Los primeros meses de la gestión Javier Milei fueron catastróficos en varios sentidos. Aumentó la pobreza y la desigualdad, subió el dólar y la brecha cambiaria, la economía se estancó, la actividad está en mínimos alarmantes. Y, a todo esto, se deterioró el empleo formal registrado: casi 150 mil puestos de trabajo menos en los primeros meses de mandato.
El dato asusta, pero los números aún más. Según el último informe del Instituto de Estudios y Formación de la CTA Autónoma, en abril continuó deteriorándose la ocupación registrada, en una tendencia negativa que data desde noviembre. En los primeros casi cinco meses de la era Milei, se acumulan 148.805 asalariados que perdieron su puesto de trabajo, y según advirtieron, «las perspectivas para mayo no son alentadoras».
La pérdida de puestos de trabajo alcanzó a casi todos los sectores de la economía argentina. En la construcción, en la industria, en el sector privado, en el público. A nivel nacional, a nivel provincial, a nivel municipal. A continuación, los números del informe.
En el sector privado la caída de abril fue del 0,21% (12.929 trabajadores). Ya van ocho meses consecutivos de deterioro. Desde agosto de 2023 el retroceso acumulado es del 2,25% (144.160 trabajadores). En abril la magnitud de la destrucción de empleo registrado en el sector privado fue menos intensa que en los meses anteriores, pero sigue estando en niveles elevados en la comparación histórica.
En la industria la situación es más complicada. La ocupación tarda más en reaccionar a los cambios de ciclo y en los últimos meses viene acelerando (casi 1% de caída sólo entre marzo y abril). A diferencia de la construcción, empleo que se destruye no se recupera fácilmente.
Las perspectivas para mayo no son alentadoras. El empleo registrado en el sector privado habría vuelto a caer según la Encuesta de Indicadores Laborales, a un ritmo un poco menor al de los meses anteriores, pero todavía muy elevado. De cara a lo que viene, todo sigue jugado a dos variables: la capacidad que tenga el gobierno de ordenar la macro y relanzar el ciclo de crecimiento de la actividad económica, y la reacción colectiva frente al proceso de destrucción del empleo. La moneda está en el aire.
Los salarios le ganaron a la inflación
A contramano de la evolución del empleo, en abril el salario promedio medido por el SIPA creció muy por encima de la inflación (14,5% vs. 8,8%) y recortó gran parte del retroceso acumulado en los meses anteriores. Quedó apenas un 4,8% por debajo de noviembre de 2023.
Es muy probable que en mayo y junio el salario promedio en el sector privado le haya vuelto a ganar a la inflación. Si bien las paritarias fueron morigerando los aumentos nominales, no sería raro que a fin de junio el retroceso acumulado contra noviembre haya sido marginal. El aumento del salario solo alcanzó al sector privado registrado. El sector público, que representa más de un tercio del total de los asalariados, en abril tuvo una caída salarial superior al 20% en términos reales contra noviembre, y no va a recortarla en mayo y junio.