El vicepresidente del Colegio de Cardioangiólogos Intervencionistas fue tajante al referirse a la problemática que está atravesando el sector a raíz del desfinanciamiento y el costo de equipos e insumos. «Es probable que se pueda paralizar la actividad de no haber una solución en el mediano plazo», declaró.
Desde hace un tiempo a esta parte fueron varios los representantes de diferentes ámbitos de la salud a nivel nacional que han manifestado en Radio Rojas sus preocupación por la problemática que se va expandiendo en el marco de la compra de insumos y lo que eso demanda en la atención de calidad de los pacientes.
En el curso de la presente semana fue el Colegio de Cardioangiólogos Intervencionistas de la República Argentina el sacó un comunicado en el cual pone de manifiesto la grave situación que está atravesando el área por el desfinanciamiento, el costo de insumos y las dificultades que existen para el mantenimiento de equipos.
El CACI alertó sobre dificultades en la atención de pacientes que requieren una angioplastia o un stent. Las autoridades de la entidad advirtieron que, en el mediano plazo, la actividad puede desaparecer y no podrían colocarse stents ni efectuarse angioplastias porque se está dando una conjunción de factores que ponen en peligro la misma actividad de una disciplina que en la actualidad se ocupa de atender de manera mínimamente invasiva las complicaciones cardiovasculares.
El texto del CACI, que tiene 10 puntos, señala que la situación es alarmante debido al aumento exponencial del costo de los equipos y los insumos médicos y la baja sistemática de los honorarios profesionales.
A raíz de este comunicado fue que establecimos contacto con el vicepresidente del Colegio de Cardioangiólogos Intervencionistas, Dr. Alfredo Bravo, quien contó al detalle una problemática que se va agudizando: «Nosotros estamos en un área de la salud que es crítica, que requiere mucho material que en su totalidad es importado, que requiere de tecnología que es muy costosa y es importada también, y además requiere de mano de obra calificada, que cuesta mucho formarla. Entonces, desde el colegio, que ya hace 40 años que estamos en esto, conocemos perfectamente la realidad de cómo ha ido evolucionando la cardiología intervencionista, por eso vemos que si seguimos por este camino de desinversión se nos va a ser complicado sostener la calidad de la práctica, ese es el punto fundamental de nuestro comunicado».
“Repasando los tres pilares de la problemática del área, si empezamos por los materiales el problema que tenemos básicamente es el material de contraste, que es una pintura que nosotros usamos sí o sí para poder pintar las arterias, ver dónde está tapada, poder trabajar y poder destaparla y colocar un stent, es un material que requiere de una sustancia que es yodo y los principales productores de yodo son los países del este europeo, que ahora están en guerra, entonces la producción mundial de yodo ha bajado, con lo cual para hacer el material de contraste los primeros que se proveen de ese material que ahora escasea a nivel mundial son los países ricos, son los que tienen recursos para poder comprarlo», sostuvo el profesional.
Añadió que “nosotros quedamos en la cola y entonces lo poco que nos llega acá y los precios que estamos pagando por el material de contraste son muy altos. Esto ya es toda una complicación, en principio en una cosa tan sencilla como la pintura que usamos. Después se suman los descartables que cada vez son más difíciles de conseguir y las prótesis, como los stents, también porque tienen un costo elevado y cuesta mucho importarlos. Además a las compañías que lo importan, como se vende poco, tampoco les está interesando mucho la venta en la Argentina, a o sea que nosotros cuando tenemos que competir con otros países, perdemos“
“Brasil, que tiene casi 300 millones de habitantes, es mucho más atractivo para una compañía venderle, que venderle a la Argentina, sobre todo porque además somos un país que en este momento no estamos pasando por un buen momento económico y tenemos pocos recursos comparado con otros países más chicos como Chile, Uruguay y Bolivia, donde ahí es distinto, ya que las compañías le venden porque pagan el precio que tienen que pagar debido a que la salud en esos países es distinta que en la Argentina, y eso es lo que la población tiene que saber“, agregó.
