Las catequistas de la Parroquia San Francisco de Asís visitaron El Nuevo en Radio para contar como se transita esta tradición tan particular del catolicismo, mayormente relacionada con los niños y niñas. Hablaron de su propia formación, los contenidos y las herramientas que utilizan para llegar con un mensaje cargado de fe y esperanza.
El pasado 21 de agosto se conmemoró el Día de la Catequista, efeméride del plano religioso que nos impulsó a conocer como se transita esta tradición del catolicismo en estos tiempos, sobre quienes son las personas que en nuestra ciudad dedican parte de su vida a llevar la palabra de Dios a niños y niñas, buscando guiarlos a través de un mensaje de fe, apelando a la contención y a la escucha constante.
Mariana Romera es la coordinadora de la catequesis en nuestra ciudad, y es quien nos permitió acceder a dos de las varias catequistas que tenemos en la ciudad, en referencia a Anahí Badía y Virgina Pasquali, quienes tuvieron la gentileza de acercarse a los estudios de Radio Rojas para introducirnos en este mundo maravilloso, donde la enseñanza se conjuga con la realidad de las niñeces de estos tiempos.
Anahí Badía nos cuenta como se inició en este camino: “Decidí involucrarme en esto de la catequesis porque justo mi sobrina cumplía ocho años, y como siempre fui a la parroquia, y vi que era una linda posibilidad de involucrarme y dar a conocer el mensaje, así que comencé siendo la catequista de ella, y después fue surgiendo la posibilidad de seguir ampliando. Fue todo muy nuevo para mi porque no tenía experiencia en chicos y hoy puedo decir que es algo maravilloso“.
“Comencé porque le tocaba empezar a mi hijo, así que ese fue el primer grupo, aunque también se dio por una promesa, ya que llegó una sobrina para toda la familia, y justamente esa promesa era que iba a dar hasta que terminase con mi última sobrina“, comentó Virginia.
Como se forman las catequistas
Respecto a la capacitación de las catequistas Anahí indicó: “Arranqué sin preparación, pero a la vez me fui instruyendo en la parte del catolicismo, igualmente nos brindan unos libros que lo tomamos como guía sobre los diferentes temas, y generalmente sucede que los chicos llegan, hacemos una merienda, hablamos de distintas cuestiones, y después comienza la clase, siguiendo la guía, que la podemos profundizar con videos y juegos”.
“También hay cursos de catequistas que nos están ofreciendo, así que hay fines de semana en los cuales concurrimos para prepararnos un poco, también Mariana nos propone algunos encuentros con otras catequistas de la diócesis, que también son importantes en la formación“, agregó.
Virginia Pasquali sostuvo que “se busca llevar el mensaje desde el amor, y como van cambiando las realidades de nuestra comunidad es muy importante para nosotros como catequistas ser abiertos y escuchar al otro, ser empáticos con los niños, las niñas y las familias que se nos acercan“.
“La catequesis está armada en tres años, inicia a los 8 años, son dos años para la formación de la primera comunión y después uno adicional para la confirmación, y la inscripción está abierta siempre, o sea que si alguna familia se quiere acerca en cualquier momento lo puede hacer, lo mismo en el caso de los adultos“, explicó Virginia.
Cuando comienza la catequesis
Anahí Badía comentó que “Por lo general se arranca a los 8 años, pero si se comienza más tarde y no hay tanta diferencia en la edad se pueden incorporar al mismo grupo, en el caso de gente más adulta se arman grupos aparte. Puntualmente lo que se hace es la preparación para los sacramentos, es así que se inicia a esa edad con la comunión, y después un año más para la confirmación”.
“La comunión se trata de recibir a Jesús, que es lo que hacemos todos los domingos en la liturgia, donde recibimos el cuerpo de Jesús en la eucaristía, y en el otro año nos preparamos para recibir el Espíritu Santo, que es ya el espíritu de Jesús, o sea que en los dos sacramentos recibimos una partecita de Dios, tanto a su hijo como a su mismo espíritu”, puntualizó.
“No es un camino fácil, pero es muy lindo -sostuvo Virginia-, es un espacio donde ponemos todo el amor, y en el medio existe una preparación, no solo para los chicos, como lo mencionaba antes, sino también para los catequistas, que tenemos que preparar las clases, con dinámicas que cambiaron respecto a años anteriores“.
