El industrial rojense visitó los estudios de Radio Rojas para hablar en El Nuevo en Radio de la actualidad de su empresa y, al mismo tiempo, para desentrañar la realidad cambiante y compleja de la industria nacional
El ingeniero Germán Carnero, actualmente al frente de Fabrimac, visitó los estudios de Radio Rojas para hablar en El Nuevo en Radio de la actualidad de su empresa y, al mismo tiempo, para desentrañar la realidad cambiante y compleja de la industria nacional.
“El panorama para la industria nacional es complejo, pero no es nada que no conozcamos porque es algo que venimos arrastrando desde hace muchos años. Son coyunturas que tenemos que sortear. En este sentido tenemos un historial donde sabemos que cada diez años se produce un repunte y se dan buenos negocios, buenos mercados y aperturas de mercados nuevos. En este caso no se están dando estos diez años, y seguramente habrá que esperar algunos más. Pero trabajamos, empujamos, y hacemos lo que nos gusta”, observó el ingeniero Carnero en el aire de la FM92.5.
-¿Cómo nace Fabrimac?¿Cuál es la historia de la planta?
-Fabrimac la funda mi padre en los años ‘80, y nace como una tornería para producir repuestos para maquinaria ferroviaria, para locomotoras, todo lo que eran los caliper de freno de las locomotoras Fiat. Con el correr de los años se adquirió una parte del predio actual, lo que nos permitió desarrollar algunos equipos que actualmente hacemos, que son los transportes para manipulación de granos y máquinas para limpieza y clasificación de granos”.
-¿Cuándo surge la posibilidad de diversificar la producción original?
-Eso nació en un momento de expansión, cuando había mercado, o sea que eso fue lo que mi padre y su hermano hicieron en ese momento. En tanto posteriormente los mercados fueron cambiando, porque en la década del ‘80 el mercado estrella era el acopio de granos; en la del ‘90 fue el acopio de granos más el amplio desarrollo de las industrias semilleras, acompañado de Dekalb en ese momento, y Monsanto y Bayer actualmente, y todos los competidores de ese sector. Después, nuestro mercado fue mutando a la parte industrial de nuestros productos. Es decir que estamos volcados a diseño y fabricación de equipos industriales para la industria aceitera, puertos y mineras, y ya hace diez años que estamos muy bien posicionados en el sector de arenas de fractura para extracción de gas y petróleo en Vaca Muerta. Trabajamos específicamente en equipamiento, hacemos el diseño del equipo y lo fabricamos al cien por cien, donde ya tenemos comoditizado la parte de lo que son los convenios con los transportes, en tanto en lo que es la parte de las máquinas de limpieza muchas se adaptan entre lo que existe en el mercado internacional al mercado nacional, y otros son diseños propiamente nuestros.
-¿Cómo opera Fabrimac en la actualidad?
-Mi padre está trabajando en la empresa y mi hermano está en otro sector que no es Fabrimac pero está dentro de las empresas familiares. En tanto en lo personal estoy en la dirección general de Fabrimac con un grupo de colaboradores de mucha experiencia. Sin ellos no sería posible llevarlo adelante. Como no hacemos equipos estándares, sino que hacemos equipos a medida, se hace una ingeniería para cotizar, para pasar una oferta económica y técnica. Con esa preingeniería negociamos y luego esperamos ver si tenemos el proyecto. A partir de allí se hace lo que se llama el kick-off, lo que sería el inicio de todo el proceso productivo, que comienza en la oficina de ingeniería con las pautas básicas, donde ingeniería hace el pedido de insumos y materiales al sector de compras, y luego se dedican a hacer la ingeniería en cuanto a los planos y los dibujos, que luego se vuelcan a la fábrica. Una vez volcado a la fábrica empieza el proceso productivo en la distintas áreas que son las de corte, plegado, soldadura, tornería, mecanizados y demás. En cuanto a lo que es diseño nuestro, lo único que tercerizamos son los tratamientos térmicos de las piezas comprometidas, porque necesitamos obtener de los laboratorios que realizan esos tratamientos térmicos los certificados de calidad que los clientes nos piden.
-La última vez que visitamos la planta fue cuando vino el ministro de Producción, Ciancia y Tecnología, Augusto Costa. Ese era un momento particular del país. ¿Qué pasó en Fabrimac desde ese momento a la fecha?
-Desde lo que fue la visita del ministro nos hemos mantenido. No es que tuvimos una caída en la producción, pero tampoco hubo aumento de ventas, aunque tenemos la ventaja de que estamos muy diversificados. Entonces, aunque hoy anda mal el campo y no hay proyectos en el sector semillas, acopios, aceiteras o puertos, igualmente estamos trabajando muy fuerte para la industria de la arena para fractura de Vaca Muerta, y también trabajamos muy bien para el sector minero, donde está la parte de cal, silicios y demás, haciendo equipamiento de transporte y clasificación de esos productos. Como no nos especializamos a fondo en un producto o en un mercado, sino que tratamos de diversificar, esto nos permite tener cierta cintura en estos momentos de crisis.
-¿Cómo observan la situación tus colegas del sector?