El Dr. Bravo expresó que «en Argentina tenemos una salud que es muy solidaria, que en su gran parte la financia el Estado Nacional o las financiaba el Estado Nacional, y no ocurre lo mismo en Bolivia o Chile, o sea que para atenderse y colocarse un stent tanto en Chile como en Bolivia, o en países limítrofes o más al norte, uno tiene que tener recursos propios, no es que existe la seguridad social como existe acá».
«Dentro de este marco, hoy en día, la seguridad social, me refiero a las obras sociales de los trabajadores, de los sindicatos, quizás aquellos que tienen una prepaga están un poco mejor, pero no tanto, por eso es que no alcanzan esos recursos para cubrir los costos. En los países que recién nombraba los paga la gente, por eso la cantidad de atención es mucho menor de lo que atendemos en la Argentina“.
“Esto sucede porque en la Argentina hay muchos hospitales públicos en diferentes lugares del país, donde estas prácticas se hacen porque el estado financia la mano de obra, el equipamiento y los insumos. Ahora, como no hay recursos, los insumos se están escaseando, la maquinaria empieza a ser obsoleta o empieza a fallar porque no tiene mantenimiento, y estamos viendo nosotros desde el colegio que la gente joven cuando encuentra lugares de trabajo en otros países se va porque ganan muchísimo más dinero que acá“, explicó.
El vicepresidente del CACI fue tajante al manifestar que “estamos pasando por una situación complicada, por esto es que estamos anunciando desde el colegio que de alguna manera tenemos que tratar de resolverla o de corregirla en la medida en que se pueda. Los primeros que tenemos que entender somos los argentinos, que no alcanza para todo, o sea, la salud es muy cara, y si no hay recursos no la vamos a poder sostener, me refiero a los recursos para la gente que no tiene cobertura“.
“Pasa también en Argentina que tenemos gente que viene de países vecinos y se coloca un marcapasos o se hace un parto, de hecho hemos colocado dispositivos a pacientes que vienen de Bolivia, a los cuales el estado nacional o el estado provincial se lo termina autorizando, y vienen acá porque en su país no se lo pueden colocar, de allí que es evidente que hay algo que no estamos haciendo bien“, apuntó.
Yendo hacia atrás en el tiempo comentó que “nunca nos ha tocado vivir una situación como esta, si hemos tenido dificultades con respecto a los insumos, hubo épocas en que no entraba ningún tipo de insumo, pero había dinero y uno pagaba el sobreprecio y lo conseguía, es un clásico que sucede en Argentina y tenemos que aprender, porque las cosas valen por lo que realmente valen, de acuerdo a la necesidad, ya que si hubiera mucho material de contraste, no estaríamos pagando tres veces el costo, estarían peleándose para vendernos a mejor precio y más barato, pero cuando no hay, el precio sube».
«Es una realidad y no lo podemos corregir desde el colegio, es una cuestión netamente económica y todas las regulaciones que han puesto han sido peor, han fracasado, ese un problema, por eso estamos en una situación muy compleja, que va a depender de ponernos de acuerdo entre todos para tratar de solucionarlo“, expresó.
“Desde el colegio hicimos unos anuncios ya en años anteriores, pero como todo más o menos continuó funcionando, pasó de largo, como pasa siempre. Por lo menos hace 5 años que venimos tratando de hablar con diferentes autoridades, con las obras sociales más importantes del país, sin mucha respuesta, porque mientras las cosas se van arreglando se va siguiendo. En ese sentido hay que saber que las condiciones siempre las pone el Estado, nosotros no podemos poner ninguna condición, lo que podemos hacer es sugerir, decir que esto funcionaría mejor de esta manera y no de esta otra, pero si la obra social del PAMI decide comprar 100.000 sillas de ruedas que después no va a usar no podemos hacer nada», indicó el profesional.
