El Gobierno de Javier Milei oficializó un nuevo aumento para las jubilaciones que regirá a partir de octubre, en un contexto de fuerte ajuste y reducción del gasto público. La ANSES estableció que el haber mínimo de los jubilados será de $244.320,56 más un bono de $70.000, un incremento respecto de los $234.539 que se pagaban previamente. Además, el haber máximo quedó en $1.644.046,07.
jubilados que perciban el haber mínimo, aunque aún falta la oficialización de esta medida. Este bono, que busca compensar en parte la pérdida del poder adquisitivo debido a la inflación, eleva los ingresos de millones de jubilados, aunque sigue siendo insuficiente frente al constante aumento del costo de vida.
La Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM) también se vio alcanzada por el ajuste, subiendo a $195.456,45, mientras que la Prestación Básica Universal (PBU) quedó fijada en $111.765,50. Estos valores reflejan los aumentos generales en el sistema previsional, pero dejan en evidencia el limitado impacto que tienen sobre los ingresos reales de los beneficiarios.
Un dato preocupante es que, según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), los jubilados soportaron el 26% del ajuste que aplicó el Gobierno en lo que va del año. Es decir, de cada $100 recortados del gasto público, $26 provinieron de los ingresos de los jubilados y pensionados, lo que los convierte en uno de los sectores más perjudicados por las políticas de ajuste.
Los jubilados fueron los más afectados por el ajuste de Milei en el gasto público del Estado
El IARAF detalló que, en los primeros 8 meses del año, el recorte del gasto público nacional fue del 30% en términos reales, lo que significa una reducción de $25,9 billones en pesos constantes de agosto, comparado con el mismo periodo de 2023. Este recorte ha afectado a 14 de los 16 tipos de gastos que conforman el presupuesto, siendo las jubilaciones y pensiones el sector más afectado.
Entre los otros rubros que también sufrieron el ajuste se encuentran la inversión real directa, que representó el 15% del recorte, las transferencias a provincias con el 14%, y los subsidios a la energía, que disminuyeron en un 11%. Estos datos confirman que el ajuste ha sido significativo, con los jubilados y pensionados llevando una carga desproporcionada del esfuerzo fiscal.
Pese a las medidas paliativas como el bono y los aumentos, el panorama para los jubilados sigue siendo complicado, ya que el impacto de la inflación sigue erosionando su poder adquisitivo, y el ajuste continúa avanzando en otros sectores del gasto público.