El montajista viene de colaborar con la Dra. Sara Silvia Kochen en el celebrado documental estrenado en el mes de mayo – “Como todo documental fue creciendo y tomando vida propia a medida que lo fuimos elaborando”, aseguró el cineasta en entrevista realizada para El Nuevo en Radio
El cineasta y montajista Emiliano Serra viene de colaborar una vez más con la Dra. Sara Silvia Kochen, y como fruto de ese trabajo, que comenzó en pandemia y vió la luz el pasado mes de mayo, surgió “Cannabis medicinal”, un poderoso documental que recopila testimonios que apuntan a revelar la realidad de la terapéutica de base cannábica, a la vez que a deconstruir mitos, prejuicios e ignorancias que aún persisten respecto del uso sea medicinal o recreativo de la milenaria planta.
-¿Cómo nace “Cannabis medicinal”?
-Silvia es coordinadora de la Red Cannábica Argentina y venía trabajando con todos los actores que participan de la película. Hace unos dos años, durante la pandemia, me dijo de hacer un video de veinte minutos con la gente grabándose con un celular, y noté que ese video, después de que ella lo utilizó en sus reuniones, tuvo mucha repercusión. Las ONGs le prestaron atención y se empezó a mover mucho. Entonces pensé que teníamos la tarea y la necesidad de hacer una película más grande, compilando el abanico de personalidades que tenemos, desde científicos a cannabicultores, y allí fue cuando dijimos que había que hacerla.
-¿Cómo fue el proceso?
-Como todo documental, fue creciendo y tomando vida propia a medida que lo fuimos elaborando: fuimos a Israel, llegamos a estar con Pepe Mujica, recorrimos un montón. Y hoy lo que me está pasando es que de todas las películas en las que he laburado como montajista, en ésta siento que hay una necesidad extra, hay un interés, un compromiso; siento que nos superaron las expectativas y por eso estamos muy contentos. Además la están pidiendo de todos lados porque consideran que le sirve a mucha gente, o sea que puede significar un eslabón más dentro de este movimiento de tanta solidaridad que viene de tantos años.
-¿Les costó definir el material que compone el documental?
-Costó dejar material afuera, porque son casi veinte personajes y tengo una hora y pico de cada uno. Por ejemplo, de Pepe Mujica, y de otras personalidades muy importantes también. Por eso espero en un futuro generar algunos programas de televisión. De hecho estuvimos a punto de hacer algo para el canal Encuentro, porque la realidad es que nos quedó bastante material que es precioso.
-¿Cómo se armó el equipo?
-Tenemos el director de fotografía y camarógrafo que es Javier Pistani; el sonidista y productor es Tomás Lipgot, contamos con la ayuda de CONICET Documental y el CONICET, que colaboraron con el tema de los pasajes para los viajes, en tanto después ingresamos en un proceso de post producción, donde aparece la música de Javier Casalla, que es muy conocido porque toca con Santaolalla, Divididos, Los Redondos y luego el dosificado de imagen con Lucila Kesselman. Logramos un gran equipo con el cual pudimos hilvanar un buen trabajo.
-¿Cómo se produce tu relación de laburo con Sara Silvia?
-Nos conocimos cuando le edité una película. Después de que sus hijos crecieron, cuando se convirtió en abuela, y mientras era reconocida por ser una gran neuróloga y científica, se fue a estudiar artes audiovisuales, y cuando terminó la carrera, hará tres años, su tesis pasaba por una película sobre un Caso Cóndor muy famoso, así que me buscó para que se lo edite, porque en mi caso había trabajado en algo relacionado con la Operación Cóndor. Mientras editábamos ese trabajo fue cuando se disparó esto del cannabis y me dije que no podía perderme esta oportunidad de hacer una película con ella, cuando uno ve del otro lado que están Mama Cultiva, gente que viene luchando, los mismos cannabicultores que vienen haciendo una tarea de manera oculta, ayudando a muchas familias: un entramado de solidaridad gigante. Me parecía que esa vuelta estaba buenísima y fue así que lo escribimos en el guion y a lo largo de la película, esa sinergia pasó de verdad ya que Sara Silvia terminó reuniéndose con los cannabicultores, y luego los cannabicultores le dieron el aceite para que el CONICET lo investigue y lo perfeccione, o sea que están trabajando muy unidos. En mi caso, al ver todo eso, no dudé en que la película la tenía que hacer porque atrás había una necesidad y un apoyo muy fuerte en todo concepto.
-¿Qué sabías del cannabis antes de tu trabajo con Sara Silvia?
-Del cannabis sabía lo que pueden saber todos los usuarios normales; sabía que estaban las mamás cultivadoras que lo estaban utilizando, pero al conocer a Silvia empecé a saber más de la parte más científica y medicinal que ella ya venía trabajando en el CONICET. Una vez que comencé a recorrer la película con Silvia la flasheé un poco porque vi que había muchísima gente trabajando, muchísimas ONGs, también médicos; me encontré con todo un entramado más grande de lo que imaginaba. La unión de todos genera perseverancia, y por eso se sigue mejorando cada vez más. El nuevo paso es que las obras sociales les reconozcan a todas las familias el tratamiento. En la Argentina se está tratando de lograr un proyecto de avanzada a nivel mundial.
