«Es fantástico para nuestra escuela haber publicado un nuevo libro»

«Disruptivos» se llama el libro que publicó el año pasado el grupo de alumnos del taller de Literatura y Escritura de la Escuela de Artística «María Elena Walsh». La profesora, junto a las alumnas Luisina Becerro, Julieta Ríos Latuf, Candela, Ríos Latuf y Vera Dellabianca, comentaron detalles de la elaboración.

La Escuela de Artística «María Elena Walsh», ex escuela de estética, es desde siempre generadora de proyectos más que atractivos a través de todos los talleres que allí se desarrollan, pasando por el de Literatura y Escritura, el de Plástica, el de Música y Percusión, el de Teatro, hasta el de Danzas Contemporáneas.

La institución que funciona desde hace unos años en Francisco Roca 561 recibe a diario a niños y adolescentes que desarrollan la creatividad y ponen en funcionamiento el cuerpo y la mente, que no solo crecen a partir de los conocimientos en el ámbito interno de la sala, sino que también regalan fantásticos trabajos a la comunidad.

En este orden a fines del año pasado un grupo de alumnos y alumnas del taller de Literatura y Escritura que conduce la Profesora Morena García logró publicar un libro, al que han dado en llamar Disruptivos.

La propia docente, junto a las alumnas Luisina Becerro, Julieta Ríos Latuf, Candela, Ríos Latuf y Vera Dellabianca, nos visitaron en los estudios de Radio Rojas para presentar un material formidable, contando como surgió la idea y la selección de los textos que forman parte del trabajo.

«El libro se presentó el año pasado porque estos trabajos generalmente salen en noviembre y diciembre, pero como después vinieron las vacaciones sentíamos que no le habíamos dado la promoción que se merecía, porque es un acontecimiento muy importante, ya que después de unos años, después de la pandemia, haber publicado otro libro para la escuela es fantástico», comentó en principio la profesora Morena García.

La docente indicó que «anteriormente habíamos trabajado con libros, con los chicos de los cursos regulares, con la profesora Leticia Taborda, con Soledad Paradela, y en mi caso cuando estuve a cargo del taller de los más chiquitos, siempre publicábamos algún librito o alguna revista, pero desde la pandemia no lo habíamos podido hacer, así que estamos muy contentos de volver a trabajar en estas iniciativas, y ahora estamos con ganas de que se difunda mucho más».

«El año pasado pudimos hacerlo gracias al apoyo de la Dirección Secretaria de Educación, que estaba a cargo de Victoria Stodart, es decir, del Municipio de Rojas, mientras que este año presentamos proyectos para el Fondo de Banquinas, o sea que ya estamos insertados en un nuevo proyecto de este año sabiendo que tenemos los recursos.

Más allá de eso siempre igual buscamos la forma de llevar a cabo nuestros proyectos, aunque es difícil porque hay una cuestión económica de por medio, sin embargo por suerte tenemos una cooperadora importante, familias que nos apoyan siempre», destacó,

En este marco agregó que «también hay que resaltar que hay detrás un importante trabajo pedagógico, esto no es que cada producción surge de un día para el otro, la escritura es un proceso que empieza con una idea, con un disparador, los chicos escriben y eso después se vuelve a leer, luego ese borrador cambia y surge otra cosa, y pasa también que cambian las consignas y crean cosas que uno, como docente, a lo mejor no se imagina. Es un proceso que requiere también mucho trabajo del docente y del apoyo de la institución, que está a cargo de Andrea Falagán, que hace todo lo necesario para que podamos trabajar en cada idea»

La profesora Morena García manifestó en El Nuevo en Radio que «el libro surge como una necesidad, en el taller siempre se desarrollan contenidos relacionados con la literatura y nosotros lo que queremos hacer es lograr una situación comunicativa real, que ellos sientan que no escriben para el docente, para que quede en su cuadernito, en su carpeta, ni tampoco para la familia, lo pensamos no solo para la familia, es para la comunidad de Rojas y para los otros chicos, además para que ese libro quede en la biblioteca de alguien y lo tenga para leer»

«Participaron alrededor de 15 chicos tenemos siempre, quizás algunos no han querido publicar, pero generalmente es esa cantidad la que tenemos en los talleres», detalló.

«El disparador siempre surge del taller, pero a veces pasa también que ellos vienen con otros textos, me dicen que escribieron algo, puede ser un poema, para ver que me parece, ahí vemos si se puede publicar en el libro. Siempre hay un momento en el que cada autor selecciona que es lo que va a presentar, y no entran todas las producciones porque a veces eso depende de lo que el autor quiere mostrar., o bien si lo quiere hacer de manera anónima» explicó la profe.

