El ministro de Economía de la Nación, Luis Caputo, adelantó este viernes que en febrero hubo, por segundo mes consecutivo, superávit primario de $1,2 billones y uno financiero de $338.112 millones, tras el fuerte recorte del gasto público y la caída de los salarios.
En ese sentido, el titular del Palacio de Hacienda celebró a través de su cuenta personal de X el saldo positivo de las cuentas públicas, en un intento por solapar el revés que sufrió el Gobierno nacional en el Senado, con el rechazo del decreto de necesidad y urgencia (DNU) n° 70/2023.
Es que, el Ministro difundió estos datos horas después de que el Gobierno sufriera otro fracaso legislativo con el rechazo al DNU 70/2023 por parte del Senado de la Nación. En un intento de enviar al mercado una señal de que el rumbo económico no se verá afectado.
Cabe destacar que, la misma estrategia implementó Caputo con el resultado fiscal de enero. En ese momento, los datos fueron anticipados apenas se cayó en la Cámara de Diputados el tratamiento de la ley ómnibus.
En concreto, en su posteo, Caputo señaló como datos relevantes a tener en cuenta el resultado primario acumulado del primer bimestre, que fue de $3,243 billones equivalentes al 0,5% del PBI, mientras que el financiero acumulado fue de $856.520 millones.
Además, el Ministro destacó que, entre los indicadores clave del mes pasado en las cuentas públicas, “la variación de los ingresos totales en términos reales fue de -6,3% y la variación real del Gasto Primario del -36,4%”. De esta manera, en los dos primeros meses del 2024, “la variación real de los Ingresos Totales cayó -2,5% y el Gasto Primario acumulado se redujo en un -38%”, precisó el funcionario.
El ajuste de Milei para llegar al superavit fiscal
En enero, de acuerdo a las estadísticas difundidas por Economía, los gastos corrientes primarios del Estado pasaron de $1.772.050 millones en enero de 2023 a $4.059.382 millones en igual mes de este año.
Si bien se registró un crecimiento nominal del 129,1%, la mitad de la inflación anual de ese período (254,2%), los gastos corrientes primarios se ajustaron 125,1 puntos por debajo del la inflación. Dicho de otra forma, la motosierra y la licuadora de Javier Milei recortó de manera bestial el gasto público.
En ese contexto, el recorte más notorio fue en las transferencias corrientes a provincias, que no sólo cayeron en términos reales, sino que se contrajeron incluso en términos nominales (-0,9%).
También se ajustaron por debajo de la inflación los subsidios económicos (27,5% de aumento nominal entre enero de 2023 e igual mes de 2024), las transferencias a universidades (143,9%), las prestaciones sociales (149,2%) y los gastos de funcionamiento (154%).
El recorte fue, en términos porcentuales, mucho más marcado en los gastos de capital. Es que en forma conjunta demandaron un gasto de $77.105 millones, contra $155.093 millones de igual mes del año pasado, lo que implica una caída del 50% en términos nominales.
Dentro de las subcategorías de “gastos de capital”, el recorte más pronunciado se produjo en la Educación, que sufrió una caída nominal del 95,2% en las erogaciones. Le siguieron en orden descendente Vivienda (-88,1% nominal interanual), transporte (-66,3%), Agua potable y alcantarillado (-21,5%) y Energía (-19,2%).