Mientras esperan las apelaciones a sus sentencias, los jóvenes que asesinaron Fernando en Villa Gesell en 2020 siguen alojados en la Alcaidía de Melchor Romero. Pero se multiplican los rumores sobre distanciamientos entre ellos. Qué dijeron desde el Servicio Penitenciario.
Luego de que el Tribunal Oral Criminal N°1 de Dolores aplicara severas condenas por el crimen de Fernando Báez Sosa, asesinado a golpes en 2020 en Villa Gesell, crecen las versiones acerca de que la «unión» entre los ocho jóvenes condenados ha comenzado a resquebrajarse. Así se habla de una «fuerte pelea» entre algunos de los rugbiers, e incluso se señaló que en el Servicio Penitenciario se baraja la posibilidad de trasladar a dos de ellos a otro establecimiento carcelario, lo que terminaría con la cohesión del grupo que permanece sin separarse desde el salvaje crimen de Fernando en 2020.
Como se sabe, los jueces sentenciaron Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Ciro Pertossi y Luciano Pertossi a cadena perpetua, considerándolos «coautores» del homicidio, más los agravantes de alevosía y premeditación. Por su parte, Ayrton Violazz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi recibieron 15 años de prisión, al ser considerados partícipes secundarios.
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Uno de los síntomas de división en el grupo se evidenció en el hecho de que Cinalli y Viollaz contactaron al abogado Miguel Ángel Pierri, para intentar que asuma su defensa de cara a la apelación a las condenas que presentarán en breve. Pierri admitió esos contactos, que romperían la estrategia conjunta que los jóvenes tuvieron desde el primer momento, todos ellos defendidos por el Dr. Hugo Tomei.
Sin embargo, había sido el propio Cinalli el que puso esta situación en palabras, cuando dialogó con el periodista de Crónica Cristián Eche desde la Alcaidía de Melchor Romero de La Plata, donde los condenados continúan alojados y pasaron la mayoría del tiempo que llevan en prisión. «Ayrton, yo y Lucas (sic) estamos un poco distanciados de los otros chicos. No te voy a decir que super peleados pero sí distanciados de palabra», afirmó en una serie de chats.
Según una nueva versión, los rugbiers habrían mantenido una fuerte discusión que pasó a mayores en la cárcel. El episodio supuestamente habría ocurrido cuando se encontraban en el patio del pabellón 6 del mencionado establecimiento penitenciario. En ese sentido, dos de los jóvenes habría acusado a Thomsen de «hundirlos a todos», con su demencial ataque a Báez Sosa cuando ya estaba en el piso, y todo habría escalado a un enfrentamiento.
Por ese motivo, una fuente allegada al caso señaló que las autoridades habrían decidido que Benicelli sea trasladado al penal de Campana y detrás de él seguiría Ciro Pertossi -ambos condenados a perpetua-. Esto convendría además con los deseos de los sentenciados y sus familias, por la cercanía entre esa ciudad y Zárate, su lugar de origen.
Fuentes del Servicio Penitenciario relativizaron el tema y aseguraron a PERFIL que, aunque se registraron algunas discusiones entre los detenidos, la pelea que presuntamente habría sucedido el domingo pasado «es mentira» y no hubo «ni trompadas, patadas o algo parecido».
Este medio también se comunicó con el abogado Hugo Tomei, que se expresó de la misma manera acerca de la supuesta pelea. Además, acerca de la situación de Benicelli y Ciro Pertossi, confirmó que continuarán en Melchor Romero con el resto del grupo y dijo que «es falso» que vayan a ser trasladados a otro penal.
Además de Tomei, el Ministerio Público Fiscal y los representantes de la familia de Fernando Báez Sosa también apelarán las condenas. En el segundo y tercer caso, irán a Casación para pedir que se revise la participación secundaria de Viollaz, Cinalli y Lucas Pertossi.
También está investigación el presunto «falso testimonio» de Juan Pedro Guarino y Tomás Colazo, llamado el rugbier número 11, que testificaron en una de las audiencias del juicio como testigos presentados por la defensa.
Por el lado de los letrados Tomei y Emilia Pertossi su primer planteo es la «ilegalidad» y por consiguiente insistir en pedir la «nulidad» del juicio, alegando supuestas irregularidades en la audiencia de indagatoria, un tema que vienen sosteniendo, sin éxito, desde el principio del proceso.
El segundo se debe a la figura de la alevosía, que apunta a que estaría descripta dentro del «plan de premeditación» que los jóvenes hallados culpables realizaron la noche del 18 de enero de 2020. En tercer lugar, la defensa manifiesta que hay una supuesta violación al principio de congruencia, ya que los rugbiers habrían llegado al juicio acusados de un hecho y luego se trató de probar otro.