Luisina Becerro, una de las autoras del libro «Disruptivos» manifestó que «la escritura es un proceso, en principio surge un disparador en el taller, y existe algo que queremos compartir con los compañeros, y es cierto que no esperamos encontrarnos con un grupo tan grande, que nos hiciéramos amigos, algo que favoreció en el proceso de escritura, en el respeto por compartir lo que vamos escribiendo, con algunas cuestiones que nacen en nuestras casas, pero sin dudas que luego se capitaliza en el taller, donde muchas veces rompemos las consignas, y en ese caso creo que soy especialista (risas).

Por su parte Candela Ríos Latuf contó sobre sus inicios en la Escuela de Artística que «hubo un tiempo en que íbamos con mi hermana, hasta que se fueron sumando más compañeros».

La profesora, que vuelve a formar parte de la charla, sostuvo que «es un grupo que viene desde hace mucho tiempo en la escuela, de hecho algunas arrancaron desde muy chiquitas, y lo que hemos logrado ahora es un grupo con trayectoria escolar, algo que no pasa siempre porque hay chicos que terminan el tercer ciclo cortan y después retoman, cosa que no pasó con todo este grupo

Candela destacó que «es divertido encontrar una forma de expresar nuestras ideas y nuestros sentimientos y también porque a mí personalmente siempre me gustó la literatura, los libros me acompañaron mucho tiempo en lo que es mi infancia y toda mi vida prácticamente. Cuando me llegó la invitación de More a entrar a la literatura no me imaginaba a mí misma escribiendo, pero cuando empecé a escribir me di cuenta de que me gustaba, de que me gustaba escribir las historias que yo quería leer también. Eso me motiva mucho a seguir escribiendo, escribir lo que yo quiero leer».

«Así fui descubriendo más mi estilo de escritura, qué cosas me gustan y qué cosas no, es algo muy divertido, también es una forma de conectar algo muy hermoso con algo muy doloroso también diferentes tipos de sentimientos, de tratar de transmitir diferentes emociones, elegir palabras que representen esas emociones», continuó Candela.

Volvió a tomar la palabra Luisina y comentó que «personalmente es como que retomé la literatura, porque siempre escribí, pero no sabía si me gustaba mucho o no. No me era difícil, pero no estaba tan entusiasmada, hasta que después de un tiempo seguí escribiendo y cuando lo retomé me di cuenta de que era una puerta para ordenarme a mí como persona, en definitiva la poesía para mí es como una puerta para expresar lo inefable».

Vera Dellabianca señaló que «en mi caso también arranque desde pequeña, luego hubo un período en el que dejé y retomé hace un año aproximadamente y me pasa que al principio quizás uno no se da cuenta realmente que le gusta algo hasta que se lo pone a hacer, ese fue mi caso con la literatura, y es ahora en el taller cuando me di cuenta definitivamente que es lo que me gusta».

«Hay chicos que terminó la clase y no pudieron escribir nada, no pasa nada, se piensa la semana y seguimos en la otra clase, después hay otros que son como un volcán, que desbordan todo y después lo que me toca como profe es decirles que se vayan fijando en tal verso, algo que uno trata de sugerir, porque la producción es totalmente de ellos, mientras tanto vamos corrigiendo entre todos cuestiones ortográficas o de gramática para que nada se publique con un error», expresó la profe.

«Hay un proceso de selección de los materiales, que pueden ser para el libro o para otras actividades, por ejemplo ahora los chicos van a participar en los Juegos Bonaerenses, la escuela acompaña y van a representar al municipio, así que elegir entre los poemas que tienen, hay un reglamento, son poemas que tienen que tener una determinada cantidad de versos, la cantidad de páginas en un cuento, porque generalmente en Bonaerenses los temas son libres. Siempre tomamos la selección como valoración, no es que estamos descartando otra cosa por malo o porque no nos gusta, generalmente tienen una serie de textos y valoramos uno en particular para determinada actividad o evento», explicó.

La docente aclaró que «la temática siempre es libre, trato de partir de los intereses de ellas, por ejemplo, ahora quieren leer a Cortázar, siempre se trabaja a partir de la lectura, siempre el escritor es lector antes, por lo tanto el disparador parte de un poema, de un cuento, de algo que leyeron, de algo que yo le llevo».

