El Senado bonaerense mostrará, como en la Cámara de Diputados de la Legislatura provincial, una oposición atomizada. Tanto Juntos por el Cambio como La Libertad Avanza no lograron acordar y se desmembraron en una verdadera pléyade de bloques y monobloques, algunos de los cuales se comprometieron a trabajar de manera articulada.
Foto: Milena Sanzana – Infocielo
El PRO resulta la fuerza más numerosa. Tendrá 10 senadores en un espacio conducido por Alejandro Rabinovich, que responde al marplatense Guillermo Montenegro, y a Christian Gribaudo.
Se anotan allí, además, Daniela Reich, Aldana Ahumada, María Emilia Subiza, Juan Rico Zini, Jorge Schiavone, Florencia Arietto, Alex Cambpell, Marcelo Leguizamon Brown.
La alianza de parte de la UCR con el GEN y con Emilio Monzó alumbró un segundo espacio, de ocho miembros: Agustín Máspoli y Ariel Martínez Bordaisco como antoridades, seguidos de Alejandro Cellillo, Flavia Delmonte, Eugenia Gil, Nerina Neumann -radicales-, Lorena Mandragarán del GEN y Marcelo Daletto, alineado históricamente con Emilio Monzó.
Esos espacios lanzaron un comunicado conjunto asumiendo el compromiso de «trabajar en conjunto y de manera coordinada». También lanzaron un guiño a los intendentes, con quienes aseguraron que van a legislar «codo a codo».
Por fuera de ese universo se anotó, en soledad, el saltimbanqui Joaquín De la Torre, que orbita cerca de Javier Milei. Tampoco recala en el universo libertario donde habrá al menos tres expresiones distintas:
El unibloque de Sebastián Pareja, el unibloque de Betina Riva -alineada con Carolina Piparo- y, finalmente, un espacio con Carlos Kikuchi, Sergio Vargas y Silvana Ventura. Este esquema no está aún formalizado. Fuentes de LLA le dijeron a INFOCIELO que las charlas en aras de consolidar la unidad siguen en pie.
Hay que destacar que Unión por la Patria tiene 21 senadores, dos menos de los que necesita para asegurarse la mayoría -tomando en cuenta el eventual desempate de la vicegobernadora Verónica Magario. El bloque será conducido por Teresa García.
En ese contexto, y tal como pasó en Diputados, es una buena noticia para el oficialismo que haya varias terminales donde negociar para lograr sancionar las leyes uqe requiera Axel Kicillof.