Pasó varios días en Río Gallegos con su hijo y terminó de cerrar un nombre este lunes con reuniones de su círculo íntimo. Sus dudas sobre el rol de los gobernadores y cómo sigue el plan para bajar a Scioli.
Por Luciana Geuna
Cristina Kirchner aterrizó el domingo a las 20.05 en la plataforma militar de Aeroparque con la decisión tomada sobre las candidaturas. Su vuelta fue tal como la planeó cuando se fue el miércoles. Aprovechar los feriados en Buenos Aires para manejar de cerca el timing del anuncio. La decisión -a esta hora- es que la filtración del elegido no pase del miércoles pero la Vicepresidenta forzará los tiempos todo lo necesario mientras presiona al máximo la movida de Daniel Scioli.
Es la primera vez en la historia del kirchnerismo que la fórmula presidencial se mantiene oculta tan cerca de la fecha de cierre. La información dice que el candidato sería Eduardo “Wado” de Pedro, el ministro del Interior que este fin de semana empapeló la ciudad y el conurbano con afiches de él mismo fotografiado de espaldas. “Ella siempre hace lo que dice que va a hacer pero nadie le cree”, apunta un operador de las tres patas de Unión por la Patria. En esa lectura, “el hijo de la generación diezmada es Wado”, el funcionario que ya tiene listo un spot jugando con el histórico hit “a bailar el wadu wadu”.
De todos modos nadie se atreve todavía a descartar a Axel Kicillof a pesar de que su jugada clara de mantenerse en la provincia molestó a Cristina, pero sobre todo a Máximo, al punto de dejarlo afuera de las conversaciones sobre estrategias electorales.
Sergio Massa tenía una reunión prevista ayer con CFK que se concretaría hoy. Su equipo viaja esta noche a reunirse con el staff del Fondo. Como contamos la semana pasada, tenía pensado viajar él también pero finalmente solo lo hará si el acuerdo está resuelto. Alberto Fernández, que está entretenido con la candidatura de Scioli pero afuera de las reuniones de campaña, concentró el fin de semana en esa preocupación: el FMI, la misma obsesión que tiene Cristina porque los tres saben que el escenario puede ponerse profundamente oscuro si no consiguen dólares en este año de sequía y elecciones.
Hoy era el día en que el Presidente, la Vice y el ministro de Economía suspenderían sus enojos y tendrían su momento épico con la inauguración del gasoducto Néstor Kirchner y la negociación con el FMI encauzada. Pero no pudo ser. El acto pasó al 9 de julio y está por verse cuál será coyuntura. El proyecto de Massa candidato parece historia pero su sintonía con la vicepresidenta sigue intacta y una de las mayores incógnitas es qué lugar ocupará en esta madeja.
Mientras tanto, el embajador en Brasil tiene casi decidido nominar a Agustín Rossi como su compañero de fórmula y el miércoles lo haría oficial pero en este momento el internismo es tanto que cada uno mide frente al otro cuánto puede aguantar sus noticias para tapar al contrincante.
Más allá del regodeo comunicacional, hay una batalla por el reglamento de la alianza en la provincia de Buenos Aires, que será el que finalmente defina la suerte de Scioli: la pelea es, como siempre, por los intendentes. El reglamento, tal cual está, les impide ir con Scioli y con el candidato de Cristina. Ayer hubo demasiada interconsulta entre intendentes del conurbano pero ninguna certeza. Máximo no llamó.
El otro obstáculo para el sciolismo es todavía más limitante: para entrar a la interna provincial tienen que conseguir avales de afiliados a todos los integrantes, entre ellos gente imposible de convencer como los de Kolina (de Alicia K), Nuevo Encuentro (de Sabbatella), entre muchos otros que jamás decepcionaron a Cristina. “Lo de los avales es directamente proscripción”, dicen alrededor de Scioli. El miércoles Victoria Tolosa Paz -que quiere pelear la gobernación- hará una presentación a la junta electoral de la alianza pero es una jugada inviable: en esa junta no tienen ni uno propio. Lo que sigue es la justicia electoral.
Una vez que se anuncie el candidato respaldado por Cristina Kirchner, ella dejará correr algunas horas para ver cómo se acomodan las lealtades de los gobernadores. Juan Manzur está subido a esa patriada: se lanzó a Presidente pero en su propio entorno explican que esta semana estuvo en Buenos Aires teniendo todas las reuniones necesarias para colocarse como vice y representante de los gobernadores en la mejor oferta de Unión por la Patria.
El sábado en el último minuto del día se terminarán las incertidumbres. Antes de ese deadline, un operativo todavía más intenso seguirá sin pausa: presionar a Scioli, bajarlo de la carrera y cumplir el objetivo de Cristina. Llegar a las PASO con un solo candidato. Todo puede pasar.