“Ha sido uno de los desafíos más difíciles que he tenido como coreógrafa”

La Academia Everest completó un desempeño brillante en el Concurso Internacional de la Danza que se llevó a cabo en Paraguay, donde cosechó varios podios y cerró una experiencia maravillosa. La profesora y directora de la escuela comentó los detalles de la participación en El Nuevo en Radio, donde destacó que la producción lograda “fue una caricia al trabajo”.

 

Meses antes de la partida, cuando anunciaba la posibilidad de concretar este viaje, quizás ni siquiera imaginaba la profesora y directora de la Academia Everest, Marisol Benítez, encontrarse en Paraguay con una experiencia a la cual calificó como maravillosa, donde su grupo de baile supo brillar en el escenario y volver a la ciudad con la alegría de haber deslumbrado al jurado, acaparando la atención en cada coreo que exhibió en el Concurso Internacional de la Danza.

Días después del regreso Marisol Benítez comentó emocionada todo lo vivido en el vecino país, confesando en principio que “ha sido uno de los desafíos más difíciles que he tenido como coreógrafa, porque nos encontramos con 869 coreografías las que se presentaron, durante los tres días que duró el concurso, donde entrábamos a las 7 de la mañana y no parábamos hasta la noche.

Resaltó la reconocida profesora que “pudimos ver un nivel académico que hace muchos años en lo personal no encontraba, lo cual significa un desafío sumamente importante para una coreografía, porque era impresionante trabajo técnico, de aula, barra, entrenamiento, coordinación que había en todos los grupos, era algo increíble, por eso es más que un orgullo haber conseguido el podio.

“Había jueces muy renombrados y coreógrafos que se preparan durante dos o tres años para estar, cuando nosotros fuimos con algunas coreos que armamos en dos o tres meses, y se maneja tal nivel de excelencia que de este concurso se eligen bailarines y coreógrafos para compañías internacionales, algo no muy común en Argentina”, contó.

En este marco explicó que “la cantidad de coreos se debe a que Paraguay tiene una conexión muy estrecha con Brasil, un país donde la danza se enseña en las escuelas, o sea que desde muy chiquitos tienen el clásico incorporado, la capoeira y el urbano, diferente a lo que sucede en Argentina, que es una actividad extracurricular y no con la misma exigencia, y eso es lo que estamos buscando modificar, al menos en nuestra academia”.

“Para ellos lo más importante es ser nombrados en un podio, donde los márgenes de diferencia son muy finitos, sobre todo en los primeros tres puestos, y lo que apunta este concurso es que todas las coreografías lleguen a podio, y lo hacen a través de nivelar al máximo a todos los bailarines. Se avanza permanentemente en la parte técnica, buscando llegar a lo que es por sobre los 8 puntos, cuando generalmente a los encuentros que vamos se busca llegar a los 5 puntos“, sostuvo.

Comentó que “tengo la suerte de contar con un grupo de gente que ha sabido entender de mi exigencia y creo que justamente ahora que tuvimos la oportunidad de formar parte de este evento se comprendió el porqué se trabaja de esa manera, y claramente lo hacemos no solo pensando en un concurso o una presentación, sino que lo hago también pensando en el futuro de cada alumna, sigan o no en este camino“.

Repasando el viaje, Marisol señaló que “el mismo día que llegamos fuimos a conocer el lugar, había una organización impecable, tuvimos un agasajo con comidas típicas y el teatro era un viejo cine, que se transformó en un complejo gigante, donde pasa un río por debajo del escenario, tiene tres pisos, y sobre todo nos encontramos con un clima de mucha camaradería, de permanente intercambio“.

“Fuimos 16 bailarines, con papás, una delegación de 31 en total, con seis que pertenecían a la sede de Pergamino, con los tres bailarines pequeños, que quedaron segundos en la devolución de los tres jueves, donde uno podía entender perfectamente que es lo que marcaban, uno que evaluaba la coreografía, otro la parte técnica y el otro el show, y en base a eso se determinaba el puntaje“, declaró.

“El primer día fue la presentación, el segundo comenzamos con los pequeños, el segundo día fue el que estuvimos toda la jornada, y el tercero es que el tuvimos libre, aunque podías ir nuevamente a ver a los demás grupos“, agregó.

Puntualizó que “había una sola oportunidad para presentar cada coreo, eran tres minutos en los que teníamos que mostrar el trabajo, además nos teníamos que hacer la propia iluminación, que también es un aprendizaje, algo que en algunos casos lo hicimos y en otros no, para no confundir a los bailarines“.

