La Confederación de Asociación Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) rompió la paz que reinaba en el sector agropecuario. Hasta ahora, los enemigos parecían ser los mismos para todos (el clima o los impuestos, por ejemplo), pero una grave denuncia puso en el centro de la escena a los exportadores de granos.
En efecto, la entidad de productores agropecuarios que lidera Horacio Salaverri anunció ayer que realizó una denuncia ante la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia. Según informaron en conferencia de prensa, la presentación surgió luego de cuatro años de investigar la cadena de comercialización de soja, maíz, trigo y girasol. «No hay transparencia en el mercado por lo que no se ve que haya una libre operación entre la oferta y la demanda», resumió el titular de CARBAP.
Concretamente, la denuncia es contra los exportadores nucleados en la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y en el Centro Exportador de Cereales. Tras analizar los mercados internacionales y el argentino desde el 2020 hasta el 2023, los productores detectaron «problemas que afectan a una genuina competencia y transparencia del mercado». A su vez, mencionaron «distintas conductas anticompetitivas y presuntos comportamientos abusivos».
«En el mercado argentino no existe lo que existe en todos los mercados, que es la puja de los precios. Siempre aparecen precios unificados, sobre todo en el mercado de girasol. Entendemos que hay que estudiar y es lo que pedimos a la Comisión Nacional de Defensa al Consumidor», remarcó Salaverri durante la conferencia de prensa de ayer.
Desde el sector exportador desestimaron la denuncia y criticaron fuertemente la actitud de CARBAP. «Resultan infundadas las elucubraciones relativas a la existencia de algún tipo de cartelización en el sector exportador», aseguraron a través de un comunicado oficial. A esto le sumaron que «el mercado de granos es transparente, con múltiples operadores y tipos de mercados». El veredicto final lo dará la Comisión Nacional de Defensa al Consumidor.