El papa Francisco presidió el miércoles su audiencia pública semanal en el Vaticano con visibles dificultades por la inflamación pulmonar que lo afecta y que obligó a cancelar su viaje a Dubái para participar de la cumbre ambiental COP28. “Todavía no estoy bien”, admitió el pontífice, de 86 años, con voz débil, y dejó que un ayudante que leyera la catequesis preparada.
Francisco continúa con la recuperación luego del estado gripal y pulmonar por el que ayer canceló la visita de tres días que tenía prevista a Emiratos Árabes Unidos para participar de la cumbre ambiental COP28.
Durante la audiencia, la catequesis preparada fue leída a los fieles no por el Papa sino por un oficial de la secretaría de Estado. El Pontífice se limitó a los mensajes finales, enfocados en saludos a delegaciones y un pedido renovado por la paz en Medio Oriente.
De hecho, el tradicional encuentro semanal con los fieles se hizo en la estructura techada del Aula Pablo VI y no a cielo abierto en la Plaza San Pedro, donde el otoño romano ya tiene temperaturas bajas para la salud del Papa.
Francisco, de 86 años, arrastra una inflamación pulmonar por la que recibió antibióticos por vía intravenosa y desde el fin de semana lo obligó a limitar su agenda. (DIB) MM