Cuatro policías fueron secuestrados en Ecuador en las últimas horas, en medio del estado de excepción decretado este lunes por el presidente Daniel Noboa a causa de la violencia ligada al narcotráfico y tras la fuga del jefe de la principal banda criminal, que estaba recluido en una cárcel y continúa sin aparecer.
Las autoridades de Ecuador continuaban este martes con la búsqueda de José Adolfo Macías, alias Fito, líder de una de las principales bandas criminales del país, Los Choneros, encarcelado en la ciudad de Guayaquil y fugado, lo que llevó al presidente Daniel Noboa a decretar el estado de excepción por dos meses «por grave conmoción interna».
En la costera ciudad de Machala, al suroeste del país, «se produjo el secuestro de tres servidores policiales, quienes se encontraban de turno», mientras que un cuarto uniformado fue raptado en Quito, reportó la fuerza en la red social X (antes Twitter).
Agregó que en la capital, tres individuos que manejaban un «vehículo polarizado y sin placas» se llevaron al policía, según la agencia de noticias AFP.
En un video, cuya veracidad no fue verificada y difundido en redes sociales, aparecen tres agentes sentados en el piso. Uno de ellos es obligado a leer un mensaje dirigido al presidente: «Declaraste la guerra y guerra vas a tener (…) Declaraste estado de excepción; nosotros declaramos botín de guerra a policías, civiles y militares. Cualquier persona que se encuentre en las calles a partir de las once de la noche será ejecutado».
Los secuestros se dieron luego de que Noboa, quien enfrenta su primera crisis de seguridad tras asumir en noviembre, decretara el estado de excepción por 60 días en todo el país, incluidas las cárceles. La medida incluye un toque de queda de seis horas.
El decreto de Noboa declara «zona de seguridad» a los penales y «el perímetro de kilómetro a su alrededor, para que la Policía y las Fuerzas Armadas realicen controles y dispongan cierres viales», y restringe los derechos de libertad de reunión y de inviolabilidad de domicilio, «en estricta relación con los motivos del estado de excepción».
En su mensaje, subido a las redes sociales, el mandatario advirtió que se acabó el tiempo en el que el crimen organizado «le dictaban al gobierno de turno qué hacer» y atribuyó el descontrol en los centros de privación de libertad al «resultado de la decisión de enfrentarlos».
«Nosotros no vamos a negociar con terroristas ni descansaremos hasta devolverles la paz a los ecuatorianos», advirtió Noboa.
El gobernante, que no mencionó la fuga del jefe de la banda de Los Choneros, atribuyó la situación carcelaria a las acciones para «recuperar el control» de los pabellones.
Noboa anunció la semana pasada que construirá dos prisiones de máxima seguridad -al estilo de la que mandó levantar el presidente salvadoreño Nayib Bukele en su guerra contra las pandillas- en las provincias de Pastaza, al este y Santa Elena, al suroeste, para aislar a los presos más peligrosos.
Policías y militares buscan a Fito, quien cumplía una pena de 34 años por delincuencia organizada, narcotráfico y asesinato en la cárcel Regional de Guayaquil.
Macías había amenazado de muerte al candidato presidencial Fernando Villavicencio pocos días antes del asesinato del aspirante, el 9 de agosto pasado, informó la Policía.
Entonces apareció en fotografías obeso, con pelo largo y barba prominente. Miles de uniformados lo vigilaban, en una de las operaciones militares y policiales más grandes que realizó allí el entonces presidente Guillermo Lasso (2021-23).
La fiscalía imputó cargos contra dos funcionarios penitenciarios por su presunta vinculación en la fuga del criminal de 44 años, quien obtuvo el título de abogado en prisión.
La alerta de la evasión se dio el domingo, cuando en un operativo la fuerza pública no pudo hallarlo en la prisión, aunque las propias autoridades no descartan que pueda estar escondido en el mismo complejo penitenciario de Guayaquil.
Se cree que Macías, sigue liderando desde la prisión a Los Choneros y, así como otros líderes criminales, goza de privilegios puertas adentro de la cárcel.
Su organización es la más temida del país y se diputa con otras las rutas del tráfico de drogas.
Ubicado en medio de Colombia y Perú, los mayores productores mundiales de cocaína, Ecuador se desangra por la guerra por el poder entre organizaciones del narco con nexos con carteles internacionales.
El 2023 cerró con más de 7.800 homicidios y 220 toneladas de droga incautadas, nuevos récords en la nación.
Desde 2021 los choques entre presos dejan más de 460 muertos. Además, los homicidios en las calles entre 2018 y 2023 crecieron en casi 800% al pasar de 6 a 46 por cada 100.000 habitantes.