Hubo charlas informativas, incluyendo promoción de alimentación saludable, tratamiento de diabetes e hipertensión, medición de glucemia y sensibilización sobre el consumo de sal – La HTA es una condición altamente frecuente – Se estima que afecta a 1 de cada 3 personas adultas en Argentina
En el marco de la Semana de la Hipertensión Arterial, la secretaría de Salud de la comuna, a través de su dirección de Atención Primaria, vino desarrollando una serie de actividades preventivas.
En ese cometido, se realizaron recorridas por los Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) de Rojas y localidades, en tanto que ayer fue instalado un puesto en la plaza San Martín.
Las actividades incluyeron charlas sobre promoción de alimentación saludable, información sobre tratamiento de diabetes e hipertensión, medición de glucemia, y sensibilización sobre el consumo de sal.
La hipertensión arterial (HTA) es una condición altamente frecuente en la población, tanto en Argentina como a nivel global. Se estima que afecta a 1 de cada 3 personas adultas en Argentina.
Existen dos medidas: la presión arterial sistólica (PAS) o máxima y la presión arterial diastólica (PAD) o mínima. Se considera presión arterial alta (hipertensión) cuando dicha medición máxima es mayor o igual a 140 y/o la mínima a 90. La HTA se caracteriza por un aumento sostenido a lo largo del tiempo de los valores de presión arterial sistólica, diastólica o ambas.
Dado que la hipertensión puede no generar síntomas distintivos, muchas personas tienen la presión arterial elevada durante años sin saberlo, por lo que se la suele denominar “la enfermedad silenciosa”.
Los profesionales de la salud la detectan habitualmente en una consulta o control de rutina. Pero si no se diagnostica y no se trata, provoca frecuentemente complicaciones graves asociadas a enfermedad cardiovascular. Las principales complicaciones son infarto agudo de miocardio, el accidente cerebrovascular o daño renal.
La hipertensión arterial se clasifica de la siguiente manera:
-Hipertensión arterial primaria o hipertensión esencial: es la forma más frecuente y de aparición en la etapa adulta. Está asociada a factores epigenéticos, o sea relacionada con el estilo de vida o hábitos poco saludables.
-Hipertensión arterial secundaria: surge en el contexto de alguna patología o secundaria al consumo de fármacos o drogas ilícitas. Las principales enfermedades causantes de hipertensión arterial son la enfermedad renal, tumores de las glándulas adrenales, defectos cardíacos, hipertiroidismo o apnea obstructiva del sueño
A veces, un simple chequeo médico en pacientes aprehensivos, lleva a detectar aumento de la presión arterial en pacientes no hipertensos, en el contexto de la consulta, constatando valores normales de presión arterial en otro contexto. Esto se denomina «hipertensión del guardapolvo blanco».
Por ello, es importante realizar un adecuado diagnóstico, determinando la presión arterial en más de una oportunidad, con el tensiómetro y manguito adecuado y en condiciones de reposo del paciente.
La HTA es una enfermedad multifactorial porque está determinada e influenciada por muchos factores distintos. La genética es un factor determinante, pero hoy sabemos que los factores asociados al estilo de vida son los mayores condicionantes de esta enfermedad, entre otros:
-El stress crónico, dado que activa el sistema nervioso simpático, llevando a la liberación de catecolaminas, como la adrenalina. También eleva los niveles de cortisol, el cual puede inducir aumento de la presión arterial. La respuesta de stress sostenida en el tiempo es nociva para el sistema cardiovascular en general.
-La alteración de los ritmos circadianos, asociado al mal descanso y el hábito de trasnochar, el cual desequilibra el eje neuroendócrino, además de promover la inflamación de bajo grado.
-El consumo excesivo de sal de mesa común o cloruro de sodio, dado que el sodio retiene agua en el organismo, promoviendo el aumento de la tensión arterial. También los productos ultraprocesados, contienen cantidades excesivas de sal.
-La hiperinsulinemia o resistencia a la insulina, asociado al síndrome metabólico, secundario al consumo de excesivo de azúcar y ultraprocesados. La insulina es una hormona con un efecto similar a la aldosterona, retiene sodio y agua en el organismo.
-El sedentarismo o inactividad física, dado que promueve el dismetabolismo y favorece el sobrepeso. Además, el ejercicio y la adecuada oxigenación promueven la liberación de óxido nítrico, potente vasodilatador a nivel vascular.
-Los disbalances nutricionales. Como la deficiencia de magnesio, el cual cumple un rol clave en la relajación del músculo liso a nivel vascular. Otras deficiencias como potasio, omega 3, vitamina C y aminoácidos como la arginina o taurina pueden contribuir también.
-La alimentación cumple un rol esencial: es fundamental el consumo de una dieta natural, balanceada, plena de nutrientes y antioxidantes. Evitar el consumo de sal de mesa, azúcar y ultraprocesados.
-El consumo de drogas ilegales o alcohol en exceso, el uso prolongado de anticonceptivos orales en la mujer y otros medicamentos como corticoides.
-Con la edad la presión arterial tiende a aumentar, por la pérdida de elasticidad en las arterias. Además, esta condición es más frecuente en personas de ascendencia afroamericana.
La urgencia hipertensiva es una situación aguda, donde los valores de tensión arterial se disparan a niveles muy elevados, sin evidencia de daño orgánico, pero que pueden ser potencialmente nocivos para el organismo si no se trata, llevando a lesión de órganos. Puede reconocerse por estos síntomas:
-Dolor de cabeza muy intenso, no habitual y repentino.
-Dificultad para hablar, confusión, levantar un brazo o mover los músculos de la cara.
-Mareos o vértigo.
-Visión borrosa repentina.
-Dolor en el pecho o sensación de falta de aire.
Ante la presencia de estos síntomas en un paciente hipertenso ya diagnosticado, es clave consultar de inmediato a una guardia médica.
La emergencia hipertensiva, la forma más grave de crisis hipertensiva y de presentación súbita, que pone en riesgo la vida del paciente, como sucede en la isquemia e infarto de miocardio, el accidente cerebrovascular, insuficiencia renal aguda, disección de la arteria aorta o encefalopatía hipertensiva. En estos casos, la presión arterial debe ser reducida en forma inmediata y el paciente debe internarse en Unidad de Cuidados Críticos.
Una vez diagnosticada, la hipertensión debe tratarse con medicamentos. El tratamiento debe continuarse según indicación médica, siendo importantes los controles periódicos y mejorar los hábitos del paciente.
La hipertensión arterial es una condición silenciosa que se hace necesario detectar y tratar oportunamente.