Sin considerar que la futura recesión hará que las empresas ganen menos y que sus niveles de venta las puedan poner en aprietos, la Bolsa de Nueva York volvió a festejar ayer: «la única bomba neutrónica que nos preocupa es la tasa de la Fed y en las minutas quedó claro que el final de la suba de tasas llegará pronto, y eso es música para los inversores especulativos», dijo un analista, sin querer escuchar que los principales bancos de inversión advierten que puede sobrevenir un badén, con caída de hasta el 20% en los índices.
Con esa incongruencia en el margen, codicia mata prudencia, y ayer hubo otro buen día en la Bolsa de Nueva York: se anotó un alza del 0,3% para el Dow, una mejora del 0,6% para el S&P y un alza del 1% para el Nasdaq. Al tiempo que la Bolsa de San Pablo bajó 0,2% y la de México subió 0,5%.
En Buenos Aires, de manera irreal, volvió a vivirse la fantasía de los últimos tiempos: el índice S&P Merval alcanzó un nuevo récord histórico de todos los tiempos medido en pesos, pero si ese mismo indicador se mide en dólares se observa que la Bolsa porteña está parada exactamente en el mismo lugar desde hace al menos diez semanas. Ayer con $2.412 millones operados en acciones y $5.140 millones en Cedears, hubo una suba en pesos del 0,4% (pero con baja en dólares). Mientras que los ADR argentinos que cotizan en Nueva York anotaron subas del 1% al 10% para Francés, Central Puerto, Cresud, Macro, Supervielle, Galicia, Telecom, YPF y Pampa E; con bajas del 1% al 2,7% para Despegar, Edenor y TGS.
¿Hacia dónde vamos? Todo el mundo está convencido de que no hay manera de que se puedan pagar los $18 billones que se deben entre BCRA y Tesoro. Evidentemente, el plan es emitir para que el BCRA compre bonos en pesos en el mercado secundario, que luego los vaya incorporando en las licitaciones y que con esa estrategia le vaya pasando el problema al próximo Gobierno. Ahora se anunció que en diciembre vendrá un nuevo crédito del BID, ahora que Argentina apoyó a Ilan Goldfajn (ex auditor del FMI para la Argentina) para que dirija el organismo.
También ayer hubo más expansión sobre un anuncio que está haciendo temblar a muchos porteños. La empresa italiana Enel anunció que se va de Edesur. Dijo que deja tres países: Argentina, Perú y Rumania; y que se queda en Italia, España, Estados Unidos, Brasil, Chile y Colombia. Pero el tema es que Enel no se va únicamente de Edesur, también deja la Central Costanera y Dock Sud y abandona la concesión de la hidroeléctrica El Chocón. Y en mercado todos se preguntaban: ¿tendrá esta movida algo que ver con el paquete de los u$s 5.000 M del swap líquido que se está acordando con los chinos?