Con entrada libre y gratuita, y epicentro, como es habitual, en la tradicional plaza Néstor Delfino, la vecina localidad propone una jornada con desfile institucional, reconocimientos, números artísticos, y un gran patio de comidas a cargo de instituciones
Este domingo 3 de diciembre, desde las 17.45, con la concentración de las instituciones en la Casa de la Cultura de la vecina localidad, Carabelas arrancará las actividades previstas en el marco del gran festejo popular con el que conmemorará el 113er. aniversario de su fundación.
Con entrada libre y gratuita, y epicentro, como es habitual, en la tradicional plaza Néstor Delfino, la vecina localidad propone una jornada con desfile institucional, reconocimientos, números artísticos, y un gran patio de comidas a cargo de las instituciones carabelenses.
Según el escritor e historiador Omar Pollo (q. e. p. d.), que ha dedicado varias obras a la historia de Carabelas, sobre todo «Génesis de un pueblo», los albores de la vecina localidad se describen de la siguiente manera, según nos lo relataba en un riquísimo reportaje que le efectuamos tiempo atrás:
«Con escasos pobladores se conforma el primer grupo urbano que tuvo Carabelas, Villa Paturrane, luego barrio Tierra del Fuego, que todavía está, camino a la estancia El Porvenir, que era de Pancho Sierra, y que hoy es de los Uribe -con alguno de los cuales fuí a la escuela-; de ahí nace Villa Paturlane, a partir de la cantidad de carruajes y galeras que pasan rumbo a la estancia El Porvenir, procedentes de Rojas…»
«Aparece el primer almacén, de Quinteros, que se instala allá por el ‘mil ochocientos noventa y tantos’; a fines del siglo XIX se instala la primera herrería, y se fue conformando un pueblo bastante grande… Se llamó primero Villa Paturrane por Juan Pedro Paturlane, que fue dueño de las originales treinta y cinco hectáreas que le adquiriera a Riveira y Rovatti, realiza el loteo, y genera el pueblo. Esa villa tuvo vigencia hasta el año ’45, y hoy se llama Tierra del Fuego. Carabelas surge en 1910, en diciembre, un día 1ro. Surge cuando el ferrocarril corrió la estación unos mil metros; pero oficialmente surge en 1911, que es cuando se inaugura la estación de pasajeros y de carga. Y ahí toma el nombre de Las Carabelas…»
«Las raíces son muy profundas: la misma historia de mi familia es profunda en el pueblo de Carabelas; tendríamos que remontarnos hasta el 2 de octubre de 1884, cuando el vapor Márcolli, procedente de Génova, Italia, arriba al puerto de Buenos Aires, y de él baja un hombre joven, de treinta y cuatro años: Valentín Quaglia, mi bisabuelo… El se instala por un tiempo en Rojas y, luego, consigue trabajo, en la estancia de Don Pedro Iribarren, que por aquel entonces era el patriarca de estos contornos, con María Unzué de Alvear; eran los campos más grandes que tenía Carabelas en aquella época…»
«En Carabelas también nació mi abuelo Edgardo, Pancho, en 1891, que no alcancé a conocer; mi tío abuelo Federico, que nace en 1893, a quien sí conocí; mi madre, Blanca, la mayor de los hijos de Pancho, quien vivió casi ochenta años en Carabelas: nació y falleció en Carabelas…»
«Cuando escribo mi primer libro, ‘Mis raíces’, que presento en la Feria del Libro, en Pergamino, en 2002, ya no estaba mi madre; esa es la historia de la familia Quaglia. Y por el gran amor que tengo por mi pueblo, por Carabelas, a pesar de que hace treinta y cinco años que no estoy más allí, aunque tengo mi familia, mis raíces, allí, se me dió por escribir ‘Génesis de un pueblo’, en el que trabajé durante tres años…»