Durante el fin de semana se llevó a cabo la exposición de instrumentos del Siglo XIX y Siglo XX en el Centro Cultural “Ernesto Sábato“, con piezas que forman parte de la colección del rojense Ezequiel Ventrucci, quien justamente estuvo presente durante la muestra.
Durante el fin de semana se realizó en el Centro Cultural “Ernesto Sábato“ la llamativa muestra de guitarras antiguas, evento que acaparó la atención de muchos rojenses, que se acercaron al salón de la Avenida 25 de Mayo para observar objetos realmente bellísimos.
El Centro Cultural cautivó a todos los presentes con la colección de guitarras históricas de Ezequiel Ventrucci. La muestra comenzó el viernes 11 a las 20 horas y fue un viaje a través del tiempo acompañado por Sofía Vera y Alberto Toledo, que regalaron al público interpretaciones emotivas, utilizando algunas de las joyas de la colección.
La exposición, organizada por la Secretaría de Desarrollo Humano y la Dirección de Cultura, es el resultado de la pasión y el esfuerzo de Ezequiel Ventrucci, un rojense que, desde su juventud en Buenos Aires, se dedicó a rescatar y preservar estos tesoros musicales. Su apellido, Ventrucci, está profundamente arraigado en la historia musical de Rojas, un legado iniciado por su abuelo, Eugenio Ventrucci, quien dirigió la Banda Musical de la ciudad durante muchos años.
Entre la colección se pudo ver una guitarra de la Antigua Casa Núñez del año 1964, con doble fondo y una especie de cajón que va por dentro del cuerpo.
Se pudo observar un guitarrillo, de Salvador Ibáñez, construida en 1890, que dio origen luego al ukelele hawaiano, y otra también de Salvador Ibáñez de 1890, fabricada en Valencia, España.
Siguiendo con los instrumentos aparecía una perteneciente a Casa Breyer, firmada por la tanguera Azucena Maizani, otra de Vinaccia Fratelli, descripta como una guitarra romántica, construida en 1910.
Vimos una de Juan Galán, del año 1916, con un tornavoz en la boca, que es una especie de cono de bronce que amplifica el volumen, otra de Gerardo Lozano, con una boca ovalada para alargar las ondas vibratorias, del 1940, y otra muy singular de Jacob Dihem, construida en Alemania en 1870, con doble mástil y doce cuerdas.
Estas son algunas de las descripciones de las piezas fantásticas que mostró Ezequiel Ventrucci, varias de ellas construidas con jacarandá de Bahía en su cuerpo y la tapa de abeto.