Virginia Pasquali expresó también que “hay cosas tan abstractas en la lectura de la palabra, que es muy importante poder bajarlas a estas edades, donde quizás son muy pequeños para comprender este lenguaje, entonces es bueno que vayan apareciendo estas herramientas en internet que nos compartimos con las catequistas, también Mariana (Romera), que es la coordinadora, organiza reuniones donde transmitimos cada nuestras experiencias para ir viendo la mejor manera de ir comunicando esto que es tan abstracto, para que sea más concreto para ellos“.
Adaptarse a las nuevas realidades
“En el proceso de las clases hay que adaptarse a estas nuevas realidades, a lo que los chicos necesitan, por eso nos compartimos esas dinámicas, para que a ellos le sea más fácil aprender, y que también se puedan divertir, y por supuesto ser muy empáticos, siempre ofrecer una escucha amorosa a lo que le está pasando a ese nene, nena, a esa familia, siempre desde el amor y no desde del prejuicio“, maniestó.
Anahí Bahía consideró que “cada niño es un mundo diferente, un niño es un regalo de dios, del cielo, son un mundo maravilloso, cada uno con sus dones, y enfatizamos por supuesto en que cada uno se pueda manifestar como es, que esos dones lo puedan poner a disposición de los demás, porque todos tienen cosas maravillosas para ofrecer, y uno se reconforta con todo lo que entregan“.
“La catequesis es un espacio para la contención -subrayó Virginia-, porque ellos nos traen sus angustias, sus problemas, y nosotros lo abordamos diciéndoles que Jesús nunca nos abandona, que siempre nos estará acompañando en nuestro camino, y la vez nos involucramos con estas realidades y ayudamos a las familias, debemos estar atentas para entender y comprender cada una de las realidades que se nos presentan“.
Virginia Pascuali habló de la cantidad de catequistas y de niños que participan en la ciudad: “La catequesis dura tres años, somos 31 catequistas en total y son 300 niños los que toman las clases en Rojas. Cada catequista pone su horario y disponibilidad, y las familias cuando van a anotar a los niños a la parroquia también eligen de acuerdo al espacio en que pueden uno y otro, y por supuesto que hay un montón de horarios, diferentes días, también hay catequistas que dan las clases en la parroquia y otras lo hacemos en nuestras casas“.
“No hay problema si es que en una familia no están bautizados, nosotros recibimos a niños y niñas de todas las escuelas, de toda la comunidad, incluso a todos los integrantes de la misma familia“, aclaró.
Respecto a la participación de los niños y niñas en las misas contaron: “La misa es importante para que ellos puedan empezar a comprender, más allá de quizás hay cosas que son abstractas y que son difíciles de entender, pero está bueno que ellos participen los domingos de la misa para que sepan sobre el sacramento que van a recibir“.
Salidas y viajes con los niños
Las catequistas contaron sobre las salidas que realizan con los niños y niñas: “En los últimos años lo que hacemos, mayormente con los chicos de confirmación, es empezar a que ellos plasmen lo aprendido, así que visitamos los Hogares de Ancianos, los merenderos, porque todo ese contenido lo dejamos adentro no nos sirve para nada, ese amor lo tenemos que transmitir mediante distintos trabajos comunitarios, para que ellos también conozcan la realidad de nuestra comunidad“.
“Hemos juntado juguetes para el Día del Niño, organizamos colectas de ropa para alguien que necesite, y también hacemos encuentros especiales, como fue en el jubileo, que es un año de gracia, fecha para la cual nos invitaron a ir a San Nicolás con todos los niños, hubo chicos de toda la zona, y se realizó una peregrinación desde la plaza hasta el santuario y estuvimos todo el día, fue una experiencia hermosa, donde además intercambiaron mensajes con niños de otras diócesis“, indicó Anahí.
En el cierre de la charla, ambas catequistas expresaron el significado que tiene en lo personal este singular contacto con la niñez, en principio con la emotiva consideración de Anahí: “Para nosotras el hecho de dar catequesis es algo maravilloso, ellos nos brindan un cariño y un afecto que es incomparable, cada clase te sorprenden, nos hacen sentir que estamos en un mundo diferente
“En mi caso que doy los viernes, después de una jornada laboral larga, y de toda la semana, pero llegan los chicos y es como que me cambia todo, ellos tienen respuestas para un montón de cosas que nosotros no tenemos respuestas, es fascinante, por eso somos agradecidas de que las familias confíen en nosotras para que los podamos acompañar en este camino de la fe“, cerró Virginia.