En el marco de la Semana de la Inclusión, que se está realizando en Rojas a través de la dirección de Salud Mental e Inclusión Social del gobierno municipal, la docente trazó un panorama de la actualidad del establecimiento
En el marco de la Semana de la Inclusión, que se está realizando en Rojas a través de la dirección de Salud Mental e Inclusión Social del gobierno municipal, entrevistamos esta semana en El Nuevo en Radio, a la profesora Laura Pasarotto, directora de la Escuela de Educación Especial 501 “Juan P. Cabodi”.
“Es un proceso que lleva tiempo en cuanto al trabajo para con los chicos y para que la sociedad los mire como los tiene que mirar. De allí que todos nosotros tratamos de aportar nuestro granito de arena desde la institución, y desde uno de nosotros como ciudadanos, para empezar a contagiar esta mirada de la diversidad: más allá de la discapacidad todos somos distintos y hay un mundo de oportunidades; y si nosotros miramos con la mirada del pez hacia la lombriz estaremos limitados de un montón de cosas. Por eso hay que empezar a ver las potencialidades de cada ser humano en general”, reflexionó la docente respecto de la incansable labor de décadas del establecimiento a su cargo, en el marco contextual descripto.
En esa línea, precisó que “el proceso de visibilización que lleva adelante la Escuela Especial forma parte de los objetivos que perseguimos a nivel institucional y de tener claro que no podemos hablar más de incluir y de incluir todo el tiempo: se trata más de acción, es hacer, hacer que las cosas sucedan. Por eso no explicamos más que lo que es la inclusión, sino que lo demostramos, y considero que este año tuvimos hechos de sobra para demostrar que somos parte. Me cuesta decirlo de esa manera porque parece que nos estamos excluyendo, pero para aquel que todavía no sabe cómo mirarnos de la misma forma que cualquier ciudadano, hay muestras más que suficientes de quiénes somos”.
Es que, puntualizó, “en la Escuela se trabaja con mucha vocación, con amor y con respeto. Desde el equipo directivo y los docentes no entendemos un trabajo si no es con alegría y con pasión, porque tristezas hay en otros lados. Aquí demostramos que tenemos un espacio donde uno puede venir a charlar, y también brindamos calidad educativa porque obviamente no nos podemos correr del eje, pero demostramos a su vez que la vida se puede vivir de otra manera, que el amor se puede reconocer de otra forma, y eso nos hace bien a todos”.
Pero, ciertamente, la 501, como toda institución educativa en general, tuvo que afrontar las circunstancias restrictivas impuestas por el Covid-19: “En pandemia vivimos un momento terrible, entendiendo que había otras prioridades a nivel salud y lo que generó el encierro. Pero nos tuvimos que preguntar desde lo pedagógico cómo hacíamos, porque nosotros como docentes no queríamos dejar de ver a los estudiantes y a sus familias. Entonces nos tuvimos que poner a pensar en poco tiempo cómo nos organizábamos. Pero lo bueno es que siempre estuvimos en contacto, realizamos el acto (de fin de curso anterior) con una caravana, tratamos de no perder el vínculo de ninguna manera para también poder contenernos entre nosotros”, evocó Pasarotto.
Por eso, prosiguió, “el primer día que nos volvimos a encontrar en la Escuela fue super emocionante… No nos podíamos abrazar, pero al mismo tiempo fue volver a lo que es nuestra casa, donde pudimos resignificar un montón de cosas, cambiar los valores y hacer foco en la contención y el amor. Creo que hubo grandes cambios en la sociedad, pero nosotros siempre seguimos valorando al ser humano”.
Pero el esfuerzo vale la pena. “En este ciclo se ha trabajado un montón desde lo pedagógico y además con muchos proyectos, proyectos que son innovadores, con miradas creativas, con ganas de hacer, de aprender. En ese sentido por primera vez ganamos en la Feria de Ciencias una mención, que fue un premio para un trabajo que venimos haciendo hace como cinco años y que tuvo mucho éxito, lo que pone en valor lo que estamos haciendo. Sabemos que la tarea que se está realizando es positiva y a conciencia”, remarcó.
