El Síndrome de Asperger es un trastorno del neurodesarrollo dentro del espectro autista.
Cada 18 de febrero se celebra el Día Internacional del Síndrome de Asperger, con el objetivo de generar conciencia sobre esta condición y promover la inclusión de personas que están alcanzadas por este trastorno del espectro autista que afecta la interacción social y la comunicación. Aunque sus causas no están completamente definidas, los avances terapéuticos han mejorado el diagnóstico y tratamiento. La psicoterapia especializada y la investigación han permitido una mejor calidad de vida para quienes lo presentan.
El Síndrome de Asperger es un trastorno del neurodesarrollo dentro del espectro autista, caracterizado por dificultades en la comunicación social y patrones de comportamiento repetitivos.
La concientización es clave para reducir la estigmatización y garantizar que las personas con Asperger reciban el apoyo necesario para su desarrollo personal, educativo y profesional, fomentando un entorno más comprensivo y accesible. Personas con este síndrome han aparecido en cine y televisión, como Sheldon Cooper en la serie “The Big Bang Theory”, lo que ayudó a conocer esta condición. También lo tienen famosos como el millonario Elon Musk y la activista Greta Thunberg.
Los expertos del Hospital Johns Hopkins de EE.UU. señalaron que el trastorno debe su nombre a Hans Asperger, un pediatra vienés que, en 1944, describió por primera vez un conjunto de patrones de comportamiento presentes en algunos de sus pacientes, mayoritariamente de sexo masculino. Asperger observó que si bien estos niños tenían una inteligencia y un desarrollo del lenguaje normales, presentaban serios problemas en las aptitudes sociales, no podían comunicarse bien con otras personas y tenían problemas de coordinación.
Combinación de factores
Las causas del síndrome de Asperger no están completamente definidas, pero las investigaciones sugieren una combinación de factores genéticos y ambientales. Estudios han identificado mutaciones en ciertos genes vinculados al desarrollo neuronal y a la conectividad cerebral. Además, factores prenatales como infecciones maternas, exposición a toxinas y la edad paterna avanzada podrían influir en su aparición. La comunidad científica sigue explorando estos factores para comprender mejor las bases biológicas del trastorno y desarrollar estrategias terapéuticas más efectivas.
”El diagnóstico del síndrome de Asperger se basa en criterios específicos que evalúan el comportamiento y la interacción social. Las personas con este trastorno presentan dificultades persistentes en la comunicación, lo que afecta su capacidad para interpretar el lenguaje no verbal, comprender el humor o mantener conversaciones fluidas. Además, muestran patrones de intereses restrictivos y repetitivos, enfocándose intensamente en temas específicos. Otro rasgo distintivo es su resistencia al cambio, lo que dificulta su adaptación a nuevas rutinas. A diferencia del trastorno autista, el Asperger no implica retraso en el desarrollo del lenguaje, lo que lo diferencia en el diagnóstico clínico”, expresó Liliana Acuña, psicóloga de Boreal Salud (MP 4379)
El Asperger impacta significativamente la vida diaria, generando dificultades en la adaptación a entornos sociales y laborales. Las personas con esta condición pueden presentar hipersensibilidad sensorial, dificultades para interpretar el lenguaje no verbal y una necesidad de mantener rutinas estrictas. Estas características pueden afectar su relación con el entorno y su bienestar emocional. La comprensión de estos desafíos es esencial para fomentar estrategias de apoyo que faciliten la inclusión, promuevan la autonomía y reduzcan la ansiedad asociada a los cambios e interacciones sociales.