El Dr. Alfredo Bravo dijo que «desde el colegio tratamos de decir quiénes son los médicos que están calificados para hacer determinadas prácticas y qué centros están calificados para hacerlas, sin embargo desde el Estado Nacional y las obras sociales más importantes como PAMI o IOMA deciden lo que hacen con el paciente, por lo cual las entidades científicas, como la Sociedad de Cardiología, la Federación de Cardiología, la Sociedad de Cirujanos Cardiovasculares, o el Colegio de Intervencionistas, nos tenemos que adaptar, cuando en realidad tendría que ser al revés. Nosotros que somos los expertos en esto podríamos ayudar a establecer pautas de calidad y se ahorraría muchísimo dinero, pero es algo que todavía no lo hemos logrado“.
Explicó también que “el insumo lamentablemente no lo puede regular nadie porque el importador dice que le costó tanto y lo vende a tanto, entonces hay insumos que han duplicado los valores, otros no tanto, pero estamos hablando de insumos en dólares. Tenemos que entender es que gran parte de ese costo de ese insumo es el mismo estado que pone el impuesto.
En este marco siempre pongo el ejemplo del marcapasos, donde nos encontramos que puede tener un valor de 700 u 800 dólares, pero por cuestiones de impuestos la obra social estará pagando 1900 dólares, o sea que el mismo estado es el que encarece el producto“,
El vicepresidente del CACI comentó que ya hubo un contacto con las autoridades nacionales: “Hubo una reunión muy importante con el Ministro de Salud de la Nación, que es cardiólogo, que es un colega, que conoce perfectamente lo que pasa, y se han encontrado con en esta situación y se hacen las mismas preguntas que nosotros, de ver por dónde empezamos a acomodar el barco, sabiendo que está complicado. Hay que destacar que hemos tenemos tenido muy buena recepción y hay interés en modificar. Por lo pronto a nosotros nos ayuda mucho que la comunidad toda esté informada de lo que está pasando, para que de esta manera se visualice más, y entonces esto no quede como un último paso“.
“Lo que nosotros estamos viendo hoy es que hay una demora, que cada vez se hace un poquito más larga, en la entrega y en la provisión de los materiales, esa demora que a lo mejor antes era de una semana o dos, ha pasado a ser de un mes, y eso hace que a lo mejor algunos pacientes entren como urgencia, que estaban esperando el stent y el stent no llegó en tiempo. Dentro de este panorama, el paciente seguramente estaba en la casa esperando que la obra social le provea el material, pero como no llegó empezó con dolor, tuvo que ir a la guardia, fue al hospital con su médico y tuvo que entrar por urgencia. Eso no es lo ideal, pero es lo que ya estamos viendo con cierta frecuencia“, sostuvo.
En relación al funcionamiento del área en la actualidad expresó que “la urgencia todavía la estamos sosteniendo, pero el comunicado nuestro fue muy claro, nosotros estamos visualizando que a mediano plazo, si no tomamos algunas medidas, va a ser peor, no vamos a tener ni siquiera para las urgencias. Hoy tenemos demoras que se van haciendo cada vez un poco más extensas en el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares, cuando tenemos que iniciar el tratamiento endovascular, o sea, con catéteres, con stent, con prótesis, eso es lo estamos ya palpando, y eso es lo que estamos anunciando desde el colegio“.
“En el comunicado aclaramos bien que hay situaciones que son urgentes y que el paciente tiene que ser atendido de forma inmediata, y tratamos siempre de que eso ocurra, lo que pasa es que el sistema de salud tiene que funcionar en un todo armoniosamente. Ocurre muchas veces, por ejemplo, que en la Ciudad de Buenos Aires que hay un paciente con un infarto y no consigue lugar para que le hagan una angioplastia, eso es gravísimo», alertó..
