De sueños cumplidos, la vida en las rutas, y lo que vendrá luego

La pareja nicoleña retornó hace poco a su ciudad natal, tras recorrer la Argentina en bicicleta durante dos años y medio – Entre sueños cumplidos y sueños por cumplir, José y María Inés, mientras piensan ahora en viajar por el Brasil, desgranaron sus vivencias, recuerdos y reflexiones, en una entrevista imperdible esta semana en Radio Rojas

 

José Cirigliano y María Inés Brambilla, ambos de San Nicolás de los Arroyos, se conocieron circunstancialmente, se enamoraron y, como pareja, decidieron cumplir un sueño: recorrer la Argentina en bicicleta. La pareja nicoleña retornó hace poco a su ciudad natal, tras recorrer la Argentina durante dos años y medio. Entre sueños cumplidos y sueños por cumplir, José y María Inés, mientras piensan ahora en viajar por el Brasil, desgranaron sus vivencias, recuerdos y reflexiones, en una entrevista imperdible esta semana en Radio Rojas.

«En lo personal significaba cumplir un sueño y lo que encontré en el viaje es que uno puede vivir haciendo lo que le gusta, que nada es imposible, que si te gusta algo y le ponés toda la energía y tu trabajo lo podés cumplir», afirma José, en el aire de la FM92.5. «En nuestro caso fue un proyecto en bici; para otras personas puede pasar ese desafío por apostar a un nuevo trabajo, a una nueva actividad. Pero siempre todo depende de las ganas y la buena voluntad de uno mismo, en enfocarse y poner realmente la dedicación y esfuerzo en lo que uno quiere hacer. Eso es algo que aprendimos muchísimo», coincide María Inés.

-Fue una aventura personal, pero no exenta de complicaciones…

-José: Tuvimos que lidiar con nuestro cansancio, con roturas mecánicas; fueron dos años y medio viviendo arriba de una bicicleta, en una carpa. Pero eso fue lo que elegimos de manera conciente, y eso es lo más importante.

-María: Nos ha pasado de todo, pero más allá de eso para nosotros fue una aventura hermosa. Fue increíble todo lo que hemos aprendido, y lo que nos hemos desafiado y superado. Hubo que poner mucho esfuerzo para superar incomodidades, como en todo estilo de vida; porque, ¿en qué vida no hay cosas que hay que ir solucionando en el día…?

-¿Y cómo comienza esta aventura?

-María: Fue algo que comenzamos a construir juntos, aunque en realidad cuando recién nos conocimos con José durante la pandemia en el 2020 los dos teníamos el mismo proyecto: por mi lado había frenado mi viaje por la pandemia y él estaba a punto de salir en el suyo, y pasó que nos enamoramos y unificamos los viajes, proyectando de allí en adelante todo los dos juntos.

-Además, es un detalle fascinante el hecho de que prácticamente se desarrollaron como pareja en la ruta, en pleno viaje…

-María: Nos fuimos encontrando como pareja mientras transcurría el viaje porque nos conocimos en septiembre del 2020 y para enero del año siguiente estábamos viajando juntos, habiendo dejado todo, nuestro trabajo las casas, las comodidades.

-José: Pasó a ser una convivencia de 24 horas los siete días de la semana, estar todo el día juntos decidiendo cosas, en situaciones incómodas, cansados; pero cuando uno puede sortear todo eso lo terminás viviendo como algo hermoso e incomparable, porque cumplímos un sueño y encima lo hicimos con la persona que amamos, algo que no tiene precio.

-María: Fue una prueba de fuego y evidentemente para nosotros no hay nada más lindo que compartirlo con el otro. Todo lo que hemos vivido no lo vamos a olvidar jamás en la vida: nos encontramos con un país inmenso, tan grande, variado, desde los paisajes, la gente, las culturas. Y eso que no lo hemos recorrido todo…

-José: Pedaleamos las 23 provincias, pero a su vez nos harían falta mínimo diez años para recorrer de punta a punta cada una de ellas…

-¿Y ahora, en la postravesía?¿Hay algún proyecto nuevo?

-María: Hay muchas ideas, muchas ganas, aunque por ahora estamos en San Nicolás de los Arroyos, que es nuestra ciudad, donde estamos descansando y aprovechando para pasar tiempo con nuestros seres queridos que tanto extrañábamos.

-José: Las ganas de viajar están siempre y ese sería nuestro propósito a futuro. Mientras tanto estamos en una etapa en la cual queremos reacomodar nuestras vidas un poquito, volver a trabajar y después salir nuevamente. En ese sentido somos bastante flexibles, no es que tenemos un plan estricto sobre dónde queremos ir.

