Hugo Silveira repasó la historia del transporte local

El reconocido historiador está preparando el segundo tomo del libro que recoge los datos de la vida de nuestro pueblo y en el anuncio de la noticia nos hizo retroceder en el tiempo para saber en que se movían nuestros antecesores. Desde los primeros mateos hasta los últimos taxis.

 

Hugo Silveira, reconocido locutor e historiador rojense, entre otras facetas de su vida, no descansa un segundo y sigue armando pedacito a pedacito la historia de nuestra ciudad, con datos a los que solo él puede acceder a través de sus minuciosas investigaciones.

El primer tomo del libro sobre la Historia de Rojas fue un éxito en ventas, una motivación extra para que Hugo continuara en la búsqueda de nuevos datos, por esto es que en Radio Rojas anunció esta semana que se viene la segunda parte de su obra, que volverá a tener el auspicio del Municipio y será trabajada por la editorial Nido de Vacas.

Por casi una hora el historiador estuvo en El Nuevo en Radio contando datos y más datos, por eso vale la pena seguir conociendo cuestiones relacionadas a nuestro pasado, como por ejemplo la manera que tenían de trasladarse los habitantes de estas tierras allá por el 1800.

«La historia de los carruajes en Rojas comienza en el 1800 con las primeras tropas de carretas, diligencias y lo primero que seguramente hubo acá fue el transporte al cementerio», contó Hugo Silveira en El Nuevo en Radio.

«Cuando sacan el cementerio del frente de la plaza en el 1855 y lo trasladan a la Avenida Moreno, entre Paso y Sarmiento, ya se aleja del centro y calculo que los primeros usos han sido de vecinos que viajaban del centro al cementerio, más aún  cuando en 1868 se hace el traslado al cementerio actual, más lejos del centro“, continuó.

Indicó que «en 1869 encontré el dato de un cochero, o sea que en ese momento también había cocheros en Rojas para trasladar pasajes en el ámbito urbano. Más adelante, en el 1884, se inaugura el Ferrocarril Central Argentino y las diligencias y las carretas quedaron reducidas casi por completo, mientras que con la llegada del Ferrocarril Urquiza directamente desaparecen, ya que se podían hacer los viajes a Buenos Aires pasando por diferentes pueblos“.

“En esos tiempos aparece como medio de transporte local el mateo, que se mantuvo durante largos años, hasta que los últimos fueron vendidos para utilizarse como vehículos de paseo en la Laguna de Gómez», manifestó.

Continuando con la historia del transporte local señaló: «En la década del ´30 aparecen los taxis, así que en las investigaciones pude ir recabando datos de quienes tenían mateos o taxis, por ejemplo en lo que es mateos estaban Ronchi, Pedro Racera, Antognoli, Lencina, Juan Bautista Racera, Gerónimo Sanguinetti, Cuello, mientras que en los taxis aparecen Forteis, Vicente Michelotti, Alanís, Palito Ruggeri, Linera, Andreozzi, Erricheti, Linera, Nena Acosta, Zoppi, Keller, Chupete Martínez».

«Dentro del transporte también aparecen los lecheros, que hay muchísimos nombres, como Alberto Górriz y su hijo Jorge, José Forteis, Pedro Arechaga, Bartolomé Ulasia, José Aróstegui, Antonio Barrio, Pedro Racera, Enrique Barraqué, Rocha, Pablo Oger, Manuel Raposo, Severo Oger, Rubén Oger, José Galdeano, Ramón Ramón, Mario Márquez, Ramón Ríos, Pocho Sanes, que era chofer de un camión lechero que decía Miraflores, Ricardo Cordone, Cabitto, Blas, Azcárraga», expresó.

Puntualizó que “había muchìsima actividad y teníamos decenas de tambos y lecheros, hasta que ahora quedaron dos empresas a nivel nacional que acapararon todo el mercado“.

«Más adelante aparecen los colectivos urbanos y el primero que tuvo colectivos urbanos en Rojas, en la década del ´60, fue un señor Flores, que tenía un almacén en barrio Progreso, de quien me gustaría saber su nombre, después cuando deja Flores aparece Piedecasas con el Rojerito y en 1968 los hermanos Género, de Pergamino, que tenían una línea de colectivos allá deciden probar con Rojas, así que tenían un servicio cada media hora, se llamaba Empresa Ciudad de Rojas.

Después se lo vendieron a los hermanos Luchetti y los hermanos Luciani, y pudieron sostenerse casi siete años, hasta que por el estado de las calles y la falta de pasajeros, no pudieron seguir con la actividad», repasó el historiador rojense.

«Luego vinieron Llalli y Vázquez, de Venado Tuerto, y también duró muy poco tiempo, y más adelante llegó el JODIBREN, de Helguera, que tampoco duró demasiado, hasta que llegaron los remises, con muchas agencias que hubo en Rojas y aún siguen algunos, y muchos se fueron perdiendo porque la sociedad pudo ir adquiriendo sus propios vehículos, sea motos o autos“, concluyó.

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