En este marco agregó: «Eso ocurre y eso empieza a ser cada vez más frecuente, y ni que hablar si el paciente entra a una institución donde no tiene una sala de hemodinamia disponible o no tiene los materiales para poder hacerlo, en ese caso el tiempo de espera ahí no es un día o dos, lo ideal es hacerlo siempre antes de las 6 horas de ocurrido el primer dolor, con lo cual tenemos un tiempo corto, de máximo 12 horas para poder destaparlo, para que realmente el tratamiento sea efectivo y al destapar la arteria, ese músculo que estaba sufriendo, que se estaba muriendo, se pueda recuperar, ese es el objetivo, por eso que hacemos hincapié en la velocidad con que hay que moverse“.
El Dr. Alfredo Bravo se refirió también a la situación que atraviesan los profesionales en cuanto a los honorarios que reciben por su trabajo: “Hoy diría que los honorarios médicos de los cardiólogos que nos dedicamos a esto están muy pero muy despreciados, sobre todo porque cuesta mucho la formación de un médico entrenado en cardiología intervencionista, lleva muchos años de paciencia y sobre todo la última etapa cuando el médico se va a entrenar, donde tiene que hacer un entrenamiento manual. Nosotros en el colegio tenemos simuladores para entrenamiento de cómo hacer el procedimiento, eso lleva en total, con la especialidad de cardiología y después la subespecialidad que es la nuestra, 9 a 10 años, es mucho tiempo, y los chicos que entran en la carrera que nosotros dictamos para ser especialistas la tienen que pagar porque también es costosa, y allí no recibimos ninguna ayuda del estado, todo es privado, todo es recurso genuino propio, o sea que hay que salir a buscar esos recursos y cobrar para dar esa carrera y enseñar esa especialidad“.
“En cualquier país vecino ganan 4 o 5 veces más de lo que ganamos aquí, eso también preocupa porque en definitiva lo que va a ocurrir a futuro es que la gente no se interese por aprender la carrera de intervencionista, porque la realidad marca que ¿para que la van a aprender si no ganan nada?», sostuvo.
En este plano manifestó que «tenemos muchos colegas jóvenes que terminan su entrenamiento, tienen el título de la carrera y la gran mayoría va a hacer una especialidad en algo puntual a España, a Estados Unidos, a Alemania, a Francia, a Inglaterra, donde viajan para a practicar, por ejemplo, como se coloca una válvula óptica o una válvula pulmonar, y cuando entran en ese lugar a trabajar, para aprender de esa práctica especial, generalmente los servicios ven lo que hacen y les piden que se queden, o sea que enseguida consiguen trabajo».
«Ellos, a diferencia de lo que sucede acá, no son tan solidarios en formar médicos, para estudiar medicina en Europa, hay que pagarla, como en Estados Unidos o en Chile, acá es gratis estudiar medicina, entonces perdemos ese médico por el que tanto nosotros hemos invertido. Quizás sufra el desarraigo, pero la calidad de vida va a ser diferente», explicó.
Más allá de una situación que parece empeorar día a día, el Dr. Alfredo Bravo, vicepresidente del CACI, sostuvo lo siguiente: «Estoy convencido de que va a haber una modificación, porque veo que ya hay una modificación en la sociedad Argentina, y la salud no va a quedar excluida de ese cambio, y me parece que el cambio que se viene es para mejor, es para sincerar, es para realmente tomar conciencia de decir que esto es lo que tenemos, hasta acá podemos gastar, y esto es lo que podemos hacer».
«Creo que las cosas se van a acomodar, sin dudas va a llevar un tiempo, mientras tanto nosotros salimos con el comunicado para decir que por donde vamos, a mediano plazo vamos a estar mal, y de eso la gente tiene que estar enterada, y a su vez esperar que se generen pequeñas herramientas como para que la situación vaya mejorando, como por ejemplo bajar los impuestos de los insumos médicos, eso ya sería de gran ayuda, porque entonces la obra social del trabajador en vez de pagar 400 dólares en una stent, a lo mejor lo puede pagar 250», finalizó el prestigioso profesional de la cardiología.