El conocido comerciante de nuestra casa, que hace ocho años se fue a vivir al lado del mar, fue protagonista de un hecho que tomó trascendencia nacional al rescatar a dos delfines que habían quedado varados cerca de su casa.
El convecino rojense Walter Andreoli, radicado desde hace más de ocho años en el sur de nuestro país, fue protagonista a principios de la semana de un conmovedor episodio que tomó trascendencia nacional, de hecho hasta los medios más importantes de la Argentina se han puesto en contacto con él para conocer una historia, singular para nosotros, quizás habitual para quienes tienen el mar en la puerta de su casa.
Walter Andreoli paseaba con su señora a bordo de un cuatriciclo cuando se encontró con dos delfines varados al costado sobre una caleta y no dudó un instante en proceder a su rescate, utilizando una soga y luego armándose de paciencia para que volvieran a recobrar las fuerzas para volver al agua.
En la mañana de Radio Rojas, sobre el mediodía del miércoles, pudimos establecer contacto con Walter, a quien en principio le consultamos acerca de los motivos que lo llevaron a establecerse en la provincia de Río Negro, en relación plena con la naturaleza.
«A pesar de que todos los años voy dos o tres veces hace ocho años que dejé Rojas, acá en Río Negro estamos en un paraje que se llama Saco Viejo, a 10 kilómetros antes del Puerto del Este y 60 de Las Grutas, sobre el Golfo San Matías, y tenemos agua en el frente de nuestra casa y en el patio trasero también, nos entra el agua desde una caleta de Punta Perdices», contó Walter Andreoli en El Nuevo en Radio.
«Me vine para estos lados en busca de tranquilidad y el hecho de vivir frente al mar es especial para eso, además es un lugar muy bonito, en tanto por otro lado logré generar otro emprendimiento con el cual me va bien, es dentro del rubro inmobiliario», explicó.
Dejando un poco de lado los motivos de su traslado al sus nos introducimos en esta conmovedora historia del rescate de los delfines: «Normalmente con mi señora salimos a dar una vuelta en cuatriciclo, caminando, y en este caso nos encontramos con algo anormal en la caleta, nos acercamos y eran dos delfines varados. En ese momento no dudé en lo que tenía que hacer, así que tenía una soga en el cuatriciclo y lo arrastré 30 y pico metros hasta el agua, los reviví un poco y los tuve hasta que empezó a entrar agua y subió la marea en la caleta».
«De vez en cuando encontramos algún delfín, generalmente ya sin vida, pero encontrar dos al mismo tiempo nunca, y creo que posiblemente lo haya corrido alguna orca, porque andan muchas orcas acá cazando, y al correrlos la orca por el canal se desorientaron y salieron fuera del agua», comentó Walter Andreoli.
Siguiendo con los detalles del rescate apuntó que «estaban precisamente en una caleta que tenemos en el patio de la casa, un lugar donde no solamente entran los delfines, entran también otro tipo de animales, ya que es un lugar donde hay mucha flora».
«Calculo que haría una hora que estaban fuera del agua, quizás a veces salen directamente a morir cuando es uno solo, pero ya si son dos o más es imposible de encontrar, por eso digo que los habrá corrido una orca. Por suerte se recuperaron bien y cuando vi que el agua me pasaba la rodilla los largué», manifestó.
«En el momento ni pensé cuan pesados eran, solo atiné a ayudarlos, es cierto que son pesados, pero me ayudó el barro y con la adrenalina del momento uno saca fuerzas de cualquier lado para llevarlos al agua», confesó.
Walter Andreoli contó que en ese instante del rescate no había tomado dimensión del acto que protagonizaba: «Quizás durante el rescate uno no tiene dimensión de lo que está haciendo, pero una vez que subimos los videos a los estados me empezaron a mandar mensajes, muchos me llamaron por teléfono para felicitarme, hay si fui tomando conciencia de que había participado de un hecho tan lindo».
En relación al método que empleó para devolver los delfines al agua sostuvo que «la verdad que nunca me había tocado una situación de estas características, por eso hice lo que surgió en el momento, analicé algunas alternativas y no quedaba otra que agarrarlos de la cola».
«Lo que si veía es que cantaban como comunicándose entre ellos, y una vez que los metí al agua y los aguanté casi una hora ya estaba más vigorosos y nadaban por sus propios medios a pesar de que todavía les tocaba la cola en el barro, de hecho faltaba una hora más para que el agua los pudiera arrastrar», añadió.
«Una vez que entraron al agua los pude divisar un poco más hasta que nos tuvimos que ir porque se venía la noche, además estaba todo congelado porque el agua estaba bajo, además me había metido con zapatillas y pantalón, así como estaba», contó.
El convecino de nuestra ciudad dijo que en lo particular antes no le había tocado pasar por situaciones de este tipo: «Me han contado que se dan habitualmente situaciones como estas, aparte hay muchos lobos y también las orcas salen a cazarlos, son cosas de la fauna que suceden en estos lugares, es algo que no se puede describir si no estás acá».
Acerca del cuidado de la flora y la fauna en el lugar señaló: «Se puede decir que los animales están cuidados, de hecho hay un equipo de guardafauna en el puerto que trabaja muy bien, son personas que se especializan en eso, pero es inevitable que existan personas que atenten contra los animalitos, más para la época del verano, porque son lugares que se han puedo de moda y viene muchísima gente, no entra un alfiler en las costas».
«En el caso de que me volviese a suceder tendría que actuar con los mismos elementos, no hay otra forma, porque en todo caso habría que hacer una camilla por si quedan varados en un lugar con piedras, pero igualmente no quedaría otra que arrastrarlos con una soga, porque son animales grandes y pesados», manifestó.
Retomando lo que es de su vida en el sur Walter Adreoli no dudó en afirmar que encontró lo que fue a buscar: «Seguro que encontré lo que vine a buscar, allá en Rojas trabajaba todo el día, existían las presiones como en cualquier trabajo, y acá me encontré con un paraíso, antes me iba un mes de vacaciones, y ahora se podría decir que estoy todo el año de vacaciones, porque en el caso del turismo se extiende por cuatro meses, además la gente viene con la mejor onda, es un éxito total».
«Con los amigos por ahí se pierde un poco el contacto porque solo voy tres veces al año, pero me pasa que cuando vuelvo acá y veo el mar me transformo, soy otra persona, la inmensidad del mar es algo muy bonito», destacó.
Comentó que sigue relacionado con la pesca: «Tengo un semirrígido bien equipado para el tema de la pesca, pero solamente es de uso particular y para algún amigo que viene a visitarme, como para dar una vuelta, no hago excursiones, porque en ese caso tendría que estar trabajando de la misma manera que en Rojas».
«La trascendencia que tomó el rescate me superó, no me lo esperaba, de hecho el miércoles a la mañana me llamaron de cuatro radios, después me tocó hablaron con TELEFE, de canal 10 de Río Negro, casi que me estoy volviendo famoso (risas), pero en definitiva es por un hecho muy lindo, que a uno lo enriquece como persona», finalizó Walter Andreoli, protagonista de una singular historia en su nuevo lugar en el mundo.