“Las correcciones con que nos encontramos fueron generalmente sobre tener más aula, más barra, estamos hablando de la parte técnica, que en muchas escuelas acapara la mayor cantidad de los días de la semana, y eso es lo que vamos entendiendo de nuestra parte, de hecho muchas veces pienso que estoy dando mucho de técnica, pero después cuando miro este tipo de eventos siento que debemos continuar profundizando“, subrayó.

La directora de Everest sostuvo que “fue una experiencia sumamente positiva, fue un aprendizaje en todo sentido, en principio desde el punto de que muchos nunca habían subido a un avión, el cuidado en las comidas, manejarse con su dinero, el hecho de salir de nuestra zona de confort, y en lo que es lo nuestro saber que no estamos tan lejos, de hecho las 13 coreografías que presentamos tuvieron podio, lo cual fue algo grandioso“.

Marisol Benítez borra por un instante la sonrisa de su cara para contar una situación desagradable que les tocó vivir en el concurso: “Durante cuatro años tuvimos la sede de nuestra academia en Pergamino, un proyecto hermoso, y de un día para el otro, sin saber el motivo, parece que las cosas no siguieron funcionando de la misma manera en comunicación, diferente a lo que estoy acostumbrada a trabajar en Rojas en el plano de la organización”.

“En este caso me llegó una canción, muy bella, “Carencia de cordura” para que volviera a hacer una coreografía fusionando alumnos de las dos sedes, con un bailarín divino, de esos que tienen la vibra innata, y una de mis alumnas de Rojas, y pasó luego que por cuestiones de viaje se decidió que fueran los dos de Pergamino”, explicó.

Añadió que “armé una samba estilizada en jazz contemporáneo, porque la sede de allá no se dedica a este género, y como vi que había quedado fantástica les propuse presentarse en este torneo previo al que fuimos con mis alumnas, donde justamente fue elegida como mejor coreo, y el bailarín obtuvo una beca junto con una de mis alumnas para desarrollar un estudio durante tres años dado por la provincia”.

«Después sucedió que me llegó una corrección por parte de Gabo Usandivaras y desde allí no se me permitió involucrarme más, aunque por la confianza que tenía dejé que siguieran trabajando por su cuenta, así que allá continuaron con su camino y en mi condición de coordinadora los inscribí para este viaje a Paraguay”, manifestó.

“En el concurso, la coreo ganó el primer puesto, y cuando me voy a acercar a saludarlos no los vi más, y cuando voy a buscar la devolución que me correspondía como coreógrafa se la habían llevado, o sea que la habían tomado como si fuese suya”, señaló.

Declaró con indignación que “nadie me va a devolver el tiempo, la cabeza, el amor, el armado del vestuario, la intención de que vayan, el aplauso, no se paga con nada, es algo muy feo lo que hicieron, algo que no corresponde, que no se hace porque es algo muy personal, por eso me duele, y lo hago público porque fueron mis alumnas quienes lo expresaron, porque ya había tomado la decisión de dar vuelta la página y que ellos sigan su camino”.

Dejando atrás el trago amargo, Marisol Benítez volvió a poner el foco en la brillantez de lo hecho por sus alumnas, señalando que se vendrán interesantes oportunidades: “Estamos invitados a varios certámenes, pero antes tenemos muchos compromisos que tenemos con toda la compañía, porque esta vez no fueron todos los grupos los que viajaron, y mi intención es que todos puedan mostrarse, así que estamos viendo un concurso en Junín, otro en Córdoba, mientras tanto el foco primero está en el Martín Fierro”.

“Para objetivos más grandes tendremos que esperar hasta el año que viene, porque hemos recibido invitaciones de Panamá, incluso si hubiésemos querido podríamos avanzar dentro de este mismo concurso que se hizo en Paraguay llegar hasta Nueva York, pero consideramos que podemos esperar un tiempito más”, consideró.

En el final, emocionada, la profe destacó que “ha sido un viaje maravilloso, donde nos ayudamos entre todos, todo fue alegría, diversión, también lágrimas con cada premio, por eso cualquier cosa negativa que haya pasado queda en el olvido, porque las cosas lindas fueron más importantes y eso es lo que nos guardamos en el corazón, es una caricia al todo el trabajo y el esfuerzo que venimos realizando”.

Compartir esta nota