
En principio, el escrito establece que todos los envases deberán incluir, en un lugar visible y legible, información sobre el tiempo estimado de degradación del material con que fueron fabricados, junto con el modo correcto de disposición final o tratamiento del mismo, para que los consumidores sepan cómo descartarlo de manera ambientalmente adecuada.