-¿Cuándo te vinculás al mundo del cine?
-Estudié imagen y sonido en la UBA desde muy joven y desde allí me dediqué a editar. Tengo un montón de películas montadas, pero mi trabajo muchas veces es como invisible, tal como lo calificaba Eduardo López, uno de los grandes en la materia; porque nuestra tarea pasa por ser quien arma todo, por el que conoce todo, pero al momento del estreno nadie te conoce (risas), lo cual está bueno también porque corrés con cierta ventaja. Además el montaje para mi es fascinante, es como ser un bajista de una banda de rock, que quizás es famoso pero no se le conoce la cara (risas). Mientras tanto dirigí ‘Cartero’, que es una ficción, de 2019, que tuvo muy buena repercusión, y me encantó hacerla, en tanto ahora tenemos el Festival de Cine Político, donde estarán cuatro películas que monté, incluyendo ‘Cannabis Medicinal’. Otro de mis trabajos es ‘Corresponsal’, del cual estamos empezando la post producción. Sabemos que estamos viviendo tiempos complicados y son años difíciles para nuestra industria. Mientras tanto hacemos lo posible por seguir adelante.
-No puedo dejar de preguntarte tu opinión sobre la situación del INCAA…
-En relación al INCAA la semana pasada le hicimos un reclamo al ministro de Cultura, pidiéndole que se cumplan ciertos ítems en cuanto a la entrada de billetes para el Instituto, que está viviendo un momento bastante complejo. Por ejemplo, al INCAA le tiene que entrar dinero de Netflix y todas esas plataformas que tienen que tributar, y por eso estamos en esa lucha junto con la AFIP y con abogados. No es un trabajo simple porque sí hay algunas plataformas que cumplen, pero hay otras que presentan recursos de amparo. Es muy importante recaudar por ese lado ya que desde que sucedió lo de la pandemia las salas quedaron muy reducidas, y no hay espacio para todas las películas que hay, que es algo que nos pasa con el documental. Entonces sí o sí se necesita tributar de algún lado ya que Netflix y estas plataformas que están llenas de películas argentinas deberían ingresar plata al Instituto para que pueda seguir subsidiando los trabajos que se hacen. Para cada trabajo que pensamos tenemos que lucharla y remarla ya que debemos tener en cuenta que los subsidios que hoy por hoy te brinda el INCAA a veces no alcanzan, sobre todo porque en la mayoría de los casos se tarda dos o tres años hacer una película, y en esos dos o tres años en el país va todo a pérdida, y mientras tanto hay que bancar a los productores: es una lucha desigual. Por eso hay que seguir apoyando al cine y tratar de conseguir salas y pantallas, ya que veo que no hay espacios suficientes en todas las provincias. Hay que hacer un laburo más importante en ese sentido para que nuestro cine no tenga que estrenarse directamente en las plataformas que mencionaba anteriormente.
-¿Qué esperás de “Cannabis medicinal”?
-Quiero que la película llegue a todos lados, que la gente la vea, y es un poco lo que ya está pasando, porque ahora tenemos la Expo Cannabis en El Bolsón y la vamos a presentar; después el Festival de Cine Político. El documental se está moviendo y eso es importante, sobre todo por el significado que tiene desde el punto de vista de mejorar la calidad de vida de las personas. También veo en este sentido que en todos lados hay unos foquitos que están creciendo y no van a parar de crecer porque, como dice el Pepe Mujica en la película, es inevitable el crecimiento a través de las generaciones. Siempre estoy haciendo cosas relacionadas con los derechos humanos, y siempre entendí que la salud es un derecho humano. Por eso considero que lo que está pasando con esta cuestión del cannabis es muy importante, y cuando fui conociendo a las mamás cultivadoras y a las diferentes organizaciones me fui enamorando y eso me llevó a ir por adelante.
“El cannabis, como lo pregona Silvia, tiene que ser para todos y todas. Por eso hay que apoyar desde todo punto de vista a los cannabicultores y a las ONGs. Lo mismo pasa en Israel, donde nosotros estuvimos: con los avances que hay, no está al alcance de todos en las farmacias porque es muy caro. Por eso es muy bueno lo que están implementando acá en relación al mundo, y tengo que destacar al REPROCANN: es para destacar el movimiento que traccionó Marcelo Morán, que es algo de avanzada, por eso considero y coincido en que no tiene techo. Como dice una película nacional, la ciencia y la medicina no estudian la felicidad, porque no hubo tiempo todavía para eso, y esto justamente, y los componentes que faltan descubrir del sistema endocannabinoide y demás seguramente están ligados con nuestras emociones y con cosas que la gente empezará a buscar en el futuro…”