Afines de diciembre, Chile presentó el «Almirante Viel», el mayor buque rompehielos de Sudamérica. La navegación de exploración científica permitirá que los investigadores estudien la Antártida a lo largo de todo el año, incluso durante las temperaturas invernales.
Tras cinco años de construcción, el buque fue lanzado al agua el 22 de diciembre de 2022. «¡Ya está en el mar! A las 22.46, hora de la más alta marea, el rompehielos Almirante Viel fue lanzado al agua en la Base Naval de Talcahuano», detallaron desde el Ministerio de Defensa de Chile a través de Twitter.
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Y agregaron: «Ahora, el buque antártico entra en su recta final, que incluye pruebas a flote y testeos de puerto para su entrega final en 2024». El lanzamiento al mar significó el fin de la primera etapa del megaproyecto de investigación. Está previsto que el rompehielos comience a operar en agosto de 2024.
La nueva nave de la Armada chilena se utilizará con fines científicos, principalmente para adentrarse en la Antártida e investigar los efectos de la crisis climática en esa región. Con una inversión de 210 millones de dólares y en la que trabajaron 800 personas, la embarcación pesa 10.500 toneladas y es capaz de romper un metro de hielo a una velocidad de 5,4 kilómetros por hora (tres nudos). «Almirante Viel» cuenta con espacio para recibir a 34 científicos además de la tripulación y fue concebido para varias disciplinas de estudio.
«Almirante Viel» es el buque rompehielos más grande de Sudamérica.
Además, cuenta con el equipamiento para que los científicos investiguen a bordo la oceanografía e hidrografía en laboratorios de microbiología y química. La embarcación también posee con un ecosonda multihaz para explorar los fondos marinos de alta y media profundidad.
Sumado a esto, el buque tendrá capacidad para almacenar hielo profundo. Sin embargo, no contará con la logística necesaria para procesarlo, por lo que esa tarea se realizará en las instalaciones del futuro Centro Antártico Internacional (CAI), en Punta Arenas.
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El proyecto del CAI es una labor en conjunto del Gobierno Regional de Magallanes y de la Antártica Chilena. El centro de investigación comenzará a construirse en febrero o marzo de 2023 y pretende estar listo en los próximos tres años. Además, se dividirá en tres áreas principales y funcionales: científica, logística y museográfica.
Pamela Santibáñez, reconocida investigadora chilena en ciencia antártica, bióloga marina y doctora en Ecología, explicó que la embarcación podría llegar más al sur de lo que permitía la infraestructura nacional actual. La mujer, que fue la encargada de bautizar el buque, detalló además que la nave «cuenta con laboratorios para procesar y guardar muestras, además de que se podrán obtener de forma fácil”.
La construcción del buque implicó una inversión de 210 millones de dólares y la labor de 800 personas.
“El buque permitirá entender mejor lo que pasará con el aumento del nivel del mar, lo que está pasando con las distintas aguas, porque la formación de aguas frías que permite el movimiento de la circulación termohalina en los océanos, que distribuye el calor, sucede en Antártida”, recalcó la bióloga chilena en diálogo con Radio Francia Internacional.
Además, «Almirante Viel» resistirá temperaturas de hasta -30°C y permitirá a los científicos trabajar en invierno, labor que resultaba difícil llevar a cabo. “La Antártida principalmente se estudia durante la época de verano”, detalló la científica. Y agregó: «Podremos recabar información de lo que ocurre en el invierno, una estación mucho más fría y oscura”
Chile contaba con un antiguo buque rompehielos, también llamado «Almirante Viel». Sin embargo, resultaba obsoleto desde el punto de vista técnico y logístico. La embarcación permitía transformar a los científicos, pero no podían operar a bordo y los viajes de investigación se realizaban solo en verano.
El rol del buque para estudiar el calentamiento global
Debido a la emergencia climática del planeta, los científicos están interesados en estudiar la Antártida debido a que influye directamente en tres aspectos del clima: el nivel del mar; la circulación termohalina, que tiene relación con la circulación oceánica a gran escala; y el efecto albedo, que es la capacidad de las superficies de rebotar la radiación solar incidente.
Sumado a esto, la región resulta de interés científico ya que conserva información sobre la calidad de la atmósfera del pasado, como la cantidad de CO2. Al respecto, la bióloga chilena explicó que “tenemos siete u ocho testigos profundos de hielo. Ahora se busca uno de un millón de años para tener más información acerca del pasado. Las burbujas del hielo contienen información pasada de la atmósfera”.
En ese sentido, el rompehielos permitirá realizar monitores continuos y aumentados, a la par que complementará la información oceanográfica sobre lo que está ocurriendo en el continente antártico. En esa línea, el comandante en jefe de la Armada chilena, Juan Andrés de la Maza, sostuvo que “es un buque que se le entrega a la comunidad científica nacional e internacional que va a hacer ciencia en el Continente Blanco».