El plan de ajuste que el gobierno de Javier Milei lleva adelante en Correo Argentino avanza a toda marcha: desde la llegada de los libertarios a la Casa Rosada, la empresa pública de logística utilizó casi 100.000 millones de pesos para achicarse, el mismo monto que declaró como pérdida anual en 2023.
La información se desprende del informe de gestión elaborado por el jefe de Gabinete de ministros, Guillermo Francos, que presentó ante el Congreso. Allí, se puntualizan los recursos girados por el Estado nacional para llevar a cabo «el plan de modernización» elaborado por Camilo Baldini, el presidente del Correo que estuvo vinculado al peronismo y que ahora el oficialismo busca desplazar.
Además, aportó precisiones sobre la remuneración que percibe cada miembro del directorio. Como presidente y director general del Correo, Baldini percibe una mensualidad de 5.989.000 pesos, mientras que de los tres directores titulares, Nicolás Germán presta funciones ad honorem ya que se desempeña como secretario ejecutivo de Gobierno de la Jefatura de Gabinete, mientras que Hernán Frisone y Guillermo Roca cobran 6.081.976 pesos cada uno por mes.
100.000 millones para ajustar
Francos precisó que entre diciembre de 2023 y agosto de este año, el Correo Argentino despidió, ya sea a través de retiros voluntarios o desvinculaciones forzosas, a 4.181 empleados de un universo de 13.400 empleados.
Para concretar esas salidas, el directorio recibió, siempre según el informe oficial, dos partidas registradas en el Sistema Integrado de Información Financiera Internet bajo los números 89533 y 124175 que sumaban 99.880.774.023 de pesos. Así, en promedio, los empleados se llevaron 24 millones de pesos.
Sin embargo, los números quedaron bastante lejos del plan original que apuntaba a reducir en un 50% la planta de personal, ya que, un porcentaje importante de las salidas tuvieron que ver con el retiro de personal calificado, principalmente del sector que desarrolla servicios electorales, y de mayor antigüedad. Así, el monto de recursos asignado por el Estado para el achique, que es igual al que la compañía declaró en su balance anual como déficit en 2023, abarcó un universo menor de empleados que el proyectado en el plan de Baldini.
El cierre de sucursales de Correo
Mucho más lejos quedó otro número que complementaba la anhelada modernización de la compañía: la reducción de la cantidad de sucursales de Correo en todo el país. Según la Jefatura de Gabinete, durante los primeros meses del año se cerraron 57 sucursales en 17 provincias. Ese número representa apenas el 3,97% de las 1.552 existentes, muy lejos del 50% que incluía el plan elevado en diciembre al Ejecutivo.
El cálculo inicial arrojaba el cierre de 987 sedes de un total de 1.450, que se iban a reemplazar por un nuevo sistema llamado «Punto Correo». La nueva modalidad consiste en mostradores dentro de locales comerciales en los que teóricamente se podrían hacer los mismo trámites que en una sucursal ordinaria. No obstante, la falta de recursos y la resistencia de varias provincias, a modo de ejemplo, en Río Negro y San Luis se tramitan amparos judiciales para revertir los cierres, limitaron su alcance efectivo.