(Por InfoGEI).- Mediante un documento, profesores e investigadores de Economía en diversas universidades públicas y privadas del país y del extranjero, consideran que “un intento de dolarización formal sería una desacertada iniciativa de política para hacer frente a los complejos desafíos con que debe lidiar la economía argentina”.
“Quienes firmamos este documento -profesores e investigadores de Economía en diversas universidades públicas y privadas del país y del extranjero, economistas del sector privado, especialistas y hacedores de políticas públicas- consideramos que un intento de dolarización formal sería una desacertada iniciativa de política para hacer frente a los complejos desafíos con que debe lidiar la economía argentina. Aunque la promesa de contar con una moneda estable ha generado seguramente la esperanza de amplios sectores de la población castigados por la continua erosión del poder adquisitivo de sus ingresos, la experiencia internacional y la propia situación de nuestra economía indican que la propuesta en cuestión está lejos de ser una panacea y que, por el contrario, podría generar múltiples dificultades para nuestro desempeño inmediato y futuro”, comienza el documento que difundió el portal Cafexmedio.
“Hay, en primer lugar, obstáculos prácticamente insalvables para su adopción: carecemos de los dólares necesarios para rescatar la base monetaria y ofrecer un respaldo razonable a los depósitos bancarios (que, aun así, quedarían sin un prestamista de última instancia en caso de episodios de stress financiero). Las propuestas existentes para reparar esta escasez de divisas suponen incrementos absurdos de la deuda pública que comprometerían aún más la percepción de insostenibilidad de las finanzas gubernamentales. La única alternativa, entonces, sería dolarizar a un tipo de cambio tan elevado que provocaría una espiralización adicional de la inflación como consecuencia del colapso de la demanda real de dinero que presumiblemente gatillaría el solo anuncio de avanzar en esa dirección”, continua
“Con escasa flexibilidad nominal, inexistente integración con los mercados de factores del emisor de la moneda y ausencia de transferencias fiscales compensatorias, la ocurrencia de shocks externos adversos nos sometería a recurrentes períodos recesivos y de elevado desempleo con vistas a recuperar competitividad externa, tal como ocurrió en el final del régimen de Convertibilidad y como muestra la evidencia de los países de la región que han dolarizado recientemente”, puntualizan.
“Por último, aunque no menos importante, cabe considerar que la dolarización formal de una economía es muy difícilmente reversible por sus elevados costos de salida, aun cuando haya razones macroeconómicas bien fundadas para su abandono en determinado momento. Para sus impulsores se trata de una evidente “ventaja”, pero en realidad -bien mirado, y como lo muestra de manera contundente la historia monetaria en el caso de la “jaula del oro” (Eichengreen (1992)) – el chaleco de fuerza de una dolarización sería, en realidad, una profunda debilidad: “no se dobla pero se rompe”.
“Nada nos distingue esencialmente de otros países de la región que en las últimas décadas han recuperado grados de libertad en el manejo monetario a partir de un creciente compromiso con la disciplina fiscal y el logro de la estabilidad macro/financiera en el marco de una economía crecientemente integrada a los mercados internacionales. No permitamos que, por miopía y desesperación, la difícil situación en que nos encontramos nos lleve a tomar un falso atajo que sólo nos conduzca a una nueva y más dramática frustración”, finalizaron. (InfoGEI) Mg