-Participo activamente de la cámara que nos nuclea, que es MANILIBA, la cámara de fabricantes de máquinas agrícolas de la provincia, y en todas las reuniones mensuales que tenemos se plantea cómo vamos a seguir, el aumento de costos, las bajas abruptas de ventas, cuando empiezan a aparecer problemas de cobranzas a los concesionarios de la maquinaria. O sea que es complejo el problema de ese sector. Nosotros no participamos activamente en la producción de maquinaria agrícola pero sabemos cuál es la realidad, que es grave, porque hay una caída de la producción del 60 por ciento en la zona núcleo, y en el sector transporte se prevé que zona núcleo tenga 1 millón y medio menos de fletes a puerto, lo cual es directamente la caída de la economía en los pueblos y las ciudades, dinero que en definitiva no se volcará en la sociedad, con lo cual en el sector metalúrgico y metalmecánico se va a sentir y no se recuperará fácilmente.
-¿Qué pide, qué necesita, qué reclama un industrial pyme nacional?
-Se necesita la baja de la carga fiscal para seguir en la brecha y poder competir ya que los costos de las materias primas no los podemos manejar las pymes, los manejan las grandes empresas y es el precio del mercado; necesitamos reglas claras a largo plazo y créditos, porque las pymes del país no pueden crecer, no se pueden desarrollar, sin el apoyo de los créditos, con tasas convenientes y a largo plazo, porque un crédito del mercado de hoy, que está en el 70 u 80 por ciento de tasa a cinco años, más allá del pronóstico de inflación por encima del 100 por ciento, no es razonable tomarlo, y si no hay necesidad no es razonable tomarlo para crecer. Hablaba con uno de los chicos de administración sobre un mes en particular, en el que sobre 21 días hábiles del mes tuvimos 28 vencimientos impositivos, o sea que pagamos más de un impuesto por día: una pyme no tiene mucho para hacer a largo plazo con semejante carga fiscal. Uno puede entender que en el corto plazo, en momentos de crisis el Estado necesita que el pueblo aporte su granito de arena para salir adelante, pero no puede ser sostenido a largo plazo.
-La última vez que conversamos me habías comentado que se manejaba un proyecto de expansión de la actual planta. ¿En qué andan esos planes, en el contexto actual?
-El proyecto de ampliación de la planta por ahora está en los papeles, arriba de un escritorio. Esa es la realidad. Tenemos dos o tres proyectos a nivel empresa familiar sobre nuevos productos, ampliación de plantas, ampliación de naves, adquisición de un predio para naves, pero estamos en veremos porque la sequía nos impactó como a todos, así que nos vamos a quedar quietos, y también considerando que es un año electoral y distinto. Es como que de acá a agosto es una realidad, de agosto a octubre otra, y de octubre a diciembre una distinta, por lo cual ninguna empresa, al menos entre nuestros clientes, toma decisiones de inversión. Por eso nosotros no podemos tener previsiones de inversiones con ingresos de capital propio. De todos modos somos optimistas, por naturaleza soy optimista y creo que esto va a cambiar. Mientras tanto seguiremos remando como siempre”.
-¿Qué proyecto de relevancia está llevando adelante hoy Fabrimac?
-Hoy estamos trabajando unos proyectos para malterías que elaboran la materia prima para la cerveza, y tenemos un proyecto muy grande en lo que pasará a ser el molino yerbatero más grande del país, en Corrientes. Estamos proveyendo todas las máquinas, con una tecnología que estamos aportando que no tiene ningún molino en el país. Esta gente confió en nosotros, a partir de una propuesta técnica que les hicimos hace diez años y se fue trabajando y puliendo. Hace dos años se decidieron a hacer este molino, y van con todas las máquinas de diseño y producción nuestra. O sea que nuestro proyecto más grande está enfocado a la clasificación de yerba y sus derivados. Es un proyecto que está dando sus frutos y estamos muy agradecidos por la confianza del cliente. También estamos con algunas máquinas para clientes que son proveedores de YPF, Repsol, todo lo que es Vaca Muerta, sin descuidar la parte aceitera y portuaria que es nuestro principal mercado.
-Aunque en realidad no lo mencionás a menudo, Fabrimac prestó importantes servicios a la salud pública local durante la pandemia de coronavirus…
-Somos parte de una comunidad, y en el momento de la pandemia no se podía mirar para un costado. Estábamos con una incertidumbre muy grande y no sabíamos qué podía pasar, así que pusimos a disposición los pocos recursos que disponemos y aportamos nuestro granito de arena, que pienso que valió la pena.
-¿Cómo ves las posibilidades de la industria nacional a futuro?
-La industria nacional es inmensamente potente, no tiene límites. Uno lo pudo ver en la última Expoagro, donde se veía la tecnología aplicada al campo. Lo que 50 o 60 años atrás era el “fierro” de campo, soldado, puesto más o menos, hoy ha cambiado notablemente. Por eso nosotros tratamos de tecnificarnos igual que todos, tratamos de tener la mejor maquinaria posible que esté a nuestro alcance, y más allá que muchas veces la falta de acceso al crédito no te lo permite, hay que empujar y generar nuevos productos, porque es el ADN del industrial nacional que está muy presente, y por una cuestión de política, país, mundo o lo que sea no la vamos a abandonar, porque es lo que elegimos. Como en el caso mío en particular, que quise estudiar ingeniería, y se lo dije a mi padre, porque tenía claro que quería seguir con la empresa. Por eso acá estamos, esperando que cambie un poco todo y que en los próximos años tengamos más beneficios para el sector.