-María: El plan que tenemos es recién para dentro de dos meses, porque nos estamos yendo para Brasil, donde vamos a hacer una temporada, trabajando allá y viviendo la experiencia de estar afuera del país, porque hemos estado solamente en Argentina. Queremos tener una experiencia diferente, donde buscamos también ahorrar dinero trabajando y después ir proyectando más viajes.

-José: Queremos llegar a Brasil y trabajar de lo que venga. Eso es parte de la aventura: ganarnos la vida de la manera en la que podamos.

 

EN LAS RUTAS

«Lo que se hace en el camino es muy personal para cada viajero, porque uno puede abordar un viaje de un millón de maneras. Por nuestro lado lo que hicimos fue ahorrar mucho porque cada uno lo proyectó durante años, lo cual nos dio la soltura para movernos libremente sin tener que trabajar. Otros seguramente saldrán con un presupuesto más ajustado y capaz que al primer mes ya tienen que parar en algún lugar a hacer alguna changa para seguir”, señala José.

En tanto, María Inés explica que «os ahorros que teníamos nos permitieron movernos de la manera en la que lo hicimos; además está claro que viajar en bici es muy económico, pero sí es cierto que hemos vendido postales, pulseritas, algunas cosas mínimas como para estirarlos».

Además, comenta José, «por medio de las redes sociales hemos generado ingresos también, sobre todo con el canal de YouTube, pero no es la única manera”.

En cuanto al profuso material reunido por ambos durante su travesía (recomendamos calurosamente el canal de YouTube “Soñando en bicicleta”), José explica que «teníamos dos proyectos que por ahora es imposible por el tiempo que demandan, más si queremos seguir de viaje: uno sería escribir un libro con la experiencia, y otra cosa que nos gustaría, con los videos, sería hacer tipo un documental de una hora y media que redondee toda la historia, no solamente videos puntuales como tenemos ahora en las redes».

A esto, María añade que “si existe la posibilidad en un futuro, nos gustaría poder realizar charlas acerca del viaje, y que otra gente conozca lo que fue nuestra experiencia y quizás les sirva de inspiración para hacer el suyo, o por qué no, sacarse dudas en cuanto a cómo encarar desafíos particulares».

 

VIAJANDO Y OBSERVANDO

Cuando les consultamos qué recuerdo positivo y qué vivencia negativa guardaban de su viaje que, necesariamente, estuvo siempre atravesado por la interacción con otras personas, José comenta que “las acciones humanas nos reconfortaron a diario; de hecho las últimas tres provincias que recorrimos fueron Formosa, Chaco y Santiago del Estero, que son quizás las más pobres y las menos turísticas, pero donde la calidad de la gente es fenomenal”. A esto, María aporta por su parte que “el último día, saliendo del Impenetrable chaqueño, pasamos al santiagueño. Nos metimos por unos caminos que no sabíamos ni para donde íba, así que decidimos armar la carpa ahí y pasar la noche, y fue en el momento en que apareció una motito que venía siguiendo nuestras huellas en el medio del monte. Nosotros ni siquiera nos asustamos, como que sabíamos que era por algo bueno, y sí, era una familia entera que nos había visto pasar y nos empezaron a seguir, y nos terminaron invitando a su casa, comimos con ellos, una gente súper humilde, comimos un guiso con ellos, nos dieron una cama para dormir. Fue un gesto bellísimo, con lo cual nos refuerza la idea de que es más la gente buena que la que la que está dispuesta a hacer algo malo”.

Eso sí, una cuestión insoslayable: “Lo malo que vimos es la relación de la gente con el medio ambiente, el tema de la basura, también lo que encontramos en la Patagonia respecto de los bosques vírgenes, donde había de todo en cuanto a residuos; falta mucha educación en ese sentido”, deploró José.

 

REFLEXIONES

José: “El viaje nos enseñó que el tiempo se pasa muy rápido, porque ahora estamos acá y pareciera que nunca nos hubiésemos ido, cuando pasaron ya cuatro años desde que lo soñamos, lo proyectamos y lo hicimos. Y aún disfrutándolo todos los días pareciera que se nos escurrió de las manos, algo que está buenísimo, y eso es porque fuimos felices haciéndolo, no tengo dudas”.

María: “No hay que quedarse sin cumplir los sueños o postergar un plan: si tenés el deseo de hacer algo hay que hacerlo, porque si lo concretás y lo disfrutás termina siendo una experiencia extraordinaria e inolvidable”.

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