Respecto del proyecto mencionado, se trata del reciclado de botellas PET. “El proyecto que presentamos y por el cual seguimos trabajando llegó para quedarse, porque genera conciencia en el cuidado del medio ambiente, de su importancia, del para qué. Además trabajamos el propósito pedagógico y comunicativo porque los chicos tienen que explicar para qué sirve, por qué se hizo de esa manera, qué contienen las botellas. Es un trabajo interdisciplinario, no es solamente prensar botellas y enviarlas, sino que hay una tarea integral por detrás”, se entusiasma.
En cuanto al cierre del ciclo 2022, aseguró que “cerramos el año con buenas noticias porque volvemos a tener secretaria, también tenemos la inspectora de Educación Especial y nos vamos acomodando, porque la Escuela Especial no solo trabaja con modalidades y niveles con lo cual es muy amplio el trabajo, y todos nos necesitamos para llevar adelante una organización como corresponde”.
Y agregó en el mismo orden de cosas que “también cerramos muy bien el año en cuanto a matrícula, con 230 estudiantes, lo que nos da una pauta de comenzar con grandes perspectivas para el año que viene, donde seguiremos trabajando en la parte creativa. Y como este año nos logramos acomodar después de todo lo que pasó en la pandemia, ahora podemos empezar a trabajar más afuera del establecimiento junto a otras instituciones y con toda la comunidad, para nuestro mayor enriquecimiento”.
Es que este año que ya está pronto a finalizar tuvo a la 501 protagonizando sucesos importantes. Así los narra Laura: “La historia de Los Halcones me pone la piel de gallina porque significa una felicidad inexplicable, y nace a través de nuestra participación en los Juegos Bonaerenses, donde es la primera vez que en fútbol recibimos una medalla de oro y también logramos otras medallas, y fue todo un éxito, que corona un trabajo que se viene haciendo en equipo desde hace muchos años. Resulta que en Mar del Plata estaban algunos técnicos de la Federación Argentina de Deportes para Personas con Discapacidad, que forman justamente Los Halcones, que nos convocan para el 17 de noviembre para ir a Roque Pérez con algunos estudiantes, para armar equipos de fútbol tanto masculinos como femeninos porque los querían ver, algo que forma parte del proyecto que se llama “Los Halcones están buscando”. Así que viajamos para allá y un grupo de mujeres hizo futsal y los varones fútbol, y vivimos una jornada muy linda donde ellos remarcaron que no era un día de competencia ni para ver quién hacía más goles, lo que les permitió a los chicos mostrarse sumamente relajados y disfrutando de la jornada… Y después nos comentaron que miraron a dos chicas y tres chicos, de los que luego nos van a dar los nombres, ya que en febrero volverán a ser observados, y capaz que pueden llegar a ser parte del grupo Los Halcones”, narró Laura, no sin emoción. “Más allá de que sean Los Halcones, uno no llega a dimensionar lo importante que es esto para nosotros, porque estamos hablando de un reconocimiento al trabajo que se viene haciendo en el establecimiento, lo que implica mucho esfuerzo y responsabilidad, y es súper emocionante”.
Y por si fuera poco, la frutilla del postre: la irrupción artística de Ezequiel Lucena. «Ezequiel es lo más de lo más, porque se incorporó este año a la Escuela y manifiesta continuamente que está feliz de estar en nuestra Escuela. Tuvo la posibilidad de viajar a Mar del Plata para los Juegos en la parte de canto y tuvo una mención en deportes. En el área de Cultura le faltó muy poquito aunque lo hizo muy bien. También tuvo la posibilidad de cantar junto a Ariel Fullana, y nosotros estamos muy contentos porque él se siente muy bien y ha logrado un montón de cosas este año, por ejemplo avanzando en su autonomía, su independencia, y con la familia siempre al lado suyo y nuestro, o sea que lo tomamos como otro triunfo de la Escuela», añade, con sensible orgullo.
Pero no es sólo la tarea del equipo de conducción, docente y auxiliar de la 501: “Siempre remarco que nosotros no trabajamos solos, sino que tenemos una cooperadora detrás que es de lujo, que nos acompaña en lo que necesitamos para llevar adelante cada uno de los proyectos. Y después también hay gente que está colaborando de manera permanente con donaciones, y que colaboraron para que pudiésemos realizar todos los viajes que hicimos. O sea que es todo un trabajo en conjunto de la Escuela y la comunidad».