«Respecto al armado del libro por supuesto que estuvimos en contacto más allá de la escuela, porque mientras lo revisaba en casa iba consultando con ellos ya que no se cambia nada.  Eso mientras vamos escribiendo, luego tenemos la selección y ya después vamos por prólogo, sobre el cual tenemos como tradición en la escuela que lo haga un docente, un ex-docente, por ejemplo le ha Liliana Barzaghi, a Lía Albera, y para este libro lo hizo Leticia Taborda, quien hizo una muy buena lectura del libro

Con el tema de la tapa pensamos en sumar al taller de artes visuales y por suerte la tenemos a Vera que participa en los dos talleres, así que ella se encargó de diseñar la tapa», apuntó.

Vera Dellabianca contó como fue el proceso de diseño de la tapa: «Para empezar a diseñar lo que primero hice fue inspirarme en el nombre del libro, Disruptivos, así empecé a pensar en lo que para mí podían ser cosas disruptivas. En ese sentido me encontré con una imagen que era de varios foquitos de luz, y uno solo estaba iluminado, así que de eso me inspiré para hacer lo que sería la flor de esta planta. Después me fui inspirando en lo que se vive en el taller, lo que se dice, lo que se habla, lo que se escribe en el taller».

«En la tapa aparece lo lúdico, porque han trabajado con literatura lúdica, aparece la comida, porque hicimos una clase de poesía gastronómica, donde trabajamos con una mesa con hierbas», dijo la docente.

Luisina Becerro agregó en este sentido que «aparece el pingüino, que sería a mascota y el animal que nos representa a nosotros en el club y es algo que tiene una larga historia.

Fue un día que apareció uno de nuestros compañeros Manu Marengo con un chiste del pingüino, y era un chiste que era larguísimo y básicamente el remate era que no tuviera remate. En definitiva nos causó tanta risa que hizo que quedara como el nombre de nuestro club».

«También intento reflejar en la tapa que nuestras ideas son así como plantas, nosotros mismos somos las que las regamos, las que las cuidamos y eventualmente surge la flor. Entonces puse al pingüino que está regando esta planta de ideas que son nuestros textos, poesías, cuentos, etc.», explicó Vera Dellabianca, quien durante la charla nos regaló junto a sus compañeras la lectura de diferentes textos que aparecen en «Disruptivos».

 

La Escuela de Artística posee una amplia oferta educativa

 

La Profesora Morena García aprovechó la visita a Radio Rojas para invitar «a los chicos, chicas, adolescentes de la ciudad de Rojas a participar, a anotarse, a inscribirse en la Escuela de Artística,  estamos a la vuelta de la Escuela Nro. 1, Francisco Roca y 9 de Julio. Pueden ir a conocer, sin ningún compromiso, asistir a una clase.

Aquellos que les guste pintar, dibujar, hacer esculturas, trabajar con las artes visuales, está el taller para aquellos a los que les interesa la tecnología, está el taller de Fede Raposo, que ahora están haciendo videos a partir de los poemas y cuentos del libro».

«También está el taller de Colo Evangelista y de Aldo Bicocca, que tienen la banda «Bajo control», de la que participa también Luisina, así que si se quieren sumar con algún instrumento, hay lugar para todos. Tenemos Teatro, siempre a cargo de Mariano Torres y Fidela Carruegas, está el taller de danza con Fátima Bastianello, Los talleres son martes y jueves  de 17.30 a 19.00, a 18.50″, indicó, añadiendo que «los chicos que van en el turno tarde a la escuela también pueden ir, en ese sentido hacemos un arreglo con la familia para que entren un poquito más tarde, o sea que hay lugar para todos.

La profe comentó que «siempre se hace una muestra de fin de año y también tratamos de hacer muestras antes, por ejemplo generalmente para la semana de Las Artes vamos a la Plazoleta de la Juventud, mostramos algo de lo que pasa en el taller, de lo que hacemos, hacemos encuentros entre adolescentes, nos juntamos con los chicos que van en días diferentes, nos mezclamos para conocernos entre todos, que conozcan lo que se da en otros talleres, una de las principales características de la Escuela es la salida a la comunidad, porque el arte, sin un oyente, sin un espectador, no existe, además para que ellos encuentren significatividad en lo que hacen, que alguien lo pueda ver y que sepan que están generando algo en un otro».

«Recordemos que se trata de una escuela pública, gratuita, que no hay que pagar nada, como toda institución pública tiene una cooperadora, pero es totalmente accesible y no es obligatoria», indicó.

Por último, informó que «los talleres para adolescentes son de 17:30 a 18:50 martes y jueves, y par los más chiquitos, desde los 5 años hasta los 12, turno mañana miércoles y viernes de 8:30 a 11:30 y martes y jueves turno tarde de 14 a 17. Los chiquitos tienen que atravesar los cuatro talleres, literatura, teatro, música y artes visuales porque consideramos que tienen que llevarse una formación general, y después vayan eligiendo el que van a inclinarse en la adolescencia».

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